/ domingo 7 de junio de 2020

Una segunda oportunidad

Aunque estábamos preparados como país para la contención de enfermedades virales las características únicas de COVID-19 burlaron todas las previsiones. La alta proporción de infectados asintomáticos, la alta tasa de contagio, la baja tasa de letalidad, la complejidad y severidad de las manifestaciones clínicas, la incapacidad de los sistemas hospitalarios para la oportuna atención de todos los casos graves, la propagación del contagio entre el personal médico, el rechazo de algunos gobiernos a emitir medidas preventivas y de la población para seguirlas, entre otras causas, derivó en una emergencia sanitaria.

La intensidad de la emergencia llevó a las autoridades de nuestro país a tomar la más drástica de las medidas que es el confinamiento obligatorio, el quédate en casa. El confinamiento obligatorio tiene profundas consecuencias en lo personal entre las que se encuentran el deterioro económico, la violencia doméstica y la depresión. En lo institucional, el personal médico se encuentra cansado y decepcionado. En lo económico, el alto grado de informalidad de nuestra economía así como que la unidad básica sea la microempresa van a incrementar de forma alarmante el desempleo. Aún aquellas empresas que puedan sobrevivir la inactividad temporal se encontrarán con un mercado deprimido en el que será muy difícil recuperar la competitividad.

Llevamos 100 días del brote en nuestro país y 80 en Morelos. En ese tiempo una de cada dos familias se ha quedado sin ingreso. Los estudiantes han visto interrumpido su proceso educativo. Se han perdido empleos y muchos empresarios han visto cómo se desvanece su patrimonio. Más de trescientos morelenses han fallecido y cientos más quedarán discapacitados de por vida por las secuelas de la enfermedad.

Y se trata solamente de la primera ola de la pandemia. Porque habrá otras olas. El virus permanecerá entre nosotros por mucho tiempo y mientras no se desarrollen medicamentos y vacunas tendremos que aprender a vivir con él. La intensidad y duración de las siguientes olas depende de nosotros y es allí donde se nos presenta una segunda oportunidad.

Para la ciudad de Cuernavaca se espera que el piso de la pandemia se estabilice alrededor de cinco casos nuevos a la semana. Pero para que esos pocos casos no se esparzan de manera descontrolada es necesario implementar medidas efectivas de contención. Y esas medidas se basan en la aplicación inteligente de pruebas.

La política oficial ha reservado las pruebas para los casos sintomáticos, la mayoría de las veces graves, con la finalidad de obtener la traza del contagio pero no es suficiente. Si queremos domar la pandemia necesitamos hacer pruebas de manera estratégica. Identificar lo antes posible en cada uno de los brotes a los infectados asintomáticos, los más peligrosos para el contagio, para su aislamiento preventivo. Pero eso requiere presupuesto y nos han dicho de manera sistemática que no está contemplado, ni a nivel federal ni estatal.

El reforzamiento de medidas preventivas como el uso obligatorio de cubrebocas, el distanciamiento social y el evitar grupos grandes de personas en espacios cerrados ayudará sin duda pero si no identificamos con toda oportunidad la aparición de nuevos brotes corremos el riesgo de que la dispersión del contagio nos lleve de nuevo al confinamiento. Y eso no lo vamos a poder soportar, ni a nivel personal ni nuestra economía.

Ante la situación actual no queda más que apelar a la responsabilidad compartida. Si la política oficial no contempla la realización masiva de pruebas queda entonces en cada uno de nosotros asumir esa responsabilidad ya sea como empleadores o líderes sociales, de manera individual o colectiva. Afortunadamente y para complementar la limitada capacidad del sector público ya se están estableciendo en Morelos otros laboratorios habilitados para la realización de las pruebas.

Todavía puede el gobierno recapacitar y ampliar el presupuesto para este rubro pero de no ser así, tendremos que actuar por nuestra cuenta para no desaprovechar una segunda oportunidad, de esas que raras veces nos da la vida.


