A veintisiete días de que México y los mexicanos definamos nuestro presente y futuro; invitaremos a nuestros distinguidos lectores a reflexionar sobre el rubro precitado; considerando que hay una gran diferencia entre la inteligencia emocional y la intelectual.
LA LUCHA ELECTORAL SE LIBRA EN LOS MÁXIMOS LÍMITES PERMITIDOS
Todos los actores políticos están haciendo su mayor esfuerzo para que los mexicanos sufraguen por sus aspirantes a cualquier puesto de elección popular; incluida la Presidencia de la República. Diferentes sectores de la sociedad se han manifestado para incidir en favor por quién se debe votar, en el caso concreto los empresarios, chicos, medianos y grandes han manifestado expresamente su voluntad, pidiéndoles a sus subordinados –empleados- que al emitir su voto piensen en que si lo hacen en favor de un candidato populista – es obvio que se refieren a López Obrador, quien además no oculta ni niega que como en los mejores tiempos de la década de los setentas, el gobierno repartía recursos a diestra y siniestra; había un partido hegemónico y las manifestaciones de acarreados estaban a la orden del día; sin embargo el país tenía seguridad; había empleos y como dicen las consejas populares “el PRI hacía obras pero escurría a los mexicanos en general”.
TIENEN EL MISMO DERECHO LOS EMPRESARIOS QUE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LOS CANDIDATOS PARA CONVENCER A LOS MEXICANOS
Desde nuestra perspectiva tienen el mismo derecho los políticos en general, que utilizan verdades y mentiras a medias para lograr sus propósitos; por ello llama la atención que “tirios y troyanos” se quejen de que diversos sectores del país quieren incidir en la decisión que tomen los mexicanos al votar; sugiriéndoles, quizá ordenándoles que si votan por el populismo, pueden perder hasta su trabajo.
VOTO VISCERAL
En los anteriores comentarios está plasmada por un lado la posibilidad de que los mexicanos de a pie, como quien esto escribe, podamos emitir un voto visceral, emotivo, porque hemos saludado al candidato de mano, porque está prometiendo tantas cosas, situaciones, hechos por realizar, revisión de los últimos cuatro o cinco gobiernos sexenales, lo que resulta interesante para cierto sector de la población, que tiene décadas –no cuarenta- de carecer de lo más elemental y que desafortunadamente han emitido su voto por la emoción o la admiración que les puede provocar un candidato –recuerdan el eslogan “¿bombón te quiero en mi colchón”?- y siempre quedará la incógnita que si en el año 2012 hubiera sido elegido López Obrador como Presidente ¿Cómo estaríamos ahora?
VOTO EMOCIONAL
El voto emocional, no permite reflexionar ni escoger fríamente a quien le vamos a dar nuestra confianza para ocupar la Presidencia de la República, a pesar que desde mi perspectiva, de los 90 millones de votantes según datos del INE, es probable que voten 30 o 35 millones de mexicanos; en ellos podría prevalecer la admiración, el afecto, haber escuchado lo que querían de los labios de López Obrador –“Al diablo con las instituciones; debemos de acabar con la mafia del poder; perdonar a los delincuentes; cerrar las fronteras; etc.”- que en realidad ni 10 o mil personas como el candidato citado, podrán resolver la problemática tan grave por la que atraviesa el país; por ello de esos millones de electores de diferentes edades, nivel social, cultural, económico y familiar deben sufragar poniendo en juego su inteligencia, su coeficiente intelectual; lo que en un análisis frío, esos jóvenes, hombres, mujeres y en general, las diferentes clases sociales de México, ¿qué esperan del candidato por el que voten, haga por ustedes para hacer realidad los sueños, las esperanzas, los odjetivos, que cada uno de nosotros como mexicanos quisiéramos que a nuestro nivel hiciera el hombre por el cual se emita el sufragio para la presidencia.
VOTO INTELECTUAL Y RAZONADO
El voto intelectual, el razonado, el que se emite con la cabeza fría y la convicción de votar, no por el que más ataques ha lanzado, el que más barbaridades ha expresado, el que promete las estrellas y el cielo, el que tiene una varita mágica, sino de acuerdo a nuestra inteligencia, podría realizar, si no todas cuando menos parte de nuestras aspiraciones; y por lo que votamos por una persona determinada.
¿QUIÉN DE LOS CUATRO CANDIDATOS TIENE UN AUTÉNTICO EQUIPO PARA GOBERNAR?
Los recientes ataques del Presidente “gringo” a nuestro país y a los mexicanos, debe ser un elemento más que agregar a la reflexión personal ante de emitir nuestro voto; porque a mi juicio si no se firma el Tratado de Libre Comercio en el sexenio de Peña Nieto y se traslada al año que entra, pregúntese usted distinguido lector, quién tiene un verdadero equipo de gobierno, de trabajo, de expertos, para retomar el Tratado en donde lo están dejando el secretario Ildefonso Guajardo y su equipo y el de Trump.
CLASES DE VOTOS
Algunos sectores políticos al referirse al voto, lo han calificado de “duro”; “útil”, convenenciero, dividido, para que no haya unanimidad y así por ejemplo que una persona vote para Presidente por el PRI; para el Senado por MORENA; para los diputados federales PAN; y así distinguido lector lo que se le ocurra, con un voto diferenciado; que desgraciadamente no será el voto que usted emita, frio, razonado, inteligente, porque usted está primero que los propios políticos, y por ello cuando menos ejerza su derecho a votar por quien para usted sea la persona con las características que podrían hacer realidad sus pretensiones, por ejemplo educación gratuita de calidad; trabajos bien remunerados; seguridad social para todos; seguridad material en los bienes, y en las propias personas, arriesgarse, porque eso ocurre hoy en día al salir en la noche usar una joya, tener un vehículo de primer mundo; que finalmente no se puede vivir de cuentos y mentiras y si no sufragamos en favor de quien para cada uno de nosotros en lo personal represente lo que quisiéramos obtener en el siguiente sexenio y para el futuro, permitirá que elijamos a quien para que cada uno de nosotros es el mejor.
CONCLUSIONES
Primera. Debemos votar con la convicción de elegir a la persona que desde nuestra perspectiva y no lo que digan los demás ni los medios impresos ni las redes sociales, es la mejor.
Segunda. Si los candidatos no lo han hecho, nosotros como ciudadanos consientes debemos anteponer el interés de México y de los mexicanos a cualquier otro, incluido los partidos políticos, sus candidatos y sus integrantes.
Tercera. Votar con la conciencia y el razonamiento de que México no es un país que se haya hecho e en un sexenio, ni mucho menos que al inicio de cada periodo presidencial, los elegidos empiecen de cero como si el país no hubiere existido; ejemplos están a la orden del día; y son preguntas a nuestros distinguidos lectores ¿Al echar abajo la reforma educativa, el Secretario de Educación Pública será de la sección 22 de la CNTE? ¿Al detener la reforma energética, le vamos a echar a los motores petróleo crudo y haremos refinerías de un día para otro? ¿Al liberar a los criminales, automáticamente el país recobrará la seguridad y tranquilidad? ¿Al detener la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, con dos pistas construidas en el aeropuerto militar de Santa Lucía (en el Estado de México) México seguirá siendo receptor del turismo internacional? ¿Se cerrará el actual aeropuerto de la CDMX? Reflexione usted distinguido lector, y piense como lo hace quien esto escribe, debemos de salir a las calles a votar, para hacerlo por México y los mexicanos, y que el candidato por el que sufraguemos, sea el mejor para cada uno de nosotros.
Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. jhernandez366@hotmail.com
