/ martes 25 de febrero de 2020

#UnDíaSinNosotras

La pequeña Magaly fue violada y asesinada en La Carolina el año pasado, la niña Fátima de 7 años fue encontrada en bolsas de basura hace unos días, Lesvy Berlín fue asesinada y hallada en la Universidad Nacional Autónoma de México, hace unos años; ellas son algunas de las mujeres víctimas de la violencia extrema.

Aún y cuando no quería iniciar este texto enunciando crudos casos, opté por ello para llamar tu atención, a veces necesitamos un llamado más enérgico por una situación grave.

El Paro Nacional de Mujeres es mucho más amplio que un mensaje a los gobiernos, debe representar una reflexión profunda en la cual cada uno, asumamos lo que hemos hecho mal para pasar a un verdadero cambio.

Quizá los hombres que leen sobre la violencia de género, la califiquen en ciertos casos como exageración, ¡nada más falso! Comiencen por preguntarse ¿cuándo se han sentido inseguros por pasar en una calle llena de mujeres? ¿Cuándo el tipo de transporte a usar (microbús, taxi, auto particular) se ha traducido en usar pantalón o short, para no arriesgarte en que te vayan a tocar? Porque para nosotras, sí es determinante.

¿Cuántas veces has tenido un familiar enfermo y has dado por hecho que deben quedarse a cuidarlo en el hospital las mujeres? ¿Cuántas veces has pensado mal de una chica porque está bebiendo en un bar a las 3 de la mañana sin estar acompañada de su pareja? ¿Cuántas veces te has burlado de tu compañero de trabajo que acaba de casarse porque seguro su esposa no le cocina? ¿Cuántas veces te has dirigido a las novias o esposas como “tu vieja” y has acusado a quien cree en la igualdad de “mandilón”?

Y entre mujeres, ¿Cuántas veces tu mamá te dijo que no podías tener novio porque te iban a tachar de “loca”? La misma mamá que aplaudió cada chica que tu hermano le presentó como novia.

Que hay cambios es innegable, hoy ejerzo más derechos que mi abuelita o mi mamá, pero todavía estamos muy lejos de lograr tener una sociedad igualitaria.

El movimiento del 9 de marzo llama a asumir nuestra responsabilidad entre la podredumbre visible en los feminicidios; habrá quienes intenten sacar raja política, ahí está el teatro armado en San Lázaro hace unos días; otros se casarán con la idea de que es un ataque a sus gobiernos, ambas posturas demuestran no entender el objetivo del paro.

La violencia a las mujeres no es de 2020, históricamente ha permanecido, con picos extremos como en el paso de los 90´s al 2000 con los monstruosos asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, recuerdo haber estado ahí en el 2005 y ver a una sociedad nada empática con los casos e incluso sin considerarlo un problema real.

Hoy la sentencia de Campo Algodonero por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, deja clara la ineptitud e indolencia con la cual actuaron las autoridades, pero no reflejan la indiferencia de la sociedad.

Soy feminista, feminista de la igualdad, no quiero ser más ni tener privilegios, simplemente aspiro a las mismas oportunidades y a la misma tranquilidad de los hombres.

Soy feminista y no comparto la manera violenta de manifestarse de algunas mujeres que van encapuchadas, porque si aspiramos a vivir en un Estado de Derecho, los brotes de quienes se sientes “anarquistas” no caben.

Soy feminista y me enerva escuchar a quienes emplean el calificativo de “feminazi”, sin ninguna base y probablemente sin ningún conocimiento de lo que ello implica.

Soy feminista y no entiendo a quienes se regocijan cuando algo no le sale bien al gobierno y hasta creen analizar las declaraciones de Beatriz Gutiérrez, pero la llaman “la esposa del Presidente”.

Partamos de abrir nuestra mente para comprender la inmensidad del problema, sólo así haremos lo que nos corresponde para solucionarlo.

Deseo que en unos años, mis nietas y nietos se sorprendan cuando sepan que en el pasado se mataba a las mujeres, porque había quienes se sentían en superioridad para atentar contra ellas.

Este 9 de marzo me uniré al Paro Nacional de Mujeres, quizá haya muchas otras cosas por hacer, estoy abierta a analizar propuestas que irán surgiendo ¿y por qué no? A proponer también; pero en este momento, no se me ocurre algo más contundente para que tú y yo sepamos que existe un problema muy grave en nuestro México. #UnDíaSinNosotras

La pequeña Magaly fue violada y asesinada en La Carolina el año pasado, la niña Fátima de 7 años fue encontrada en bolsas de basura hace unos días, Lesvy Berlín fue asesinada y hallada en la Universidad Nacional Autónoma de México, hace unos años; ellas son algunas de las mujeres víctimas de la violencia extrema.

Aún y cuando no quería iniciar este texto enunciando crudos casos, opté por ello para llamar tu atención, a veces necesitamos un llamado más enérgico por una situación grave.

El Paro Nacional de Mujeres es mucho más amplio que un mensaje a los gobiernos, debe representar una reflexión profunda en la cual cada uno, asumamos lo que hemos hecho mal para pasar a un verdadero cambio.

Quizá los hombres que leen sobre la violencia de género, la califiquen en ciertos casos como exageración, ¡nada más falso! Comiencen por preguntarse ¿cuándo se han sentido inseguros por pasar en una calle llena de mujeres? ¿Cuándo el tipo de transporte a usar (microbús, taxi, auto particular) se ha traducido en usar pantalón o short, para no arriesgarte en que te vayan a tocar? Porque para nosotras, sí es determinante.

¿Cuántas veces has tenido un familiar enfermo y has dado por hecho que deben quedarse a cuidarlo en el hospital las mujeres? ¿Cuántas veces has pensado mal de una chica porque está bebiendo en un bar a las 3 de la mañana sin estar acompañada de su pareja? ¿Cuántas veces te has burlado de tu compañero de trabajo que acaba de casarse porque seguro su esposa no le cocina? ¿Cuántas veces te has dirigido a las novias o esposas como “tu vieja” y has acusado a quien cree en la igualdad de “mandilón”?

Y entre mujeres, ¿Cuántas veces tu mamá te dijo que no podías tener novio porque te iban a tachar de “loca”? La misma mamá que aplaudió cada chica que tu hermano le presentó como novia.

Que hay cambios es innegable, hoy ejerzo más derechos que mi abuelita o mi mamá, pero todavía estamos muy lejos de lograr tener una sociedad igualitaria.

El movimiento del 9 de marzo llama a asumir nuestra responsabilidad entre la podredumbre visible en los feminicidios; habrá quienes intenten sacar raja política, ahí está el teatro armado en San Lázaro hace unos días; otros se casarán con la idea de que es un ataque a sus gobiernos, ambas posturas demuestran no entender el objetivo del paro.

La violencia a las mujeres no es de 2020, históricamente ha permanecido, con picos extremos como en el paso de los 90´s al 2000 con los monstruosos asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, recuerdo haber estado ahí en el 2005 y ver a una sociedad nada empática con los casos e incluso sin considerarlo un problema real.

Hoy la sentencia de Campo Algodonero por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, deja clara la ineptitud e indolencia con la cual actuaron las autoridades, pero no reflejan la indiferencia de la sociedad.

Soy feminista, feminista de la igualdad, no quiero ser más ni tener privilegios, simplemente aspiro a las mismas oportunidades y a la misma tranquilidad de los hombres.

Soy feminista y no comparto la manera violenta de manifestarse de algunas mujeres que van encapuchadas, porque si aspiramos a vivir en un Estado de Derecho, los brotes de quienes se sientes “anarquistas” no caben.

Soy feminista y me enerva escuchar a quienes emplean el calificativo de “feminazi”, sin ninguna base y probablemente sin ningún conocimiento de lo que ello implica.

Soy feminista y no entiendo a quienes se regocijan cuando algo no le sale bien al gobierno y hasta creen analizar las declaraciones de Beatriz Gutiérrez, pero la llaman “la esposa del Presidente”.

Partamos de abrir nuestra mente para comprender la inmensidad del problema, sólo así haremos lo que nos corresponde para solucionarlo.

Deseo que en unos años, mis nietas y nietos se sorprendan cuando sepan que en el pasado se mataba a las mujeres, porque había quienes se sentían en superioridad para atentar contra ellas.

Este 9 de marzo me uniré al Paro Nacional de Mujeres, quizá haya muchas otras cosas por hacer, estoy abierta a analizar propuestas que irán surgiendo ¿y por qué no? A proponer también; pero en este momento, no se me ocurre algo más contundente para que tú y yo sepamos que existe un problema muy grave en nuestro México. #UnDíaSinNosotras