Eran las 6:59 horas del 20 de junio 2021 en México cuando la Montaña zapatista vislumbró tierras de la película ibérica. Ahí escucharían las voces, los saberes y las experiencias, tejiendo sueños en esas tierras insumisas, con el sueño de vencer al mundo racista, capitalista y heteropatriarcal y construir otro mundo en el que quepamos todas, todos, todoas y luchemos en contra de este sistema criminal que está destruyendo nuestra Madre Tierra. De ahí que han soñado a lo grande para lograr este periplo, cruzando el mar contra corriente de la historia de arriba.
Aquí la bitácora de viaje:
Serían las 09:14:45 cuando el navío fondeó en la bahía de Baiona o Bayona, Galicia, Estado Español, Europa. De ahí queda cerca, “a tiro de piedra”, la geografía llamada Portugal, y un poco al Noreste se avista Vigo. Tod@s bien de salud. Por cuestiones de papeleo y etcétera, La Montaña y el Escuadrón 421 permanecerán aquí hasta, tentativamente, el día martes 22 a las 1700 –fecha y hora de Vigo-, en que se hará el desembarco. La Guardia Civil del Estado Español abordó la nave, tomó los datos de la tripulación y pasajeros, revisó los pasaportes y realizó el chequeo de rutina. Sin novedad. Condiciones climatológicas: nublado, lluvias ligeras pero frecuentes, 15 grados centígrados.
Al poco tiempo se acercaron varios veleros con compas de la Europa insumisa, para dar la bienvenida… o para comprobar si eran ciertos los rumores que corren por los barrios, campos y montañas del mundo: “los zapatistas han invadido Europa”.
En tierra, al pie de lo que parece un faro, otro grupo gritaba algo como “¡Nos rendimos!”… Nah, es broma. Gritan que Zapata Vive, que Bienvenid@s, que… no se entiende bien. Portan pancartas y dibujos. Hasta donde se alcanza a ver, no hay señales obscenas –lo que puede indicar que no nos han repudiado… todavía-. Algún desubicado porta un cartel que reza: “Comedor La Palomita Insurrecta. Caldo Gallego, Empanadas Ídem y Xoubas. Descuentos especiales a Invasor@s, escarabajos y gato-perros”. En otro cartel se lee “¡Sáquenme de aquí!”. Las personas más prudentes usan las pancartas como paraguas.
El cielo europeo llora conmovido. Sus lágrimas se confunden con las que humedecen las mejillas –curtidas a sol, mar, angustias y adrenalina-, del intrépido Escuadrón 421. En sus pasos, en sus miradas, en sus latidos, los pueblos mayas -así dirá la leyenda-, cruzaron el Atlántico en 50 días con sus noches, en su larga y accidentada travesía por la vida.
Afuera hace frío, pero dentro, en la geografía del corazón, algo como un sentimiento entibia el alma. En las montañas del sureste mexicano el sol sonríe y, del equipo de sonido, salen alegres las primeras notas de una cumbia.
Claro, falta el desembarco, el traslado de la delegación aérea, la organización de la agenda, los encuentros,… y la fiesta de la palabra.
Es decir, falta todo.
SupGaleano.