/ lunes 12 de julio de 2021

Vacunarse o morir

La vacunación avanza, no de la misma manera en todas las latitudes y en algunos sin equidad; el mundo movido por intereses económicos e intenciones humanitarias que se quedan en eso, intenciones.

La inmunización se extiende en la Unión Europea con un 54% de la población, América del Norte llega al 44%, seguido de Latinoamérica con el 35% y Asia 25% a 6 meses de iniciada la campaña mundial, África apenas llega a un 3% del total de habitantes, en cifras de la OMS.

México ha rebasado los 50 millones de vacunas aplicadas, hay esfuerzo aún y con las fallas de organización; los objetivos se cumplen con más de 1 millón de dosis aplicadas, eso parecería suficiente para alcanzar las metas trazadas y poner fin a esta pesadilla, sin embargo estamos lejos todavía.

La tercera ola de contagios toca nuestra puerta, la variante Delta del SARS-COV-2 llegó a nuestro país, quizá en el mes de mayo cuando se reportaron 28 casos, hoy al menos se encuentra en 20 entidades con 500. Esto es parte de la combinación de 2 mutaciones, podría tener una mayor capacidad de transmisión y está encaminada según la OMS a ser la dominante en el mundo, el Edomex es una de las entidades federativas más afectadas, lo cual pondría a Morelos en una delicada situación por evidentes cuestiones geográficas.

En la carrera de obstáculos que libran Covid-19 y las vacunas en nuestro país, la enfermedad parece tener ciertas ventajas, es un hecho, las medidas de prevención se relajaron, la forma de hacer frente a la pandemia sufrió una involución, basta con salir de casa e ir por las calles de esta ciudad, para ver los riesgos.

En los grandes supermercados en especial uno que durante el presente mes anuncia ofertas, restaron medidas a sus protocolos, los carritos ya no son desinfectados, no hay toma de temperatura y solo hay una persona de seguridad en la entrada colocando gel o alguna sustancia genérica aproximada, todo se parece más a la realidad que vivíamos a finales de 2019, lo que desata los peores augurios.

El proceso de inoculación también se complicó, los sectores más jóvenes no acuden en la misma cantidad ni con la convicción vista en los rangos de mayor edad, muchos han desdeñado a cualquier inmunológico que no provenga de los laboratorios Pfizer, precisamente cuando esta farmacéutica se encuentra en una restructuración de sus plantas y dejó de distribuir de manera regular a contratantes entre ellos México.

En otros Estados el problema va más allá, en Chiapas los módulos de vacunación lucieron dramáticamente vacíos hace unos días, los chiapanecos rechazan acudir a recibir sus dosis, los motivos o pretextos son varios y van desde buscar una alternativa “más natural” hasta el tristemente célebre “nos quieren dominar”.

Resulta evidente una falla y desconfianza en las fuentes, así como desinformación generada por la propia población y algunos medios; el resultado fueron150 localidades de 25 municipios en aquel Estado negándose a recibir las vacunas. Incluso para revertirlo, ofrecen autoridades sanitarias, vacunar a personas de 18 años o más que acudan con 2 acompañantes

Chiapas es último lugar en vacunas con apenas 19% del total de población adulta con esquema.

El escenario es preocupante y los ingredientes están en la mesa: Una variante de propagación preocupante, la campaña de vacunación lejana a culminar y una enfermedad de la cual aún ignoramos mucho, todo aderezado con una pizca de infodemia; la combinación parece explosiva.

En esta ocasión no bastará con renovarnos para no morir, hay que vacunarse o asumir las graves consecuencias, AstraZéneca, Cansino, Sinovac, Sputnik, ninguna es mala, lo malo es no vacunarse, hagámoslo por los 235,000 mexicanos que perdieron la vida esperando la oportunidad de hoy; o también por los más de 100 mil recuperados, quienes hoy sufren graves secuelas de Covid-19, vamos a ganar la batalla desde el único frente con posibilidades reales: la comunidad.

