/ miércoles 17 de julio de 2019

Comandante Ramona

Sororidad

Eran los tiempos del “salinismo” cuando gran parte de la sociedad mexicana creyó fehacientemente haber logrado el tan anhelado sueño de tocar las nubes del “primer mundo” a partir de las estrategias políticas que se habían desarrollado en ese sexenio. Sin embargo, poco o casi nada se hablaba de la “otra sociedad” completamente rezagada e ignorada por el gobierno y sus cabezas municipales.

El día 1º. de enero de 1994, nuestro país amaneció con la noticia que había una rebelión encabezada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; un grupo armado, inspirado en los movimientos zapatistas, marxistas y social libertarios queriendo reivindicar los derechos de los pueblos indígenas que habían tomado el Palacio Municipal de San Cristóbal de las Casas declarando la guerra al ejército nacional justo en un año electoral.

De la noche a la mañana, Chiapas se colocó en el mapa del mundo, de otra manera. Chiapas, uno de los estados más ricos, exuberantes y a la vez más pobres de nuestro país, que tan magistralmente nos describió Rosario Castellanos en su texto “Balún Canán”, estaba lanzando su doloroso grito de injusticia. <“Los indios se levantan dóciles, llevan colgando el morral con su bastimento; la bola de posol, las tostadas, que es todo lo que trajeron del rancho. Porque saben que donde van tampoco les darán de comer”>. Fue entonces ese mes de enero que conocimos al Comandante Marcos con su pipa, dirigiéndose al mundo envuelto en un pasamontañas negro, al igual que la mujer que estaba siempre a su lado: la Comandante Ramona. Aquella mujer menudita que el mismo Marcos definiera como la mayor señal de guerra del Ejército de Liberación. Ella nació en la comunidad tzotzil de los altos de Chiapas ahora llamada, San Andrés Sacamch’en de los pobres.

Un año antes de este levantamiento armado, la Comandante Ramona y la Mayor Ana María, habían realizado una consulta a las mujeres de las comunidades bajo el control del EZLN. Con esta información conformaron la “Ley Revolucionaria de Mujeres”, aprobada en las comunidades indígenas el 8 de marzo de 1993. Su función es, todavía, garantizar los derechos reproductivos, educativos, políticos y laborales de las mujeres. (toda esta información se puede encontrar en el internet):

Años atrás, en 1986, justamente el día 11 de octubre, en la Plaza de la Constitución, (UEHYI ITUALLI) se había hecho el “Llamamiento a todos los Pueblos Indios de Continente” proclamando esa fecha como “El Día de la Soberanía de los Pueblos” para abolir, para siempre, el mal llamado “Día de la raza”, dando inicio a la “YAOYOPA”, es decir, la restauración de las Culturas-Madres de nuestro Continente. También se reunieron en Tlacotenco, Milpa Alta en donde llegaron los representantes de las 52 organizaciones no gubernamentales defensoras de las culturas ancestrales así como el Consejo Supremo de Pueblos de habla Náhuatl del extinto Distrito Federal. La resolución principal: devolver la libertad integral, con todos sus derechos, a la totalidad a los pueblos originales de todo este hemisferio, (TEMAKIXTILIZTLI ) según los Congresos Continentales del Quinto Sol realizados en México y Alburquerque respectivamente, así como el Primer Congreso Indio Mundial efectuado en 1988 en las ciudades Cusco y Ollantaytambo de Perú.

Mientras tanto, por esas mismas fechas, el movimiento EZLN , que ya se había formado años atrás, seguía creciendo y organizándose. Cuando gran parte de la sociedad conoció el verdadero sentimiento zapatista, estudiantes, activistas, organizaciones no gubernamentales y artistas en sus diferentes modalidades se unieron a esta causa, asumiéndose como la verdadera sociedad civil en contra del mal gobierno.

