/ jueves 27 de diciembre de 2018

Las causas de la apatía en parejas

El tema de la pareja siempre dará mucho por estudiar, comprender, analizar y sacar conclusiones

El tema de la pareja siempre dará mucho por estudiar, comprender, analizar y sacar conclusiones del porqué del comportamiento de las parejas, al menos en México, en donde se afirma que este modelo social institucional está en crisis desde hace un par de décadas; es por ello que la Facultad de Psicología de la UNAM, realizó un estudio reciente en donde el punto de análisis fue: Causas de apatía en parejas casadas y en unión libre.

El objetivo fue determinar las causas que conducen a la apatía en la pareja haciendo un análisis por sexo. Se trabajó con una muestra no probabilística intencional, compuesta por 150 participantes, igualmente dividida por sexo, quienes reportaron estar casados o vivir en unión libre y tener hijos, de la ciudad de Toluca, México. Se utilizó un cuestionario compuesto por 6 frases incompletas el cual fue validado por jueces expertos con un nivel de acuerdo mayor del 85%.

Se encontró que las causas que generan apatía en la pareja se deben a la falta de involucramiento, la falta de novedad, la realización de actividades no estimulantes, los conflictos, el cansancio, la falta de atracción sexual y a factores externos.

Sin duda, es interesante señalar que a pesar de reportar apatía y estar sin gusto y con quejas muchos permanecen en su relación. Así, el estudio de la apatía puede ser útil para incentivar a las parejas a utilizar estrategias para recuperar el interés dentro de la relación o bien, a decidirse terminar con ésta para buscar la satisfacción de sus necesidades o carencias y alcanzar la paz o el equilibrio personal, señala el estudio de marras.

Y añade: actualmente se habla de un estado de apatía imperante en la sociedad posmoderna al haberse atenuado los vínculos tradicionales, llevando a la incertidumbre y a una sensación de falta de control. Este contexto ha permeado a las relaciones de pareja aumentando su complejidad.

Uno de los autores señala que si bien, los agentes socializadores -comunidad, iglesia y familia- limitaban su libertad, tanto sexual como de otro tipo, en su lugar ofrecían una sensación de pertenencia, orden, significado, continuidad y apoyo social, por lo que ante la pérdida de tales referentes tradicionales, y con ello la estabilidad que proporcionaban, los seres humanos depositan en la pareja la necesidad que tienen de dar sentido y arraigo a su vida, o sea lo que para muchos es la codependencia.

Así, se espera que la pareja, además de brindar protección, pertenencia y conexión emocional, sea el remedio para la soledad existencial. Por ello, se vuelve un espacio fértil para la experiencia de emociones positivas y negativas en el encuentro con el otro, por lo que, la autorregulación emocional, la comunicación y el manejo de conflictos son variables fundamentales en la percepción de una mejor calidad en la relación.

En este sentido, la pareja ha enfrentado diversos riesgos; por un lado, sus miembros desean certeza, seguridad y estabilidad para “anidar” y avanzar en la construcción de un proyecto de vida en común, como es el matrimonio, pero por el otro, desean también misterio, innovación y cambio, fuerzas generadoras que le den a la vida plenitud y energía.

Pero, además, enfrentan la posibilidad latente de ser cambiados de acuerdo con los beneficios o pérdidas que supone la actual pareja en comparación con el resto de posibles opciones dentro del mercado de parejas, en donde cada uno es de forma simultánea demandante y ofertante.

En este proceso se terminan por comparar y valorar las características del otro para optimizar la elección del compañero con mejor capital económico, cultural, social o simbólico. Es así que la idea romántica de ser felices para siempre se supedita a estar juntos hasta que los planes individuales o una pareja más estimulante -física, sociocultural o económicamente- los separen (el o la otro (a)).

