/ sábado 18 de diciembre de 2021

[Especial] Arroceros de Cuautla están al borde de la desaparición

A pesar de su reciente buena marcha, las deudas amenazan al tradicional equipo morelense en su 70 aniversario

Al inicio de la década de los 50, en Cuautla se empezó a gestar el que sería el equipo profesional representativo de la heroica Ciudad de Morelos.

La escuadra surgió de diversas selecciones que se habían conformado hasta que se armó un equipo competitivo para debutar en 1952 en el sector de paga, apenas dentro de la tercera temporada de la Segunda División.

En esos inicios el equipo contó con el apoyo del sector campesino de una zona agrícola muy fértil donde predominaba el arroz entre otros productos.

Los colores en su playera, el amarillo y verde, surgen también de los colores de la planta.

Este sector agrícola se convirtió en uno de los primeros grandes patrocinadores del club dando paso así al nacimiento de su principal grito de batalla y mote: los Arroceros Cuautla.

El equipo tomó fuerza para llegar a la primera división apenas dos torneos después bajo la administración del empresario cafetalero, José Mora Viadero, quien lo tuvo en sus manos hasta la década de los 70, cuando lo cedió al Ayuntamiento Municipal para su administración.

La condición que puso el empresario es que el equipo no fuera vendido, conservando para la afición una franquicia que por cuatro temporadas militó en el máximo circuito.

A ya cinco décadas de ese hecho, con marcados altibajos, el Club ha dependido del Ayuntamiento en turno, incluso ahora que vive una de sus peores crisis económicas que lo tienen al borde de la desaparición.

Cada tres años, con el cambio de la administración municipal en turno, ocurre la misma situación con su mesa directiva, lo que ha hecho que carezca de un proyecto deportivo a largo plazo.

Durante esos cambios, el club ha sido prestado a algunos proyectos particulares e inclusive se convirtió en filial de algunas escuadras como América a principios de los 80, Atlante a mediados de esa década, y los Tigres de la UANL a finales de los 90.

En Morelos solo el Zacatepec ha sido capaz de eclipsar al equipo arrocero por su mayor cantidad de logros en el balompié mexicano, pero Cuautla puede presumir que de sus filas surgió Jaime Belmonte, el jugador que le dio el primer punto a México en un Mundial durante Suecia 1958.

Un presente oscuro

Con todo un pasado glorioso, el equipo entró en coma en la presente temporada por los malos manejos directivos que lo han llevado a tener una gran deuda que pasa los 2 millones de pesos, de acuerdo con la comisión reorganizadora del Club que se alista para tomar las riendas con el respaldo de la administración municipal entrante.

Directivas anteriores señalan que no es fácil mantener un equipo profesional y menos dependiendo de una administración pública.

Mario Tadeo Nava, quien estuvo al frente de la directiva de 2016 a 2018 en el trienio que encabezó su hermano, Raúl Tadeo Nava, señala que tener al equipo en competencia, significa un gasto, en la división actual que ahora tiene por nombre Liga Premier, Serie B, de al menos 4 millones de pesos al año.

El dinero se reparte entre el gasto corriente que tiene que ver con el pago de al menos 22 registros de jugadores y cinco integrantes del cuerpo técnico, además del salario mínimo que se debe cubrir al jugador, que en ese momento era de 7 mil pesos mensuales.

Además de cubrir los nada baratos costos de arbitraje de cada 15 días (juegos de local), además de la compra obligatoria de 100 balones con un costo de 700 pesos cada uno, ya que se deben presentar en cada juego de local, cinco balones nuevos.

Y muy aparte están los gatos de la comisión disciplinaria, los cuales administra la Federación Mexicana de Futbol, ya que cada tarjeta amarilla o roja tiene su costo, además de las onerosas multas que se aplican por el mal comportamiento de la gente, por ejemplo.

“En mi periodo llegamos a tener 10 patrocinadores e incluso nos vestía Kappa, una firma deportiva que también en ese momento vestía al Atlante y otros equipos internacionales reconocidos; te puedo decir que Cuautla en Estados Unidos vende bien, pues nos reportaron que nuestra playera era la segunda con más ventas, sólo por debajo de Atlante, y por arriba de varios clubes de prestigio europeo como el Mónaco, Fiorentina, Aston Villa, entre otros”, indicó el exdirigente.