De esta manera, en 1994 se llevó a cabo el primer concierto en la UNAM llamado “Muévete por la gira de la libertad” para recaudar fondos y víveres para la causa. Fue Pati Peñaloza, una estudiante de la IBERO amiga de la banda Botellida de Jerez, Julieta Venegas y Café Tacuba quien tuvo la idea de hacer un concierto “por la causa”. Algo inédito hasta esos días. También el grupo estudiantil Caravana Ricardo Posas reunió otras bandas que nunca habían querido estar juntas. Así mismo, Guillermo Briseño, compositor, guitarrista, cantante y poeta estuvo involucrado con el zapatismo. “al leer lo que decía Marcos, se me hizo grande el corazón”. A este concierto entraron todos los participantes con sus diez pesos, curiosamente un billete azul-verdozo con la imagen de Zapata, y su kilo de arroz o de frijoles. Quién iba a pensar que este tipo de conciertos daría origen a lo que ahora conocemos como “Vive latino”. Pero, cuales fueron algunos de los aspectos que influyeron en este levantamiento?

–Declaración de la Selva Lacandona –Congreso indígena de San Cristóbal de las Casas –La crisis financiera al final del gobierno de López Porttillo, aquel hombre que lloró “no haber podido defender como un “perro” nuestra moneda” como el hubiera querido –En los años 1982 y 1983 llegaron casi 100 000 refugiados de Guatemala debido a las masacres por parte del ejército de su país –Carlos Salinas de Gortari introdujó la política neoliberal –En 1989 la caída del precio del café y no se renovó el acuerdo internacional con los países productores –En 1992, las reformas que se hicieron al Art. 27 constitucional.

El 16 de febrero de 1996, en el pueblo de Chiapas, San Andrés Larráizar, ahora llamado San Andrés Sacamch’en de los pobres y después de varios años de negociaciones mientras los municipios de esos territorios sufrían lo insufrible por parte del ejército nacional, el EZLN y el gobierno de Salinas de Gortari, representado por Manuel Camacho Solís y el obispo Samuel Ruíz, firmaron los acuerdos de San Andrés para reconocer constitucionalmente los derechos y las culturas indígenas.

El 11 de Octubre de ese mismo año, entre aplausos y gritos emocionados “No que no, si que sí, los zapatistas ya están aquí”, la Comandante Ramona y miembros del Movimiento EZLN hicieron su aparición en el auditorio abarrotado del Centro Médico de la Ciudad de México para llevar a cabo el Congreso Nacional Indigenista. Gran parte de nuestra nación le rendía pleitesía a esta mujer valiente y a toda la comitiva.

Al día siguiente, también con la comandante Ramona al frente, los miembros del EZLN llegaron a la explanada de un Zócalo, totalmente llena. Era la primera vez que la comandanta veía tanta gente y lo que más le emocionaba, es que era en la “mera capital”. Este fue el conmovedor discurso de una mujer que apenas hablaba el español, mientras la gente en el Zócalo guardaba un silencio absoluto que hacía estremecer la piel:

Pueblo de México, Hermanas y hermanos.

Hoy hemos venido hasta aquí, hasta el centro de este país que se llama México, para decirle a todos los mexicanos y mexicanas unas cuantas palabras que tenemos nosotros los zapatistas. De por sí es muy pequeña nuestra palabra de los zapatistas, pero su paso es muy grande y camina muy lejos y entra en muchos corazones. Estos corazones que nos escucharon son de hombres, mujeres, niños y ancianos que quieren un país democrático, libre y justo. Estos corazones son los que nos ayudaron a llegar hasta el Zócalo en la Ciudad de México. Estos corazones quieren lo mismo que los zapatistas queremos y lo que todos queremos. Queremos un México que nos tome en cuenta como seres humanos, que nos respete y reconozca nuestra dignidad. Por eso queremos unir nuestra pequeña voz de zapatistas a la voz grande de todos los que luchan por un México Nuevo. Llegamos hasta aquí para gritar, junto con todos, los que ya no, que nunca más un México sin nosotros. Eso queremos, un México donde todos tengamos un lugar digno. Por eso estamos dispuestos a participar en un gran diálogo nacional con todos. Un diálogo donde nuestra palabra sea una palabra más en muchas palabras y nuestro corazón sea un corazón más dentro de muchos corazones. Por este diálogo nacional vamos a caminar mucho y vamos a dar muchos pasos. Nosotros estamos dispuestos a todo para dar estos pasos. Pero necesitados que todos ustedes nos ayuden a caminar a todos los zapatistas, así como me ayudaron a mí a caminar hasta aquí. Hermanos y hermanas mexicanos: Yo soy la Comandante Ramona del Ejército de Liberación Nacional. Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al Distrito Federal y a todos los lugares de México. Esperamos que todos ustedes caminen junto a nosotros. Esta es nuestra palabra, hermanos y hermanas mexicanas. Gracias, desde el Zócalo de la Ciudad de México, Distrito Federal.