La teoría de la paz o equilibrio concibe al amor como toda aquella conducta orientada a la conservación de la vida, motor vital encaminado a cubrir u obtener un recurso anhelado por la persona, es decir, en el caso de la pareja, al cubrir con ella necesidades de aceptación, confianza, apoyo, seguridad y protección, se alcanza la paz o el equilibrio, y se evita con ello el miedo a la soledad, al abandono y al rechazo. Debido a que esta teoría integra diversos aspectos del ser humano, se tomó como base del presente estudio.

Por otro lado, el desencanto, la pérdida de interés o la apatía, lleva a los miembros de la relación a un distanciamiento físico y emocional, derivado de la sensación de experimentar aburrimiento asociado con falta de emoción y cansancio.

Es así como la apatía surge, especialmente cuando la sensación de expansión o crecimiento de sí mismo disminuye y los individuos podrían sentirse cansados dentro de su relación de pareja dependiendo del potencial para compartir experiencias positivas como comprar una casa, empezar un negocio, viajar, o bien, realizar actividades estimulantes y placenteras para ambo.

En el análisis de las etapas de interacción de las relaciones; la apatía se hace presente en la fase de estancamiento, en la cual la relación se pone en suspenso, las interacciones comunicativas se tornan limitadas, dado el desinterés y la predictibilidad en el comportamiento de la pareja, además de la diferenciación de quien empieza a pensar individualmente más que en los intereses de la pareja.

Es importante destacar que el aburrimiento pone el énfasis en la ausencia de satisfactores proporcionados por la pareja, mismos que limitan la expansión del sí mismo; sin embargo, la apatía asume que a pesar de la no obtención de tales satisfactores, es necesario reconocer la valoración subjetiva que hace el sujeto de su relación, basada en los objetivos biológicos y psicosocioculturales que busca conseguir.

Estudios previos, referentes al aburrimiento, ha señalado como motivos desencadenantes del desinterés en la pareja: la falta de novedad y la ausencia de actividades estimulantes que generan emoción placentera.

Sin embargo, también se ha hallado una correlación positiva entre quienes cometen una infidelidad por apatía y el mantenimiento -o no ruptura- de su relación, esto se debe a la comodidad, los gastos monetarios y el tiempo que se le ha invertido a dicha relación.


Método

Se trabajó con una muestra no probabilística de tipo intencional compuesta por 150 participantes repartidos equitativamente por sexo (75 hombres y 75 mujeres) de entre 19 y 61 años de edad residentes de la ciudad de Toluca, en el Estado de México; su escolaridad fue: Primaria (3.3%), Secundaria (22.6%), Preparatoria (30%), Carrera técnica (6%), Licenciatura (26.6%), Especialidad (2.6%), Maestría (6.6%) y Doctorado (2%). El criterio de inclusión de los participantes fue que se encontraran dentro de una relación de pareja establecida, ya sea de matrimonio o en unión libre y que tuvieran hijos. El tiempo de relación osciló entre 1 y 57 años juntos.


Instrumento

Se utilizó un cuestionario integrado por 6 frases incompletas enfocadas en recabar las causas de apatía en la pareja, las cuales se basaron en la definición de apatía. El cuestionario fue sometido a un análisis por jueces expertos obteniendo un nivel de acuerdo superior al 85%. Las preguntas fueron: “Considero que una relación de pareja se enfría debido a...”; “las situaciones o actividades que me hacen sentir aburrido/a dentro de mi relación de pareja son…”; “la pasión en la pareja disminuye cuando o por…”; “tengo falta de interés sexual hacia mi pareja cuando…”; “me muestro indiferente con mi pareja cuando…”. Y, finalmente, “me desmotiva que mi relación…”.

Con base en los resultados obtenidos, se observa que la primera causa de apatía en la pareja que aparece como la más frecuente es la falta de involucramiento, lo cual se contrapone con la intimidad, el compromiso y la expresión del amor esperado de la pareja, por lo que las muestras contrarias como son desinterés, indiferencia y falta de comunicación, al no ser expresiones de cariño, comprensión, dulzura y afecto, propician distanciamiento emocional, cognitivo y conductual entre los miembros de la relación, afectando negativamente la satisfacción matrimonial.

Así, su ausencia supone un estado de apatía, al ser evaluadas las recompensas que espera y obtiene cada miembro de la relación como no benéficas por considerar que no contribuyen al logro de las expectativas individuales en torno a la relación en lo referente a la aceptación, la confianza, el apoyo, la seguridad y la protección dentro del vínculo erótico-afectivo.

La rutina, la falta de detalles y la ausencia de nuevas experiencias, constituyen elementos relevantes para el surgimiento de apatía en la pareja, por ello, el aburrimiento surge por la falta de novedad y la ausencia de actividades estimulantes. En este tenor, al carecer de aventura, cambio e innovación y, por el contrario, obtener un exceso de predictibilidad o familiaridad en la relación es que aparece la apatía como un estado de estancamiento en el vínculo, que además podría llevar a experimentar falta de atracción o de deseo sexual entre los miembros de la relación.

Respecto de la falta de interés sexual, el cansancio aparece de manera frecuente, se halló a la apatía relacionada con una baja activación psicofisiológica y con sentimientos poco placenteros para la interacción con la pareja. Es relevante señalar que las mujeres reportaron tener falta de interés sexual hacia su pareja al sentirse cansadas por el trabajo, la limpieza y el cuidado de los hijos; mientras que los hombres expresaron tener falta de interés sexual al estar cansados del trabajo, tener sueño o haber tenido un día pesado, lo cual sugiere tomar en cuenta la doble o triple jornada que viven las mujeres como elemento estructural asociado que puede llevarlas a experimentar apatía en la pareja, problemas en el bienestar psicológico y la salud física.

Asimismo, la categoría de conflictos adquiere relevancia particular en lo referente a la falta de interés sexual y a la indiferencia con la pareja. Estar molestos, estresados y en desacuerdo son los principales motivos, que llevan a elegir una estrategia de evitación, al distanciarse gradualmente de manera emocional, cognitivo y conductual hasta llegar al desamor, aunque no necesariamente a la separación, dado el desgaste que supondría la ruptura. En fin, que si quiere evitar la ruptura ya sabe refresque su relación por todos los medios día a día….

tomaslopezo@yahoo.com.mx

El tema de la pareja siempre dará mucho por estudiar, comprender, analizar y sacar conclusiones del porqué del comportamiento de las parejas, al menos en México, en donde se afirma que este modelo social institucional está en crisis desde hace un par de décadas; es por ello que la Facultad de Psicología de la UNAM, realizó un estudio reciente en donde el punto de análisis fue: Causas de apatía en parejas casadas y en unión libre.

El objetivo fue determinar las causas que conducen a la apatía en la pareja haciendo un análisis por sexo. Se trabajó con una muestra no probabilística intencional, compuesta por 150 participantes, igualmente dividida por sexo, quienes reportaron estar casados o vivir en unión libre y tener hijos, de la ciudad de Toluca, México. Se utilizó un cuestionario compuesto por 6 frases incompletas el cual fue validado por jueces expertos con un nivel de acuerdo mayor del 85%.

Se encontró que las causas que generan apatía en la pareja se deben a la falta de involucramiento, la falta de novedad, la realización de actividades no estimulantes, los conflictos, el cansancio, la falta de atracción sexual y a factores externos.

Sin duda, es interesante señalar que a pesar de reportar apatía y estar sin gusto y con quejas muchos permanecen en su relación. Así, el estudio de la apatía puede ser útil para incentivar a las parejas a utilizar estrategias para recuperar el interés dentro de la relación o bien, a decidirse terminar con ésta para buscar la satisfacción de sus necesidades o carencias y alcanzar la paz o el equilibrio personal, señala el estudio de marras.

Y añade: actualmente se habla de un estado de apatía imperante en la sociedad posmoderna al haberse atenuado los vínculos tradicionales, llevando a la incertidumbre y a una sensación de falta de control. Este contexto ha permeado a las relaciones de pareja aumentando su complejidad.

Uno de los autores señala que si bien, los agentes socializadores -comunidad, iglesia y familia- limitaban su libertad, tanto sexual como de otro tipo, en su lugar ofrecían una sensación de pertenencia, orden, significado, continuidad y apoyo social, por lo que ante la pérdida de tales referentes tradicionales, y con ello la estabilidad que proporcionaban, los seres humanos depositan en la pareja la necesidad que tienen de dar sentido y arraigo a su vida, o sea lo que para muchos es la codependencia.

Así, se espera que la pareja, además de brindar protección, pertenencia y conexión emocional, sea el remedio para la soledad existencial. Por ello, se vuelve un espacio fértil para la experiencia de emociones positivas y negativas en el encuentro con el otro, por lo que, la autorregulación emocional, la comunicación y el manejo de conflictos son variables fundamentales en la percepción de una mejor calidad en la relación.

En este sentido, la pareja ha enfrentado diversos riesgos; por un lado, sus miembros desean certeza, seguridad y estabilidad para “anidar” y avanzar en la construcción de un proyecto de vida en común, como es el matrimonio, pero por el otro, desean también misterio, innovación y cambio, fuerzas generadoras que le den a la vida plenitud y energía.

Pero, además, enfrentan la posibilidad latente de ser cambiados de acuerdo con los beneficios o pérdidas que supone la actual pareja en comparación con el resto de posibles opciones dentro del mercado de parejas, en donde cada uno es de forma simultánea demandante y ofertante.

En este proceso se terminan por comparar y valorar las características del otro para optimizar la elección del compañero con mejor capital económico, cultural, social o simbólico. Es así que la idea romántica de ser felices para siempre se supedita a estar juntos hasta que los planes individuales o una pareja más estimulante -física, sociocultural o económicamente- los separen (el o la otro (a)).

La teoría de la paz o equilibrio concibe al amor como toda aquella conducta orientada a la conservación de la vida, motor vital encaminado a cubrir u obtener un recurso anhelado por la persona, es decir, en el caso de la pareja, al cubrir con ella necesidades de aceptación, confianza, apoyo, seguridad y protección, se alcanza la paz o el equilibrio, y se evita con ello el miedo a la soledad, al abandono y al rechazo. Debido a que esta teoría integra diversos aspectos del ser humano, se tomó como base del presente estudio.

Por otro lado, el desencanto, la pérdida de interés o la apatía, lleva a los miembros de la relación a un distanciamiento físico y emocional, derivado de la sensación de experimentar aburrimiento asociado con falta de emoción y cansancio.

Es así como la apatía surge, especialmente cuando la sensación de expansión o crecimiento de sí mismo disminuye y los individuos podrían sentirse cansados dentro de su relación de pareja dependiendo del potencial para compartir experiencias positivas como comprar una casa, empezar un negocio, viajar, o bien, realizar actividades estimulantes y placenteras para ambo.

En el análisis de las etapas de interacción de las relaciones; la apatía se hace presente en la fase de estancamiento, en la cual la relación se pone en suspenso, las interacciones comunicativas se tornan limitadas, dado el desinterés y la predictibilidad en el comportamiento de la pareja, además de la diferenciación de quien empieza a pensar individualmente más que en los intereses de la pareja.

Es importante destacar que el aburrimiento pone el énfasis en la ausencia de satisfactores proporcionados por la pareja, mismos que limitan la expansión del sí mismo; sin embargo, la apatía asume que a pesar de la no obtención de tales satisfactores, es necesario reconocer la valoración subjetiva que hace el sujeto de su relación, basada en los objetivos biológicos y psicosocioculturales que busca conseguir.

Estudios previos, referentes al aburrimiento, ha señalado como motivos desencadenantes del desinterés en la pareja: la falta de novedad y la ausencia de actividades estimulantes que generan emoción placentera.

Sin embargo, también se ha hallado una correlación positiva entre quienes cometen una infidelidad por apatía y el mantenimiento -o no ruptura- de su relación, esto se debe a la comodidad, los gastos monetarios y el tiempo que se le ha invertido a dicha relación.


