/ miércoles 26 de enero de 2022

Vicisitudes municipales 2

Han comenzado de lleno las administraciones municipales y con ellas los primeros comentarios sobre lo que las anteriores dejaron, principalmente como pendientes.

Es difícil encontrar un comentario positivo al respecto, lo que predomina es el mal estado en que dejan las finanzas, la infraestructura, la seguridad, etc. No son de extrañar los señalamientos sobre los déficits porque en los siguientes meses, frente a las dificultades que enfrentarán las nuevas autoridades para resolver los problemas de sus respectivos municipios, los comentarios abundarán culpando a las autoridades anteriores de la desgracia de no poder generar mejores condiciones. Un círculo vicioso justificante del nuevo estado de cosas. En el cual la insuficiencia de recursos para atender las necesidades sociales va acompañada de las primeras intenciones de incrementar los impuestos.

La cuestión en estos momentos de pandemia con las condiciones económicas prevalecientes de inflación es si tales incrementos abonarán sensiblemente a una mejoría en la calidad de vida o lastimarán aún más la ya, de por sí, precaria situación de la economía familiar sin resultados positivos para los habitantes. No resulta un asunto de fácil resolución, de hecho, es bastante complejo debido a que no solo se trata del aumento de impuestos sino además lo que deriva de dichos aumentos: incremento en los precios de diversos productos, particularmente de los alimentos. La inflación en 2021 terminó con una tasa anual de 7.36% (muy por encima de la estimación-objetivo del Banco de México de 3% +/- 1%), uno de los porcentajes más elevados en las últimas 2 décadas. Alimentos y bebidas se dispararon en la primera quincena de enero 11.92%, para muestra un botón: seguro usted amable lector fue bombardeado con memes respecto del precio del limón.

Se desprende de lo anterior que la condición de la economía familiar es difícil y debe su mayor impacto a la crisis sanitaria, respecto de la cual las condiciones internacionales del mercado no se encuentran bajo el control del estado mexicano, se trata de una condición internacional. Sin embargo, existen condiciones nacionales que sin duda abonan a que esta precariedad se profundice.

Avanzar o no en políticas impositivas será un asunto en que deben valorarse diversos aspectos ya que no solo se trata simple y llanamente de aumentar las cargas impositivas porque se necesitan más recursos, va más allá sobre todo en las condiciones de crisis en que nos encontramos. Un asunto en el que estaré al pendiente como legisladora. Que tengan buena semana. Un cordial saludo


Han comenzado de lleno las administraciones municipales y con ellas los primeros comentarios sobre lo que las anteriores dejaron, principalmente como pendientes.

Es difícil encontrar un comentario positivo al respecto, lo que predomina es el mal estado en que dejan las finanzas, la infraestructura, la seguridad, etc. No son de extrañar los señalamientos sobre los déficits porque en los siguientes meses, frente a las dificultades que enfrentarán las nuevas autoridades para resolver los problemas de sus respectivos municipios, los comentarios abundarán culpando a las autoridades anteriores de la desgracia de no poder generar mejores condiciones. Un círculo vicioso justificante del nuevo estado de cosas. En el cual la insuficiencia de recursos para atender las necesidades sociales va acompañada de las primeras intenciones de incrementar los impuestos.

La cuestión en estos momentos de pandemia con las condiciones económicas prevalecientes de inflación es si tales incrementos abonarán sensiblemente a una mejoría en la calidad de vida o lastimarán aún más la ya, de por sí, precaria situación de la economía familiar sin resultados positivos para los habitantes. No resulta un asunto de fácil resolución, de hecho, es bastante complejo debido a que no solo se trata del aumento de impuestos sino además lo que deriva de dichos aumentos: incremento en los precios de diversos productos, particularmente de los alimentos. La inflación en 2021 terminó con una tasa anual de 7.36% (muy por encima de la estimación-objetivo del Banco de México de 3% +/- 1%), uno de los porcentajes más elevados en las últimas 2 décadas. Alimentos y bebidas se dispararon en la primera quincena de enero 11.92%, para muestra un botón: seguro usted amable lector fue bombardeado con memes respecto del precio del limón.

Se desprende de lo anterior que la condición de la economía familiar es difícil y debe su mayor impacto a la crisis sanitaria, respecto de la cual las condiciones internacionales del mercado no se encuentran bajo el control del estado mexicano, se trata de una condición internacional. Sin embargo, existen condiciones nacionales que sin duda abonan a que esta precariedad se profundice.

Avanzar o no en políticas impositivas será un asunto en que deben valorarse diversos aspectos ya que no solo se trata simple y llanamente de aumentar las cargas impositivas porque se necesitan más recursos, va más allá sobre todo en las condiciones de crisis en que nos encontramos. Un asunto en el que estaré al pendiente como legisladora. Que tengan buena semana. Un cordial saludo