La vacunación avanza, no de la misma manera en todas las latitudes y en algunos sin equidad; el mundo movido por intereses económicos e intenciones humanitarias que se quedan en eso, intenciones.

La inmunización se extiende en la Unión Europea con un 54% de la población, América del Norte llega al 44%, seguido de Latinoamérica con el 35% y Asia 25% a 6 meses de iniciada la campaña mundial, África apenas llega a un 3% del total de habitantes, en cifras de la OMS.

México ha rebasado los 50 millones de vacunas aplicadas, hay esfuerzo aún y con las fallas de organización; los objetivos se cumplen con más de 1 millón de dosis aplicadas, eso parecería suficiente para alcanzar las metas trazadas y poner fin a esta pesadilla, sin embargo estamos lejos todavía.

La tercera ola de contagios toca nuestra puerta, la variante Delta del SARS-COV-2 llegó a nuestro país, quizá en el mes de mayo cuando se reportaron 28 casos, hoy al menos se encuentra en 20 entidades con 500. Esto es parte de la combinación de 2 mutaciones, podría tener una mayor capacidad de transmisión y está encaminada según la OMS a ser la dominante en el mundo, el Edomex es una de las entidades federativas más afectadas, lo cual pondría a Morelos en una delicada situación por evidentes cuestiones geográficas.

En la carrera de obstáculos que libran Covid-19 y las vacunas en nuestro país, la enfermedad parece tener ciertas ventajas, es un hecho, las medidas de prevención se relajaron, la forma de hacer frente a la pandemia sufrió una involución, basta con salir de casa e ir por las calles de esta ciudad, para ver los riesgos.

En los grandes supermercados en especial uno que durante el presente mes anuncia ofertas, restaron medidas a sus protocolos, los carritos ya no son desinfectados, no hay toma de temperatura y solo hay una persona de seguridad en la entrada colocando gel o alguna sustancia genérica aproximada, todo se parece más a la realidad que vivíamos a finales de 2019, lo que desata los peores augurios.

El proceso de inoculación también se complicó, los sectores más jóvenes no acuden en la misma cantidad ni con la convicción vista en los rangos de mayor edad, muchos han desdeñado a cualquier inmunológico que no provenga de los laboratorios Pfizer, precisamente cuando esta farmacéutica se encuentra en una restructuración de sus plantas y dejó de distribuir de manera regular a contratantes entre ellos México.

En otros Estados el problema va más allá, en Chiapas los módulos de vacunación lucieron dramáticamente vacíos hace unos días, los chiapanecos rechazan acudir a recibir sus dosis, los motivos o pretextos son varios y van desde buscar una alternativa “más natural” hasta el tristemente célebre “nos quieren dominar”.

Resulta evidente una falla y desconfianza en las fuentes, así como desinformación generada por la propia población y algunos medios; el resultado fueron150 localidades de 25 municipios en aquel Estado negándose a recibir las vacunas. Incluso para revertirlo, ofrecen autoridades sanitarias, vacunar a personas de 18 años o más que acudan con 2 acompañantes

Chiapas es último lugar en vacunas con apenas 19% del total de población adulta con esquema.

El escenario es preocupante y los ingredientes están en la mesa: Una variante de propagación preocupante, la campaña de vacunación lejana a culminar y una enfermedad de la cual aún ignoramos mucho, todo aderezado con una pizca de infodemia; la combinación parece explosiva.

En esta ocasión no bastará con renovarnos para no morir, hay que vacunarse o asumir las graves consecuencias, AstraZéneca, Cansino, Sinovac, Sputnik, ninguna es mala, lo malo es no vacunarse, hagámoslo por los 235,000 mexicanos que perdieron la vida esperando la oportunidad de hoy; o también por los más de 100 mil recuperados, quienes hoy sufren graves secuelas de Covid-19, vamos a ganar la batalla desde el único frente con posibilidades reales: la comunidad.