Ya no somos los mismos 

“Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. La frase extraída del Poema 20 de Pablo Neruda cobra ahora otra dimensión.

Los humanos ya no somos los mismos de hace un par de años. Nuestra vida dio un giro radical y hemos aprendido a vivir de una manera distinta.

Y esto se refleja en todos los espacios y territorios. En el mundo, el impacto de ómicron, la nueva variante de Covid, ha motivado decisiones fuera de lo común, con prohibiciones a la movilidad y libertad de las y los ciudadanos, motivadas por la búsqueda del bienestar colectivo.

Francia, Australia, Filipinas y Alemania, entre muchos otros, han tomado diversas decisiones de ese tipo con aquellas personas que no han sido vacunadas por negativa propia. Viralizados y puestos en el debate están la declaración del mandatario francés, Emmanuel Macron, de “fregar” a los no insaculados, y el impedimento para que el número uno del tenis, Novak Djokovic, ingresara la nación australiana donde fue a disputar el Abierto.

En Tepoztlán decidieron cancelar el Carnaval, al no existir las condiciones sanitarias para su realización.

En ese contexto, la gente puede llegar a experimentar sentimientos de temor e impotencia, ante una posible incertidumbre por no alcanzar a vislumbrar aún el fin de la pandemia o al saberse vacunados y enfrentar contagios por parte de quienes no lo están.

Frente a esa incertidumbre, vale la pena regresar a la frase del poeta. “Ya no somos los mismos”. Ahora somos una ciudadanía más informada, con mejores herramientas para atender nuestra salud física y reconocer nuestras necesidades emocionales.

Desde el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México en el año que recién terminó proporcionamos Primeros Auxilios Psicológicos gratuitos, 24/7, a más de 800 personas, a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533.

Entre las razones por las que la ciudadanía morelense buscó apoyo resaltan los problemas de pareja y familiares, en una mayoría visibilizados a partir del confinamiento sanitario, además de situaciones de fatiga pandémica, depresión, ansiedad o duelo.

Ni en la entidad gobernada por Cuauhtémoc Blanco ni en el país se viven circunstancias que motiven un estado de prohibición, como en naciones europeas o asiáticas.

Contamos con herramientas que nos permiten decir: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.