Información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

Aunque estábamos preparados como país para la contención de enfermedades virales las características únicas de COVID-19 burlaron todas las previsiones. La alta proporción de infectados asintomáticos, la alta tasa de contagio, la baja tasa de letalidad, la complejidad y severidad de las manifestaciones clínicas, la incapacidad de los sistemas hospitalarios para la oportuna atención de todos los casos graves, la propagación del contagio entre el personal médico, el rechazo de algunos gobiernos a emitir medidas preventivas y de la población para seguirlas, entre otras causas, derivó en una emergencia sanitaria.

La intensidad de la emergencia llevó a las autoridades de nuestro país a tomar la más drástica de las medidas que es el confinamiento obligatorio, el quédate en casa. El confinamiento obligatorio tiene profundas consecuencias en lo personal entre las que se encuentran el deterioro económico, la violencia doméstica y la depresión. En lo institucional, el personal médico se encuentra cansado y decepcionado. En lo económico, el alto grado de informalidad de nuestra economía así como que la unidad básica sea la microempresa van a incrementar de forma alarmante el desempleo. Aún aquellas empresas que puedan sobrevivir la inactividad temporal se encontrarán con un mercado deprimido en el que será muy difícil recuperar la competitividad.

Llevamos 100 días del brote en nuestro país y 80 en Morelos. En ese tiempo una de cada dos familias se ha quedado sin ingreso. Los estudiantes han visto interrumpido su proceso educativo. Se han perdido empleos y muchos empresarios han visto cómo se desvanece su patrimonio. Más de trescientos morelenses han fallecido y cientos más quedarán discapacitados de por vida por las secuelas de la enfermedad.

Y se trata solamente de la primera ola de la pandemia. Porque habrá otras olas. El virus permanecerá entre nosotros por mucho tiempo y mientras no se desarrollen medicamentos y vacunas tendremos que aprender a vivir con él. La intensidad y duración de las siguientes olas depende de nosotros y es allí donde se nos presenta una segunda oportunidad.

Para la ciudad de Cuernavaca se espera que el piso de la pandemia se estabilice alrededor de cinco casos nuevos a la semana. Pero para que esos pocos casos no se esparzan de manera descontrolada es necesario implementar medidas efectivas de contención. Y esas medidas se basan en la aplicación inteligente de pruebas.

La política oficial ha reservado las pruebas para los casos sintomáticos, la mayoría de las veces graves, con la finalidad de obtener la traza del contagio pero no es suficiente. Si queremos domar la pandemia necesitamos hacer pruebas de manera estratégica. Identificar lo antes posible en cada uno de los brotes a los infectados asintomáticos, los más peligrosos para el contagio, para su aislamiento preventivo. Pero eso requiere presupuesto y nos han dicho de manera sistemática que no está contemplado, ni a nivel federal ni estatal.

El reforzamiento de medidas preventivas como el uso obligatorio de cubrebocas, el distanciamiento social y el evitar grupos grandes de personas en espacios cerrados ayudará sin duda pero si no identificamos con toda oportunidad la aparición de nuevos brotes corremos el riesgo de que la dispersión del contagio nos lleve de nuevo al confinamiento. Y eso no lo vamos a poder soportar, ni a nivel personal ni nuestra economía.

Ante la situación actual no queda más que apelar a la responsabilidad compartida. Si la política oficial no contempla la realización masiva de pruebas queda entonces en cada uno de nosotros asumir esa responsabilidad ya sea como empleadores o líderes sociales, de manera individual o colectiva. Afortunadamente y para complementar la limitada capacidad del sector público ya se están estableciendo en Morelos otros laboratorios habilitados para la realización de las pruebas.

Todavía puede el gobierno recapacitar y ampliar el presupuesto para este rubro pero de no ser así, tendremos que actuar por nuestra cuenta para no desaprovechar una segunda oportunidad, de esas que raras veces nos da la vida.


Información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx