/ domingo 18 de julio de 2021

Y la ola (delta) va

La ola delta se encuentra en fase expansiva en Europa, Norteamérica, Asia, África y Oceanía, con niveles que van del 25 al 100% del máximo histórico en el número de casos confirmados. Sudamérica es la única región donde los casos van a la baja, pero eso es después de la devastadora ola gamma que pudo haber provocado una burbuja de inmunidad. La dinámica regional de los contagios permite predecir que la ola delta será, al menos, tan intensa como lo peor que hemos vivido hasta ahora.

Las dos variables que darán una característica particular a esta nueva ola son la disponibilidad de vacunas, lo cual juega a nuestro favor, y las variaciones en el virus, lo cual juega en nuestra contra.

La región con mejor cobertura de vacunación en el mundo es Norteamérica seguida por Europa, Sudamérica, Asia, Oceanía y África. Sin embargo, la penetración de la variante delta y su producto la variante delta plus se encuentran avanzando a ritmo acelerado y en solamente sesenta días ha pasado de cero participación a ser la más abundante, incrementando el número de casos confirmados en prácticamente todos los países del mundo.

Las variante delta y delta plus se caracterizan por una alta tasa de transmisión, al menos el triple que la variante original. Esto se debe a que una persona infectada con delta emite hasta mil veces más particulas de virus comparada con la variante original. La transmisión es igual de intensa a partir de asintomáticos y desde los primeros días del contagio, antes de la presentación de síntomas. Esto explicaría la alta tasa de contagio dentro de grupos cerrados como son familiares, escolares o de trabajo.

¿Cómo estamos en México? Los datos oficiales indican que estamos por arriba del 50% del número de casos confirmados con respecto a nuestro peor momento, que fue apenas en febrero de este año, y en crecimiento exponencial siendo el grupo de edad de 18 a 39 años el más afectado con más de la mitad de los casos de la última semana.

La vacunación en México es inferior a la de su región y más parecida a la de Sudamérica, con apenas 22% de la población completamente protegida y 16% con una dosis. Como en México se tomó la decisión de no proteger a la población más joven desde el principio, serán ellos el motor del contagio en esta nueva ola y, también, quienes abulten las estadísticas de casos graves, hospitalizaciones y muertes.

La estadística oficial indica que los estados donde la pandemia está fuera de control son Sinaloa, Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur y Nayarit. Los estados que presentan una tendencia muy preocupante son Guerrero, Veracruz, Ciudad de México, Campeche, Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Oaxaca. El resto de los estados, con excepción de Baja California, han registrado repuntes en las últimas dos semanas aunque todavía no se encuentran en fase exponencial.

La ocupación hospitalaria nacional, que desgraciadamente sigue siendo el parámetro maestro para la asignación del semáforo epidemiológico, aumentó de 19 a 31% en dos semanas llegando a su punto más alto desde abril de este año. De seguir esta tendencia, en un mes estaremos otra vez con hospitales saturados en algunos estados siendo la situación ya particularmente grave para Baja California Sur, Sinaloa y Ciudad de México.

La modificación de criterios para el semáforo epidemiológico aplicada la semana pasada deja a la mayoría del país sin restricciones preventivas. Consciente del riesgo, el gobierno de la Ciudad de México comenzó ya los preparativos para reactivar dos programas críticos: Hospital en casa y Oxígeno en casa.

A nivel mundial y a pesar de las diferencias en tiempos e intensidades del contagio, los cuatro millones de muertes confirmadas por COVID-19 se encuentra divididas homogeneamiente entre regiones lo que nos dice que aún los países que gozan de condiciones técnicas y económicas más favorables llegan a un nivel de saturación tal que los vuelve igual de vulnerables que países menos prósperos y avanzados.

La obligación de los gobiernos, por ser los poseedores de la información y tener la autoridad conferida por el Estado, es emitir directivas preventivas que nos eviten contagiarnos, enfermarnos y morir

Tomemos como ejemplo de responsabilidad a Francia donde su presidente Macron acaba de emitir la vacunación obligatoria de todo el personal médico y la emisión de un pasaporte que impediría el acceso de personas no vacunadas al transporte colectivo y a espacios concurridos como restaurantes y centros comerciales. A pesar de protestas aisladas, la respuesta de la población fue acudir en masa a los puntos de vacunación.

Bajo las actuales circunstancias, cualquier acción gubernamental por debajo de eso será omisión y podría ser causal de responsabilidades administrativas y penales.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Reivindicando a Plutón o Brenda Valderrama en Facebook

La ola delta se encuentra en fase expansiva en Europa, Norteamérica, Asia, África y Oceanía, con niveles que van del 25 al 100% del máximo histórico en el número de casos confirmados. Sudamérica es la única región donde los casos van a la baja, pero eso es después de la devastadora ola gamma que pudo haber provocado una burbuja de inmunidad. La dinámica regional de los contagios permite predecir que la ola delta será, al menos, tan intensa como lo peor que hemos vivido hasta ahora.

Las dos variables que darán una característica particular a esta nueva ola son la disponibilidad de vacunas, lo cual juega a nuestro favor, y las variaciones en el virus, lo cual juega en nuestra contra.

La región con mejor cobertura de vacunación en el mundo es Norteamérica seguida por Europa, Sudamérica, Asia, Oceanía y África. Sin embargo, la penetración de la variante delta y su producto la variante delta plus se encuentran avanzando a ritmo acelerado y en solamente sesenta días ha pasado de cero participación a ser la más abundante, incrementando el número de casos confirmados en prácticamente todos los países del mundo.

Las variante delta y delta plus se caracterizan por una alta tasa de transmisión, al menos el triple que la variante original. Esto se debe a que una persona infectada con delta emite hasta mil veces más particulas de virus comparada con la variante original. La transmisión es igual de intensa a partir de asintomáticos y desde los primeros días del contagio, antes de la presentación de síntomas. Esto explicaría la alta tasa de contagio dentro de grupos cerrados como son familiares, escolares o de trabajo.

¿Cómo estamos en México? Los datos oficiales indican que estamos por arriba del 50% del número de casos confirmados con respecto a nuestro peor momento, que fue apenas en febrero de este año, y en crecimiento exponencial siendo el grupo de edad de 18 a 39 años el más afectado con más de la mitad de los casos de la última semana.

La vacunación en México es inferior a la de su región y más parecida a la de Sudamérica, con apenas 22% de la población completamente protegida y 16% con una dosis. Como en México se tomó la decisión de no proteger a la población más joven desde el principio, serán ellos el motor del contagio en esta nueva ola y, también, quienes abulten las estadísticas de casos graves, hospitalizaciones y muertes.

La estadística oficial indica que los estados donde la pandemia está fuera de control son Sinaloa, Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur y Nayarit. Los estados que presentan una tendencia muy preocupante son Guerrero, Veracruz, Ciudad de México, Campeche, Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Oaxaca. El resto de los estados, con excepción de Baja California, han registrado repuntes en las últimas dos semanas aunque todavía no se encuentran en fase exponencial.

La ocupación hospitalaria nacional, que desgraciadamente sigue siendo el parámetro maestro para la asignación del semáforo epidemiológico, aumentó de 19 a 31% en dos semanas llegando a su punto más alto desde abril de este año. De seguir esta tendencia, en un mes estaremos otra vez con hospitales saturados en algunos estados siendo la situación ya particularmente grave para Baja California Sur, Sinaloa y Ciudad de México.

La modificación de criterios para el semáforo epidemiológico aplicada la semana pasada deja a la mayoría del país sin restricciones preventivas. Consciente del riesgo, el gobierno de la Ciudad de México comenzó ya los preparativos para reactivar dos programas críticos: Hospital en casa y Oxígeno en casa.

A nivel mundial y a pesar de las diferencias en tiempos e intensidades del contagio, los cuatro millones de muertes confirmadas por COVID-19 se encuentra divididas homogeneamiente entre regiones lo que nos dice que aún los países que gozan de condiciones técnicas y económicas más favorables llegan a un nivel de saturación tal que los vuelve igual de vulnerables que países menos prósperos y avanzados.

La obligación de los gobiernos, por ser los poseedores de la información y tener la autoridad conferida por el Estado, es emitir directivas preventivas que nos eviten contagiarnos, enfermarnos y morir

Tomemos como ejemplo de responsabilidad a Francia donde su presidente Macron acaba de emitir la vacunación obligatoria de todo el personal médico y la emisión de un pasaporte que impediría el acceso de personas no vacunadas al transporte colectivo y a espacios concurridos como restaurantes y centros comerciales. A pesar de protestas aisladas, la respuesta de la población fue acudir en masa a los puntos de vacunación.

Bajo las actuales circunstancias, cualquier acción gubernamental por debajo de eso será omisión y podría ser causal de responsabilidades administrativas y penales.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Reivindicando a Plutón o Brenda Valderrama en Facebook