Método

Se trabajó con una muestra no probabilística de tipo intencional compuesta por 150 participantes repartidos equitativamente por sexo (75 hombres y 75 mujeres) de entre 19 y 61 años de edad residentes de la ciudad de Toluca, en el Estado de México; su escolaridad fue: Primaria (3.3%), Secundaria (22.6%), Preparatoria (30%), Carrera técnica (6%), Licenciatura (26.6%), Especialidad (2.6%), Maestría (6.6%) y Doctorado (2%). El criterio de inclusión de los participantes fue que se encontraran dentro de una relación de pareja establecida, ya sea de matrimonio o en unión libre y que tuvieran hijos. El tiempo de relación osciló entre 1 y 57 años juntos.


Instrumento

Se utilizó un cuestionario integrado por 6 frases incompletas enfocadas en recabar las causas de apatía en la pareja, las cuales se basaron en la definición de apatía. El cuestionario fue sometido a un análisis por jueces expertos obteniendo un nivel de acuerdo superior al 85%. Las preguntas fueron: “Considero que una relación de pareja se enfría debido a...”; “las situaciones o actividades que me hacen sentir aburrido/a dentro de mi relación de pareja son…”; “la pasión en la pareja disminuye cuando o por…”; “tengo falta de interés sexual hacia mi pareja cuando…”; “me muestro indiferente con mi pareja cuando…”. Y, finalmente, “me desmotiva que mi relación…”.

Con base en los resultados obtenidos, se observa que la primera causa de apatía en la pareja que aparece como la más frecuente es la falta de involucramiento, lo cual se contrapone con la intimidad, el compromiso y la expresión del amor esperado de la pareja, por lo que las muestras contrarias como son desinterés, indiferencia y falta de comunicación, al no ser expresiones de cariño, comprensión, dulzura y afecto, propician distanciamiento emocional, cognitivo y conductual entre los miembros de la relación, afectando negativamente la satisfacción matrimonial.

Así, su ausencia supone un estado de apatía, al ser evaluadas las recompensas que espera y obtiene cada miembro de la relación como no benéficas por considerar que no contribuyen al logro de las expectativas individuales en torno a la relación en lo referente a la aceptación, la confianza, el apoyo, la seguridad y la protección dentro del vínculo erótico-afectivo.

La rutina, la falta de detalles y la ausencia de nuevas experiencias, constituyen elementos relevantes para el surgimiento de apatía en la pareja, por ello, el aburrimiento surge por la falta de novedad y la ausencia de actividades estimulantes. En este tenor, al carecer de aventura, cambio e innovación y, por el contrario, obtener un exceso de predictibilidad o familiaridad en la relación es que aparece la apatía como un estado de estancamiento en el vínculo, que además podría llevar a experimentar falta de atracción o de deseo sexual entre los miembros de la relación.

Respecto de la falta de interés sexual, el cansancio aparece de manera frecuente, se halló a la apatía relacionada con una baja activación psicofisiológica y con sentimientos poco placenteros para la interacción con la pareja. Es relevante señalar que las mujeres reportaron tener falta de interés sexual hacia su pareja al sentirse cansadas por el trabajo, la limpieza y el cuidado de los hijos; mientras que los hombres expresaron tener falta de interés sexual al estar cansados del trabajo, tener sueño o haber tenido un día pesado, lo cual sugiere tomar en cuenta la doble o triple jornada que viven las mujeres como elemento estructural asociado que puede llevarlas a experimentar apatía en la pareja, problemas en el bienestar psicológico y la salud física.

Asimismo, la categoría de conflictos adquiere relevancia particular en lo referente a la falta de interés sexual y a la indiferencia con la pareja. Estar molestos, estresados y en desacuerdo son los principales motivos, que llevan a elegir una estrategia de evitación, al distanciarse gradualmente de manera emocional, cognitivo y conductual hasta llegar al desamor, aunque no necesariamente a la separación, dado el desgaste que supondría la ruptura. En fin, que si quiere evitar la ruptura ya sabe refresque su relación por todos los medios día a día….

tomaslopezo@yahoo.com.mx

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