/ viernes 28 de diciembre de 2018

“Vamo turú a Belé”

¿Qué hay de nuevo viejo?

Sabías que la reforma protestante trajo como consecuencia un gran florecimiento de la composición musical religiosa. Los villancicos ganaron en popularidad después de la reforma en los países donde las iglesias protestantes tenían protagonismo (sabias que Martín Lutero fue autor de villancicos y promocionó su uso en el culto). De hecho en Inglaterra se llegó a prohibir toda celebración de la Navidad.

Otras iglesias del protestantismo favorecieron el uso de la música en las celebraciones religiosas en detrimento de otras formas de devoción usadas por la Iglesia católica. En los siglos sucesivos se compusieron muchos himnos, motetes y otras obras religiosas de muy diverso género, esto impulsó la popularidad de las canciones navideñas.

Actualmente en países de habla hispana se llama villancico a un amplio conjunto muy heterogéneo de composiciones musicales populares, de época y estilo.

En el siglo XVIII, la última época en la que el villancico se cantaba todavía en las celebraciones religiosas, este se fue quedando relegado a la celebración de festividades navideñas. Por este motivo el villancico quedó en la memoria popular como un género de canción específica de la Navidad. Pasando a denominar por extensión a toda canción de temática navideña.

Es poco conocido que Sor Juana Inés de la Cruz, independientemente de su vasta producción literaria, la cual se caracteriza por una elaboración minuciosa de sus textos y la profundidad de temas de los que hablaba.

Sí la “Décima Musa”, a propósito creó diversos villancicos cuyo único fin era que todas y todos pudieran disfrutarlos en la Navidad.

A lo largo de 15 años, Sor Juana Inés de la Cruz compuso sus villancicos entre 1676 y 1691. La gran mayoría de ellos fueron realizados por encargo de las iglesias de todo el país que no querían dejar pasar la oportunidad de cantar obras de la “Décima Musa”, en sus propios atrios.

Estudios recientes han descubierto que entre líneas la poetisa mexicana, de los dulces cánticos navideños sorjuaninos, hacen referencia sutiles a varios de los aspectos que preocupaban a la monja jerónima a lo largo de su vida, como el derecho de la mujer a recibir una educación digna, el maltrato a los negros y el menosprecio a los indígenas.

De hecho el grupo Tierra Mestiza interpreta uno de los villancicos escritos por Sor Juana Inés en 1678, que celebra la influencia negra en México “Vamo turú a Belé”.

El tono sublime son fundamentales en la lírica de la poetisa mexicana, sus villancicos los escribía de una manera tan sencilla y accesible, que pronto todos los estratos de la sociedad los convirtieron en parte fundamental de la verbena popular.

La primera vez que se escucharon los villancicos de Sor Juana, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México fue en 1676, en honor de María Santísima Madre de Dios, en su Asunción Triunfante. Comparto con ustedes éste texto conocido y difundido de la obra navideña de Sor Juana.

A la fiesta del Cielo! Las voces claras

Una Reina celebran, Pura y sin falta.

¡Vengan, vengan, a por su buena estrella!

No se detengan, ¡vayan!

Que en su Concepción está para gracias.

Seguiremos celebrando la Navidad con villancicos, pondremos más atención, haber si muchos son subliminales, y no sólo repetirlos así nada más.

quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx

Sabías que la reforma protestante trajo como consecuencia un gran florecimiento de la composición musical religiosa. Los villancicos ganaron en popularidad después de la reforma en los países donde las iglesias protestantes tenían protagonismo (sabias que Martín Lutero fue autor de villancicos y promocionó su uso en el culto). De hecho en Inglaterra se llegó a prohibir toda celebración de la Navidad.

Otras iglesias del protestantismo favorecieron el uso de la música en las celebraciones religiosas en detrimento de otras formas de devoción usadas por la Iglesia católica. En los siglos sucesivos se compusieron muchos himnos, motetes y otras obras religiosas de muy diverso género, esto impulsó la popularidad de las canciones navideñas.

Actualmente en países de habla hispana se llama villancico a un amplio conjunto muy heterogéneo de composiciones musicales populares, de época y estilo.

En el siglo XVIII, la última época en la que el villancico se cantaba todavía en las celebraciones religiosas, este se fue quedando relegado a la celebración de festividades navideñas. Por este motivo el villancico quedó en la memoria popular como un género de canción específica de la Navidad. Pasando a denominar por extensión a toda canción de temática navideña.

Es poco conocido que Sor Juana Inés de la Cruz, independientemente de su vasta producción literaria, la cual se caracteriza por una elaboración minuciosa de sus textos y la profundidad de temas de los que hablaba.

Sí la “Décima Musa”, a propósito creó diversos villancicos cuyo único fin era que todas y todos pudieran disfrutarlos en la Navidad.

A lo largo de 15 años, Sor Juana Inés de la Cruz compuso sus villancicos entre 1676 y 1691. La gran mayoría de ellos fueron realizados por encargo de las iglesias de todo el país que no querían dejar pasar la oportunidad de cantar obras de la “Décima Musa”, en sus propios atrios.

Estudios recientes han descubierto que entre líneas la poetisa mexicana, de los dulces cánticos navideños sorjuaninos, hacen referencia sutiles a varios de los aspectos que preocupaban a la monja jerónima a lo largo de su vida, como el derecho de la mujer a recibir una educación digna, el maltrato a los negros y el menosprecio a los indígenas.

De hecho el grupo Tierra Mestiza interpreta uno de los villancicos escritos por Sor Juana Inés en 1678, que celebra la influencia negra en México “Vamo turú a Belé”.

El tono sublime son fundamentales en la lírica de la poetisa mexicana, sus villancicos los escribía de una manera tan sencilla y accesible, que pronto todos los estratos de la sociedad los convirtieron en parte fundamental de la verbena popular.

La primera vez que se escucharon los villancicos de Sor Juana, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México fue en 1676, en honor de María Santísima Madre de Dios, en su Asunción Triunfante. Comparto con ustedes éste texto conocido y difundido de la obra navideña de Sor Juana.

A la fiesta del Cielo! Las voces claras

Una Reina celebran, Pura y sin falta.

¡Vengan, vengan, a por su buena estrella!

No se detengan, ¡vayan!

Que en su Concepción está para gracias.

Seguiremos celebrando la Navidad con villancicos, pondremos más atención, haber si muchos son subliminales, y no sólo repetirlos así nada más.

quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx

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