Los exarroceros

Lo que pasa con el equipo en el presente, ha generado reacciones entre exjugadores, incluso de los no nacidos en Cuautla que tuvieron su obligo futbolero en el club.

Uno de los que levantaron la voz es Marino Guevara, quien fuera campeón de goleo individual a finales de los 60 con la “verdeamarela”.

“Llegué al Cuautla en 1968 cuando estaba en tercera división, aquí tuve mi primera gran oportunidad después de que no fui aceptado en Necaxa y por eso me duele mucho saber que esté pasando esto con el equipo”.

La trayectoria de Marino se prolongó por varios clubes profesionales incluso de primera división, ganando títulos como máximo artillero con San Luis e Irapuato y ya retirado ha sido capacitador de directores técnicos de la Federación Mexicana de Futbol, y como técnico con trabajos en Pumas al lado de Miguel Mejía Barón, y en el propio Cuautla a quien ha dirigido en dos ocasiones, una de ellas en 2001 cuando calificó al equipo a liguilla siendo eliminado en Tabasco donde el equipo fue agredido físicamente por la afición al final del partido que se resolvió con gol de oro en tiempo extra.

Otro elemento que siente la debacle arrocera es “El Pincel”, Héctor Vidal Estrada, quien defendió sus colores en la década de los 90 desde la posición de defensa.

También ha tenido la oportunidad de ser en varias ocasiones cabeza del cuerpo técnico, llevándolo incluso a disputar varias liguillas.

“Es lamentable la situación porque ponen al frente del equipo administrativamente a gente que no debería estar, que nunca jugó futbol, que no siente realmente la playera, solo por compadrazgo o amiguismo; gracias a eso el equipo está en una situación difícil, pisotearon la historia y la playera del Cuautla como quisieron los directivos que estuvieron y hasta anteriores; se ha hecho una cadenita con todo esto. Lamentablemente se dio esta situación y esperemos que se salve el honor del Cuautla, esa historia y ojalá que llegue alguien que sepa lo que es el Cuautla, incluso que haya pasado hasta como jugador para que sepa lo que es la idiosincrasia del equipo”.


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Al inicio de la década de los 50, en Cuautla se empezó a gestar el que sería el equipo profesional representativo de la heroica Ciudad de Morelos.

La escuadra surgió de diversas selecciones que se habían conformado hasta que se armó un equipo competitivo para debutar en 1952 en el sector de paga, apenas dentro de la tercera temporada de la Segunda División.

En esos inicios el equipo contó con el apoyo del sector campesino de una zona agrícola muy fértil donde predominaba el arroz entre otros productos.

Los colores en su playera, el amarillo y verde, surgen también de los colores de la planta.

Este sector agrícola se convirtió en uno de los primeros grandes patrocinadores del club dando paso así al nacimiento de su principal grito de batalla y mote: los Arroceros Cuautla.

El equipo tomó fuerza para llegar a la primera división apenas dos torneos después bajo la administración del empresario cafetalero, José Mora Viadero, quien lo tuvo en sus manos hasta la década de los 70, cuando lo cedió al Ayuntamiento Municipal para su administración.

La condición que puso el empresario es que el equipo no fuera vendido, conservando para la afición una franquicia que por cuatro temporadas militó en el máximo circuito.

A ya cinco décadas de ese hecho, con marcados altibajos, el Club ha dependido del Ayuntamiento en turno, incluso ahora que vive una de sus peores crisis económicas que lo tienen al borde de la desaparición.

Cada tres años, con el cambio de la administración municipal en turno, ocurre la misma situación con su mesa directiva, lo que ha hecho que carezca de un proyecto deportivo a largo plazo.

Durante esos cambios, el club ha sido prestado a algunos proyectos particulares e inclusive se convirtió en filial de algunas escuadras como América a principios de los 80, Atlante a mediados de esa década, y los Tigres de la UANL a finales de los 90.

En Morelos solo el Zacatepec ha sido capaz de eclipsar al equipo arrocero por su mayor cantidad de logros en el balompié mexicano, pero Cuautla puede presumir que de sus filas surgió Jaime Belmonte, el jugador que le dio el primer punto a México en un Mundial durante Suecia 1958.

Un presente oscuro

Con todo un pasado glorioso, el equipo entró en coma en la presente temporada por los malos manejos directivos que lo han llevado a tener una gran deuda que pasa los 2 millones de pesos, de acuerdo con la comisión reorganizadora del Club que se alista para tomar las riendas con el respaldo de la administración municipal entrante.

Directivas anteriores señalan que no es fácil mantener un equipo profesional y menos dependiendo de una administración pública.

Mario Tadeo Nava, quien estuvo al frente de la directiva de 2016 a 2018 en el trienio que encabezó su hermano, Raúl Tadeo Nava, señala que tener al equipo en competencia, significa un gasto, en la división actual que ahora tiene por nombre Liga Premier, Serie B, de al menos 4 millones de pesos al año.

El dinero se reparte entre el gasto corriente que tiene que ver con el pago de al menos 22 registros de jugadores y cinco integrantes del cuerpo técnico, además del salario mínimo que se debe cubrir al jugador, que en ese momento era de 7 mil pesos mensuales.

Además de cubrir los nada baratos costos de arbitraje de cada 15 días (juegos de local), además de la compra obligatoria de 100 balones con un costo de 700 pesos cada uno, ya que se deben presentar en cada juego de local, cinco balones nuevos.

Y muy aparte están los gatos de la comisión disciplinaria, los cuales administra la Federación Mexicana de Futbol, ya que cada tarjeta amarilla o roja tiene su costo, además de las onerosas multas que se aplican por el mal comportamiento de la gente, por ejemplo.

“En mi periodo llegamos a tener 10 patrocinadores e incluso nos vestía Kappa, una firma deportiva que también en ese momento vestía al Atlante y otros equipos internacionales reconocidos; te puedo decir que Cuautla en Estados Unidos vende bien, pues nos reportaron que nuestra playera era la segunda con más ventas, sólo por debajo de Atlante, y por arriba de varios clubes de prestigio europeo como el Mónaco, Fiorentina, Aston Villa, entre otros”, indicó el exdirigente.

Los exarroceros

Lo que pasa con el equipo en el presente, ha generado reacciones entre exjugadores, incluso de los no nacidos en Cuautla que tuvieron su obligo futbolero en el club.

Uno de los que levantaron la voz es Marino Guevara, quien fuera campeón de goleo individual a finales de los 60 con la “verdeamarela”.

“Llegué al Cuautla en 1968 cuando estaba en tercera división, aquí tuve mi primera gran oportunidad después de que no fui aceptado en Necaxa y por eso me duele mucho saber que esté pasando esto con el equipo”.

La trayectoria de Marino se prolongó por varios clubes profesionales incluso de primera división, ganando títulos como máximo artillero con San Luis e Irapuato y ya retirado ha sido capacitador de directores técnicos de la Federación Mexicana de Futbol, y como técnico con trabajos en Pumas al lado de Miguel Mejía Barón, y en el propio Cuautla a quien ha dirigido en dos ocasiones, una de ellas en 2001 cuando calificó al equipo a liguilla siendo eliminado en Tabasco donde el equipo fue agredido físicamente por la afición al final del partido que se resolvió con gol de oro en tiempo extra.

Otro elemento que siente la debacle arrocera es “El Pincel”, Héctor Vidal Estrada, quien defendió sus colores en la década de los 90 desde la posición de defensa.

También ha tenido la oportunidad de ser en varias ocasiones cabeza del cuerpo técnico, llevándolo incluso a disputar varias liguillas.

“Es lamentable la situación porque ponen al frente del equipo administrativamente a gente que no debería estar, que nunca jugó futbol, que no siente realmente la playera, solo por compadrazgo o amiguismo; gracias a eso el equipo está en una situación difícil, pisotearon la historia y la playera del Cuautla como quisieron los directivos que estuvieron y hasta anteriores; se ha hecho una cadenita con todo esto. Lamentablemente se dio esta situación y esperemos que se salve el honor del Cuautla, esa historia y ojalá que llegue alguien que sepa lo que es el Cuautla, incluso que haya pasado hasta como jugador para que sepa lo que es la idiosincrasia del equipo”.


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