El 25 de febrero de 2001, partió de Chiapas otro contingente al que se le llamó el “Zapatour”, fueron 17 días para llegar a la CDMX y exigirle a Vicente Fox el cumplimiento de dichos acuerdos. Durante el trayecto, la sociedad les hacía valla y se volcaba a colmarlos con agua y alimentos hasta que llegaron su destino en medio de las consignas “todos somos Marcos” y “todas somos Ramona”, sin llegar a ninguna conclusión que los beneficiara. En esta ocasión, ya no los acompañó la Comandante Ramona. Ella murió en 2006 cerca de San Cristóbal de las Casas en 2006 de una cruel enfermedad pero que no le impidió, mientras pudo, estar al frente del movimiento. Desde entonces, durante todos los sexenios ha sido lo mismo.

El año pasado vimos imágenes en los diarios y en la televisión de hombres y mujeres vestidos de indígenas entregando el “bastón de mando” a esta nueva administración. Los murmullos se vuelven gritos, diciendo que ellos no son reconocidos ni por los zapatistas, ni por los pueblos originarios y que han traicionado la causa y los valores de la misma.

Los ciudadanos de México y del mundo tenemos una misión única y, tal vez irrepetible, para aprender a cuidar a la madre naturaleza y a los que en ella habitan. De ahí la importancia de conocer y entender las filosofías de estos pueblos que hemos dejado casi en el olvido, presumiendo de una “civilización” que nos tiene, como nunca, al borde de un brutal colapso. “Muerto el último árbol, muerto el último hombre” (sentencia maya).

Esta nota la escribo un 14 de julio, cuando Francia celebra con todas pompas la fecha de su Revolución: “Libertad, Igualdad, fraternidad” y yo le agregaría “Sororidad”. El 8 de agosto es la fecha del natalicio de Emiliano Zapata y el 13 de agosto es la fecha cuando Cuauhtémoc fue capturado por los españoles en Tlatelolco. Un buen momento para recordar a la Comandante Ramona; mujer, ejemplo de muchos ejemplos.

Eran los tiempos del “salinismo” cuando gran parte de la sociedad mexicana creyó fehacientemente haber logrado el tan anhelado sueño de tocar las nubes del “primer mundo” a partir de las estrategias políticas que se habían desarrollado en ese sexenio. Sin embargo, poco o casi nada se hablaba de la “otra sociedad” completamente rezagada e ignorada por el gobierno y sus cabezas municipales.

El día 1º. de enero de 1994, nuestro país amaneció con la noticia que había una rebelión encabezada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; un grupo armado, inspirado en los movimientos zapatistas, marxistas y social libertarios queriendo reivindicar los derechos de los pueblos indígenas que habían tomado el Palacio Municipal de San Cristóbal de las Casas declarando la guerra al ejército nacional justo en un año electoral.

De la noche a la mañana, Chiapas se colocó en el mapa del mundo, de otra manera. Chiapas, uno de los estados más ricos, exuberantes y a la vez más pobres de nuestro país, que tan magistralmente nos describió Rosario Castellanos en su texto “Balún Canán”, estaba lanzando su doloroso grito de injusticia. <“Los indios se levantan dóciles, llevan colgando el morral con su bastimento; la bola de posol, las tostadas, que es todo lo que trajeron del rancho. Porque saben que donde van tampoco les darán de comer”>. Fue entonces ese mes de enero que conocimos al Comandante Marcos con su pipa, dirigiéndose al mundo envuelto en un pasamontañas negro, al igual que la mujer que estaba siempre a su lado: la Comandante Ramona. Aquella mujer menudita que el mismo Marcos definiera como la mayor señal de guerra del Ejército de Liberación. Ella nació en la comunidad tzotzil de los altos de Chiapas ahora llamada, San Andrés Sacamch’en de los pobres.

Un año antes de este levantamiento armado, la Comandante Ramona y la Mayor Ana María, habían realizado una consulta a las mujeres de las comunidades bajo el control del EZLN. Con esta información conformaron la “Ley Revolucionaria de Mujeres”, aprobada en las comunidades indígenas el 8 de marzo de 1993. Su función es, todavía, garantizar los derechos reproductivos, educativos, políticos y laborales de las mujeres. (toda esta información se puede encontrar en el internet):

Años atrás, en 1986, justamente el día 11 de octubre, en la Plaza de la Constitución, (UEHYI ITUALLI) se había hecho el “Llamamiento a todos los Pueblos Indios de Continente” proclamando esa fecha como “El Día de la Soberanía de los Pueblos” para abolir, para siempre, el mal llamado “Día de la raza”, dando inicio a la “YAOYOPA”, es decir, la restauración de las Culturas-Madres de nuestro Continente. También se reunieron en Tlacotenco, Milpa Alta en donde llegaron los representantes de las 52 organizaciones no gubernamentales defensoras de las culturas ancestrales así como el Consejo Supremo de Pueblos de habla Náhuatl del extinto Distrito Federal. La resolución principal: devolver la libertad integral, con todos sus derechos, a la totalidad a los pueblos originales de todo este hemisferio, (TEMAKIXTILIZTLI ) según los Congresos Continentales del Quinto Sol realizados en México y Alburquerque respectivamente, así como el Primer Congreso Indio Mundial efectuado en 1988 en las ciudades Cusco y Ollantaytambo de Perú.

Mientras tanto, por esas mismas fechas, el movimiento EZLN , que ya se había formado años atrás, seguía creciendo y organizándose. Cuando gran parte de la sociedad conoció el verdadero sentimiento zapatista, estudiantes, activistas, organizaciones no gubernamentales y artistas en sus diferentes modalidades se unieron a esta causa, asumiéndose como la verdadera sociedad civil en contra del mal gobierno.

De esta manera, en 1994 se llevó a cabo el primer concierto en la UNAM llamado “Muévete por la gira de la libertad” para recaudar fondos y víveres para la causa. Fue Pati Peñaloza, una estudiante de la IBERO amiga de la banda Botellida de Jerez, Julieta Venegas y Café Tacuba quien tuvo la idea de hacer un concierto “por la causa”. Algo inédito hasta esos días. También el grupo estudiantil Caravana Ricardo Posas reunió otras bandas que nunca habían querido estar juntas. Así mismo, Guillermo Briseño, compositor, guitarrista, cantante y poeta estuvo involucrado con el zapatismo. “al leer lo que decía Marcos, se me hizo grande el corazón”. A este concierto entraron todos los participantes con sus diez pesos, curiosamente un billete azul-verdozo con la imagen de Zapata, y su kilo de arroz o de frijoles. Quién iba a pensar que este tipo de conciertos daría origen a lo que ahora conocemos como “Vive latino”. Pero, cuales fueron algunos de los aspectos que influyeron en este levantamiento?

–Declaración de la Selva Lacandona –Congreso indígena de San Cristóbal de las Casas –La crisis financiera al final del gobierno de López Porttillo, aquel hombre que lloró “no haber podido defender como un “perro” nuestra moneda” como el hubiera querido –En los años 1982 y 1983 llegaron casi 100 000 refugiados de Guatemala debido a las masacres por parte del ejército de su país –Carlos Salinas de Gortari introdujó la política neoliberal –En 1989 la caída del precio del café y no se renovó el acuerdo internacional con los países productores –En 1992, las reformas que se hicieron al Art. 27 constitucional.

El 16 de febrero de 1996, en el pueblo de Chiapas, San Andrés Larráizar, ahora llamado San Andrés Sacamch’en de los pobres y después de varios años de negociaciones mientras los municipios de esos territorios sufrían lo insufrible por parte del ejército nacional, el EZLN y el gobierno de Salinas de Gortari, representado por Manuel Camacho Solís y el obispo Samuel Ruíz, firmaron los acuerdos de San Andrés para reconocer constitucionalmente los derechos y las culturas indígenas.

El 11 de Octubre de ese mismo año, entre aplausos y gritos emocionados “No que no, si que sí, los zapatistas ya están aquí”, la Comandante Ramona y miembros del Movimiento EZLN hicieron su aparición en el auditorio abarrotado del Centro Médico de la Ciudad de México para llevar a cabo el Congreso Nacional Indigenista. Gran parte de nuestra nación le rendía pleitesía a esta mujer valiente y a toda la comitiva.

Al día siguiente, también con la comandante Ramona al frente, los miembros del EZLN llegaron a la explanada de un Zócalo, totalmente llena. Era la primera vez que la comandanta veía tanta gente y lo que más le emocionaba, es que era en la “mera capital”. Este fue el conmovedor discurso de una mujer que apenas hablaba el español, mientras la gente en el Zócalo guardaba un silencio absoluto que hacía estremecer la piel:

Pueblo de México, Hermanas y hermanos.

Hoy hemos venido hasta aquí, hasta el centro de este país que se llama México, para decirle a todos los mexicanos y mexicanas unas cuantas palabras que tenemos nosotros los zapatistas. De por sí es muy pequeña nuestra palabra de los zapatistas, pero su paso es muy grande y camina muy lejos y entra en muchos corazones. Estos corazones que nos escucharon son de hombres, mujeres, niños y ancianos que quieren un país democrático, libre y justo. Estos corazones son los que nos ayudaron a llegar hasta el Zócalo en la Ciudad de México. Estos corazones quieren lo mismo que los zapatistas queremos y lo que todos queremos. Queremos un México que nos tome en cuenta como seres humanos, que nos respete y reconozca nuestra dignidad. Por eso queremos unir nuestra pequeña voz de zapatistas a la voz grande de todos los que luchan por un México Nuevo. Llegamos hasta aquí para gritar, junto con todos, los que ya no, que nunca más un México sin nosotros. Eso queremos, un México donde todos tengamos un lugar digno. Por eso estamos dispuestos a participar en un gran diálogo nacional con todos. Un diálogo donde nuestra palabra sea una palabra más en muchas palabras y nuestro corazón sea un corazón más dentro de muchos corazones. Por este diálogo nacional vamos a caminar mucho y vamos a dar muchos pasos. Nosotros estamos dispuestos a todo para dar estos pasos. Pero necesitados que todos ustedes nos ayuden a caminar a todos los zapatistas, así como me ayudaron a mí a caminar hasta aquí. Hermanos y hermanas mexicanos: Yo soy la Comandante Ramona del Ejército de Liberación Nacional. Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al Distrito Federal y a todos los lugares de México. Esperamos que todos ustedes caminen junto a nosotros. Esta es nuestra palabra, hermanos y hermanas mexicanas. Gracias, desde el Zócalo de la Ciudad de México, Distrito Federal.

El 25 de febrero de 2001, partió de Chiapas otro contingente al que se le llamó el “Zapatour”, fueron 17 días para llegar a la CDMX y exigirle a Vicente Fox el cumplimiento de dichos acuerdos. Durante el trayecto, la sociedad les hacía valla y se volcaba a colmarlos con agua y alimentos hasta que llegaron su destino en medio de las consignas “todos somos Marcos” y “todas somos Ramona”, sin llegar a ninguna conclusión que los beneficiara. En esta ocasión, ya no los acompañó la Comandante Ramona. Ella murió en 2006 cerca de San Cristóbal de las Casas en 2006 de una cruel enfermedad pero que no le impidió, mientras pudo, estar al frente del movimiento. Desde entonces, durante todos los sexenios ha sido lo mismo.

El año pasado vimos imágenes en los diarios y en la televisión de hombres y mujeres vestidos de indígenas entregando el “bastón de mando” a esta nueva administración. Los murmullos se vuelven gritos, diciendo que ellos no son reconocidos ni por los zapatistas, ni por los pueblos originarios y que han traicionado la causa y los valores de la misma.

Los ciudadanos de México y del mundo tenemos una misión única y, tal vez irrepetible, para aprender a cuidar a la madre naturaleza y a los que en ella habitan. De ahí la importancia de conocer y entender las filosofías de estos pueblos que hemos dejado casi en el olvido, presumiendo de una “civilización” que nos tiene, como nunca, al borde de un brutal colapso. “Muerto el último árbol, muerto el último hombre” (sentencia maya).

Esta nota la escribo un 14 de julio, cuando Francia celebra con todas pompas la fecha de su Revolución: “Libertad, Igualdad, fraternidad” y yo le agregaría “Sororidad”. El 8 de agosto es la fecha del natalicio de Emiliano Zapata y el 13 de agosto es la fecha cuando Cuauhtémoc fue capturado por los españoles en Tlatelolco. Un buen momento para recordar a la Comandante Ramona; mujer, ejemplo de muchos ejemplos.

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