Con una exhibición de box, una comida y el compartir aventuras y amores de la juventud, los 27 adultos mayores de la Casa Hogar Las Palomas, en Cuernavaca, festejaron el día del abuelo.
Al tratarse de un día especial, los festejados disfrutaron de una comida especial que incluía cecina, costillas, nopalitos, frijoles refritos y guacamole, y esta vez no hubo aguas frescas sino refresco (bebida que no tiene permitida).
Además, con la finalidad de pasar un rato de esparcimiento, el instructor de zumba les llevó una demostración de box, la cual generó expectativa entre los festejados.
María de Jesús Santo, de 70 años y quien lleva 10 año en la casa hogar, indicó que siempre los festejan con una comida y mencionó que lo que más le dio gusto es poder tomar refresco. Se dijo afortunada porque tiene dos hijas, un nieto y un yerno, quienes seguido la visitan y se la llevan de paseo. Explicó que no la pueden tener viviendo con ellos, porque por los cuidados de salud que requiere temen que algo le pase mientras ellos trabajan. También, se dijo feliz por encontrarse en la casa hogar, en donde recibe las atenciones y cuidados necesarios, pues le dan de comer, la atienden doctores y personal de enfermería.
Por su parte, Víctor Pérez, de 85 años de edad, mencionó que tiene dos años y medio viviendo en “Las Palomas” y dijo que este tipo de festividades son más de índole comercial. Agregó que afortunadamente tiene cuatro hijos, los cuales no necesita que lo visiten porque son independientes y han podido salir adelante. Asimismo, compartió que les enseñó trabajar por su cuenta y no dependen de ningún patrón, y él decide cuando los visita, pues aseguró que puede valerse por sí mismo.
Víctor Pérez es oriundo de Guanajuato, y le entró la nostalgia y recordó a sus dos grandes amores: una novia que vivía en Chicago, con la cual no se casó y por eso se arrepiente; con la segunda se casó en México y es la madre de sus seis hijos, de los cuales solamente le sobreviven cuatro.