/ martes 3 de mayo de 2022

Zavala, Yáñez y el Congreso local

Mirna Zavala, diputada del Partido Encuentro Social y probablemente la legisladora más cercana al gobernador Cuauhtémoc Blanco, abandonó la sesión del Congreso del Estado y con ello rompió el quórum para la misma y evitó se conociera el acuerdo del Legislativo para llamar a un diputado a ocupar la curul vacante tras la defunción de Juan José Yáñez. Era obvia la determinación considerando la relación entre Cuauhtémoc Blanco y el candidato a la curul vacante propuesto por el priista Eliasib Polanco Saldívar: Roberto Carlos Yáñez Moreno, el mismo, junto a su hermano Julio trajo a Morelos al hoy gobernador y luego peleó con él y ha sido testigo en por lo menos dos procesos en contra del mandatario.

Roberto Carlos Yáñez es el más accesible de los hermanos que se hicieron del control del Partido Socialdemócrata de Morelos al inicio de la década pasada. Bromista y francote, el que es uno de cuatro aspirantes a la curul vacante fue también operador, según sus propias palabras, del presunto contrato para la candidatura de Blanco a la alcaldía y de la mayoría de los supuestos pagos que se hicieron al mandatario. Así lo declaró Roberto Carlos ante la Fiscalía General del Estado y el Instituto Nacional Electoral, en dos procesos diferentes que a la postre fueron sobreseídos en respeto a la presunción de inocencia del mandatario.

Por supuesto que el dicharachero de los hermanos Yáñez Moreno no le parece simpático al gobernador y mucho menos a su equipo de trabajo. Aunque hay por lo menos una de cuatro aproximaciones legales a la forma de ocupar la curul vacante, que establece debe ser Roberto Carlos el diputado: ésa es la argumentación que el PRI ha considerado llevar al pleno para incorporar a Yáñez al Legislativo y a su fracción parlamentaria.

El cálculo también es político. Desde el grupo de 10 legisladores de oposición al gobierno de Cuauhtémoc Blanco se asume que la posición de Roberto Carlos sería de crítica incisiva al gobernador y con ello se mantendría y probablemente hasta revitalizaría el discurso de la oposición en el Congreso. Las peculiares características del hermano Yáñez lo ubican como introductor de discursos polémicos y manejador de temas profundamente críticos. El valor como herramienta que podría tener un Roberto Carlos legislador es limitado, sin embargo, por el filtro del juicio sobre el emisor que por supuesto es común en medios periodísticos dentro de ambientes abiertamente polarizados como la política morelense. Yáñez Moreno no es un modelo de virtudes morales, él mismo ha declarado ante las autoridades una serie de conductas que podrían considerarse absolutamente faltas de ética. La misma condición puede presentarse en otros legisladores, pero en el debate parlamentario, lo relevante son los argumentos.

En este sentido, la estrategia de Mirna Zavala para aplazar lo que pareciera a estas alturas ya inevitable (el ingreso de Yáñez Moreno al Congreso local), resulta por lo menos obvia. La posibilidad de evitar que continúe el desgaste del grupo en el gobierno en manos de sus adversarios políticos debe extenderse, desde la comunicación gubernamental, en la medida de lo posible; mucho mejor y más sencillo sería que el gobierno se defendiera sólo con sus acciones y resultados.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx


Mirna Zavala, diputada del Partido Encuentro Social y probablemente la legisladora más cercana al gobernador Cuauhtémoc Blanco, abandonó la sesión del Congreso del Estado y con ello rompió el quórum para la misma y evitó se conociera el acuerdo del Legislativo para llamar a un diputado a ocupar la curul vacante tras la defunción de Juan José Yáñez. Era obvia la determinación considerando la relación entre Cuauhtémoc Blanco y el candidato a la curul vacante propuesto por el priista Eliasib Polanco Saldívar: Roberto Carlos Yáñez Moreno, el mismo, junto a su hermano Julio trajo a Morelos al hoy gobernador y luego peleó con él y ha sido testigo en por lo menos dos procesos en contra del mandatario.

Roberto Carlos Yáñez es el más accesible de los hermanos que se hicieron del control del Partido Socialdemócrata de Morelos al inicio de la década pasada. Bromista y francote, el que es uno de cuatro aspirantes a la curul vacante fue también operador, según sus propias palabras, del presunto contrato para la candidatura de Blanco a la alcaldía y de la mayoría de los supuestos pagos que se hicieron al mandatario. Así lo declaró Roberto Carlos ante la Fiscalía General del Estado y el Instituto Nacional Electoral, en dos procesos diferentes que a la postre fueron sobreseídos en respeto a la presunción de inocencia del mandatario.

Por supuesto que el dicharachero de los hermanos Yáñez Moreno no le parece simpático al gobernador y mucho menos a su equipo de trabajo. Aunque hay por lo menos una de cuatro aproximaciones legales a la forma de ocupar la curul vacante, que establece debe ser Roberto Carlos el diputado: ésa es la argumentación que el PRI ha considerado llevar al pleno para incorporar a Yáñez al Legislativo y a su fracción parlamentaria.

El cálculo también es político. Desde el grupo de 10 legisladores de oposición al gobierno de Cuauhtémoc Blanco se asume que la posición de Roberto Carlos sería de crítica incisiva al gobernador y con ello se mantendría y probablemente hasta revitalizaría el discurso de la oposición en el Congreso. Las peculiares características del hermano Yáñez lo ubican como introductor de discursos polémicos y manejador de temas profundamente críticos. El valor como herramienta que podría tener un Roberto Carlos legislador es limitado, sin embargo, por el filtro del juicio sobre el emisor que por supuesto es común en medios periodísticos dentro de ambientes abiertamente polarizados como la política morelense. Yáñez Moreno no es un modelo de virtudes morales, él mismo ha declarado ante las autoridades una serie de conductas que podrían considerarse absolutamente faltas de ética. La misma condición puede presentarse en otros legisladores, pero en el debate parlamentario, lo relevante son los argumentos.

En este sentido, la estrategia de Mirna Zavala para aplazar lo que pareciera a estas alturas ya inevitable (el ingreso de Yáñez Moreno al Congreso local), resulta por lo menos obvia. La posibilidad de evitar que continúe el desgaste del grupo en el gobierno en manos de sus adversarios políticos debe extenderse, desde la comunicación gubernamental, en la medida de lo posible; mucho mejor y más sencillo sería que el gobierno se defendiera sólo con sus acciones y resultados.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx