/ martes 1 de marzo de 2022

¿Ya no puedo más?

“Ya no puedo más, cierro mi ciclo y me retiro”, esas fueron las palabras del titular del ejecutivo nacional ante periodistas de diversos medios, en un recorrido por las instalaciones de Palacio Nacional;

Poseedor de amores y odios, López Obrador marca la agenda nacional y naturalmente sus palabras fueron recogidas y colocadas en diversos contextos, tratemos de dilucidar algunas de las posibles e innumerables causas de la fatiga presidencial.

La inmediata explicación podría ser un normal agotamiento físico del septuagenario mandatario, las reuniones con el gabinete de seguridad que anteceden a las famosas “mañaneras”, las constantes giras realizadas por aire y tierra en prácticamente todos los rincones del territorio nacional dejan poco margen para un descanso; esto a pesar de lo declarado en noviembre de 2020 cuando durante una conferencia mencionó no sentirse agotado a dos años de gobierno.

Otras explicaciones al cansancio confesado, parecen tener un origen multifactorial, la creciente inseguridad en nuestro país, la crisis económica mundial, la pandemia, el desencuentro con algunos periodistas y el grave problema de desabasto de medicinas forman parte, pero vámonos a detalle…

El 28 de Enero, Loret de Mola en el portal Latinus presentó una laxa nota proporcionada por la Organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, acusando un conflicto de intereses por su José Ramón López (hijo de amlo) y su esposa Carolyn Adams; el trabajo plagado de juicios de valor, causó la ira presidencial provocando un enorme yerro del Presidente al arremeter contra el periodista y exhibir sus ingresos económicos; el asunto escaló, traspasó fronteras y el escándalo llegó a ser comparado con el “Partenón” de Arturo Durazo, la “Colina del Perro” (López Portillo) con la no tan difundida “Casa de Malinalco” de Luis Videgaray y la Famosa “Casa Blanca” de Peña Nieto, aunque no existe parangón razonado y la distancia es enorme entre lo que ahora se ha dado por llamar “Casa Gris” y los casos mencionados.

Lo cierto es que el tema ha representado un dolor de cabeza para López Obrador, quien sin duda colaboró tal vez involuntariamente en los tintes del entramado, la tesis sostenida por MCC ha sufrido un gradual debilitamiento, al no presentarse una investigación sólida, incluso el prestigiado despacho R. McConnel Group, intervino y descartó irregularidades o posibles conflictos de interés en la renta del inmueble; sin embargo el tema seguro pasará factura a la imagen presidencial, López Obrador se concentra en su encono a Loret y sus jefes, en precisos momentos donde su gestión le está fallando al gremio periodístico, la sangre derramada no puede ser ignorada.

También puede ser causa de un desgaste para AMLO es colocar el proceso de revocación de mandato, algo que inexplicablemente se ve como un gasto sin sentido, como una oda al ego de los gobernantes y no como lo que es, un ejercicio hasta hoy inédito (en nuestro país) de democracia participativa.

Se trata de una herramienta avalada en nuestras disposiciones que de haberse usado antes, nos habría librado de muchos sinsabores a lo largo de la historia; si en el camino nos topamos con un tirano o un corrupto probado (como algunos sectores consideran al presidente) ¿apoco no sería benéfico contar con el recurso legal y democrático para echarlo del cargo? El dar al pueblo el derecho no solo de elegir sino de revocar a sus gobernantes debería ser considerado motivo de orgullo y madurez política y no un gasto superfluo o de ocio irresponsable; esta última idea me parece amor a la correa.

Mas la oposición no visualizó (por obvias razones) en el ejercicio de revocación una oportunidad para deshacerse de López Obrador, el parcial árbitro (INE) la llevará a cabo a regañadientes y bajo protesta por falta de recursos, anticipando que los resultados podrían no ser los esperados en esta primera experiencia debido precisamente al tema financiero, eso sin duda revolotea en la mente del tabasqueño y le genera lógica incertidumbre.

Son muchas las posibles causas de un eventual agotamiento del mandatario, la violencia desbordada a pesar de los esfuerzos evidentes, los megaproyectos con una precipitada inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles el próximo 21 de marzo; las complicaciones del Tren Maya; la reforma eléctrica que tiene entre sus opositores no solo a los partidos de siempre sino a grandes intereses económicos.

Andrés Manuel López Obrador se apresuró a “aclarar” sus dichos a la prensa sobre su propio cansancio, comentó, únicamente se refería a la decisión de retirarse de la vida pública del país una vez concluido su mandato; al presidente se le nota una mezcla de fatiga y fastidio, lo cual debe encender focos de alerta al interior de Morena, “ya no puedo más” es una expresión normal en un hombre de 68 años que todos los días es sometido al desquiciado ataque de necios y al justo escrutinio de los enterados, sería importante confiar en que esa frase no es un anticipado deseo de claudicar, porque los poco menos de tres años faltantes no serán nada sencillos y no se ve un capitán emergente.



“Ya no puedo más, cierro mi ciclo y me retiro”, esas fueron las palabras del titular del ejecutivo nacional ante periodistas de diversos medios, en un recorrido por las instalaciones de Palacio Nacional;

Poseedor de amores y odios, López Obrador marca la agenda nacional y naturalmente sus palabras fueron recogidas y colocadas en diversos contextos, tratemos de dilucidar algunas de las posibles e innumerables causas de la fatiga presidencial.

La inmediata explicación podría ser un normal agotamiento físico del septuagenario mandatario, las reuniones con el gabinete de seguridad que anteceden a las famosas “mañaneras”, las constantes giras realizadas por aire y tierra en prácticamente todos los rincones del territorio nacional dejan poco margen para un descanso; esto a pesar de lo declarado en noviembre de 2020 cuando durante una conferencia mencionó no sentirse agotado a dos años de gobierno.

Otras explicaciones al cansancio confesado, parecen tener un origen multifactorial, la creciente inseguridad en nuestro país, la crisis económica mundial, la pandemia, el desencuentro con algunos periodistas y el grave problema de desabasto de medicinas forman parte, pero vámonos a detalle…

El 28 de Enero, Loret de Mola en el portal Latinus presentó una laxa nota proporcionada por la Organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, acusando un conflicto de intereses por su José Ramón López (hijo de amlo) y su esposa Carolyn Adams; el trabajo plagado de juicios de valor, causó la ira presidencial provocando un enorme yerro del Presidente al arremeter contra el periodista y exhibir sus ingresos económicos; el asunto escaló, traspasó fronteras y el escándalo llegó a ser comparado con el “Partenón” de Arturo Durazo, la “Colina del Perro” (López Portillo) con la no tan difundida “Casa de Malinalco” de Luis Videgaray y la Famosa “Casa Blanca” de Peña Nieto, aunque no existe parangón razonado y la distancia es enorme entre lo que ahora se ha dado por llamar “Casa Gris” y los casos mencionados.

Lo cierto es que el tema ha representado un dolor de cabeza para López Obrador, quien sin duda colaboró tal vez involuntariamente en los tintes del entramado, la tesis sostenida por MCC ha sufrido un gradual debilitamiento, al no presentarse una investigación sólida, incluso el prestigiado despacho R. McConnel Group, intervino y descartó irregularidades o posibles conflictos de interés en la renta del inmueble; sin embargo el tema seguro pasará factura a la imagen presidencial, López Obrador se concentra en su encono a Loret y sus jefes, en precisos momentos donde su gestión le está fallando al gremio periodístico, la sangre derramada no puede ser ignorada.

También puede ser causa de un desgaste para AMLO es colocar el proceso de revocación de mandato, algo que inexplicablemente se ve como un gasto sin sentido, como una oda al ego de los gobernantes y no como lo que es, un ejercicio hasta hoy inédito (en nuestro país) de democracia participativa.

Se trata de una herramienta avalada en nuestras disposiciones que de haberse usado antes, nos habría librado de muchos sinsabores a lo largo de la historia; si en el camino nos topamos con un tirano o un corrupto probado (como algunos sectores consideran al presidente) ¿apoco no sería benéfico contar con el recurso legal y democrático para echarlo del cargo? El dar al pueblo el derecho no solo de elegir sino de revocar a sus gobernantes debería ser considerado motivo de orgullo y madurez política y no un gasto superfluo o de ocio irresponsable; esta última idea me parece amor a la correa.

Mas la oposición no visualizó (por obvias razones) en el ejercicio de revocación una oportunidad para deshacerse de López Obrador, el parcial árbitro (INE) la llevará a cabo a regañadientes y bajo protesta por falta de recursos, anticipando que los resultados podrían no ser los esperados en esta primera experiencia debido precisamente al tema financiero, eso sin duda revolotea en la mente del tabasqueño y le genera lógica incertidumbre.

Son muchas las posibles causas de un eventual agotamiento del mandatario, la violencia desbordada a pesar de los esfuerzos evidentes, los megaproyectos con una precipitada inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles el próximo 21 de marzo; las complicaciones del Tren Maya; la reforma eléctrica que tiene entre sus opositores no solo a los partidos de siempre sino a grandes intereses económicos.

Andrés Manuel López Obrador se apresuró a “aclarar” sus dichos a la prensa sobre su propio cansancio, comentó, únicamente se refería a la decisión de retirarse de la vida pública del país una vez concluido su mandato; al presidente se le nota una mezcla de fatiga y fastidio, lo cual debe encender focos de alerta al interior de Morena, “ya no puedo más” es una expresión normal en un hombre de 68 años que todos los días es sometido al desquiciado ataque de necios y al justo escrutinio de los enterados, sería importante confiar en que esa frase no es un anticipado deseo de claudicar, porque los poco menos de tres años faltantes no serán nada sencillos y no se ve un capitán emergente.