/ lunes 8 de abril de 2019

UAEM: Autonomía en peligro

Casi al final del mensaje con motivo de su primer informe de actividades, el rector de la UAEM, Gustavo Urquiza Beltrán hizo un llamado a los universitarios, la clase política y la sociedad para defender la autonomía de las universidades públicas.

Aunque para muchos pasó desapercibido, el asunto se volvió importante en tanto más allá de los errores de dedo que pudieran alegarse en la redacción de la reforma al Artículo Tercero de la Constitución, durante los últimos años ha sido notoria la apuesta de algunos sectores en el gobierno federal y los órganos legislativos por el fracaso del modelo de universidad autónoma por razones financieras y sinrazones políticas y sociales que apuestan por el control del conocimiento.

En materia financiera hay algunas justificaciones: el crecimiento económico del país ha sido mucho más lento que el incremento en los costos de la producción y extensión del conocimiento, lo que afecta directamente a los presupuestos universitarios (lo mismo que a casi todos los demás), generando desbalances que se convierten en el corto y mediano plazos en crisis. Esta situación ha obligado a que las instituciones de educación superior tengan que ejercer medidas de disciplina financiera sobre sus nóminas y que eviten incrementar la matrícula a la que atienden, lo que provoca una omisión (no atribuible a las universidades) de su responsabilidad social.

Cierto que las universidades han sido incapaces de mantener una vinculación con el sector productivo capaz de generar círculos virtuosos de crecimiento económico, también lo es que la dinámica de la transformación en las vías para adquirir conocimiento ha rebasado a prácticamente todas las estructuras sociales y abre una brecha que se vuelve especialmente notoria en las organizaciones escolares. En pocas palabras, las universidades se mueven mucho más lento que la realidad en la que habitan.

Aunque la urgencia por mejorar el modelo de financiamiento a las universidades es cuestión de supervivencia, debiera preocupar también la intención en muchos grupos de poder para controlar la producción y extensión del conocimiento, a la que se suman miles de ciudadanos víctimas de un discurso generador de temores (algo así como el modelo que provoca terror a las vacunas). La búsqueda por el control del conocimiento es orientada por dos vectores, uno pretende mantener el status quo para conservar los espacios de poder económico y político en manos de algún grupo (la tecnología derivada de la aplicación del conocimiento tiende a romper monopolios); y el otro busca orientar los cambios al empoderamiento de nuevos grupos beneficiarios de una coyuntura determinada. Temerosos de que la verdad nos haga libres, ambos vectores generan “pseudociencias” o disfrazan falacias de teorías que convierten en dogmas: no intentan liberar a nadie, sino mantener o cambiar al esclavista. La lucha entre charlatanes es intensa siempre y se disfraza de debate, pero hunde profundamente a la sociedad en nuevas esclavitudes.

La autonomía universitaria es un valor en tanto ofrece a las instituciones la libertad para la producción del conocimiento. Un autogobierno universitario que se ocupa sólo de sus finanzas y de las implicaciones políticas de ese autogobierno resulta absolutamente inútil. La única garantía que debiera exigírsele a las universidades a cambio de su autonomía es la disciplina y sustentabilidad en el cumplimiento de su misión en la producción, impartición y extensión del conocimiento, con todas las tareas que ello acarrea. Proveer a las instituciones de presupuesto y libertad suficientes es imperativo.

Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Casi al final del mensaje con motivo de su primer informe de actividades, el rector de la UAEM, Gustavo Urquiza Beltrán hizo un llamado a los universitarios, la clase política y la sociedad para defender la autonomía de las universidades públicas.

Aunque para muchos pasó desapercibido, el asunto se volvió importante en tanto más allá de los errores de dedo que pudieran alegarse en la redacción de la reforma al Artículo Tercero de la Constitución, durante los últimos años ha sido notoria la apuesta de algunos sectores en el gobierno federal y los órganos legislativos por el fracaso del modelo de universidad autónoma por razones financieras y sinrazones políticas y sociales que apuestan por el control del conocimiento.

En materia financiera hay algunas justificaciones: el crecimiento económico del país ha sido mucho más lento que el incremento en los costos de la producción y extensión del conocimiento, lo que afecta directamente a los presupuestos universitarios (lo mismo que a casi todos los demás), generando desbalances que se convierten en el corto y mediano plazos en crisis. Esta situación ha obligado a que las instituciones de educación superior tengan que ejercer medidas de disciplina financiera sobre sus nóminas y que eviten incrementar la matrícula a la que atienden, lo que provoca una omisión (no atribuible a las universidades) de su responsabilidad social.

Cierto que las universidades han sido incapaces de mantener una vinculación con el sector productivo capaz de generar círculos virtuosos de crecimiento económico, también lo es que la dinámica de la transformación en las vías para adquirir conocimiento ha rebasado a prácticamente todas las estructuras sociales y abre una brecha que se vuelve especialmente notoria en las organizaciones escolares. En pocas palabras, las universidades se mueven mucho más lento que la realidad en la que habitan.

Aunque la urgencia por mejorar el modelo de financiamiento a las universidades es cuestión de supervivencia, debiera preocupar también la intención en muchos grupos de poder para controlar la producción y extensión del conocimiento, a la que se suman miles de ciudadanos víctimas de un discurso generador de temores (algo así como el modelo que provoca terror a las vacunas). La búsqueda por el control del conocimiento es orientada por dos vectores, uno pretende mantener el status quo para conservar los espacios de poder económico y político en manos de algún grupo (la tecnología derivada de la aplicación del conocimiento tiende a romper monopolios); y el otro busca orientar los cambios al empoderamiento de nuevos grupos beneficiarios de una coyuntura determinada. Temerosos de que la verdad nos haga libres, ambos vectores generan “pseudociencias” o disfrazan falacias de teorías que convierten en dogmas: no intentan liberar a nadie, sino mantener o cambiar al esclavista. La lucha entre charlatanes es intensa siempre y se disfraza de debate, pero hunde profundamente a la sociedad en nuevas esclavitudes.

La autonomía universitaria es un valor en tanto ofrece a las instituciones la libertad para la producción del conocimiento. Un autogobierno universitario que se ocupa sólo de sus finanzas y de las implicaciones políticas de ese autogobierno resulta absolutamente inútil. La única garantía que debiera exigírsele a las universidades a cambio de su autonomía es la disciplina y sustentabilidad en el cumplimiento de su misión en la producción, impartición y extensión del conocimiento, con todas las tareas que ello acarrea. Proveer a las instituciones de presupuesto y libertad suficientes es imperativo.

Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

ÚLTIMASCOLUMNAS
lunes 23 de diciembre de 2019

La crisis que se asoma

Daniel Martínez

viernes 20 de diciembre de 2019

Otro round: ayuntamientos y ambulantes

Daniel Martínez

jueves 19 de diciembre de 2019

Libertad religiosa o imposición de cultos

Daniel Martínez

miércoles 18 de diciembre de 2019

Impacto de los minisalarios

Daniel Martínez

martes 17 de diciembre de 2019

Cuernavaca y los ausentes del diálogo

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

lunes 16 de diciembre de 2019

Alcaldes: la crisis que viene

Daniel Martínez

viernes 13 de diciembre de 2019

SNTE y aguinaldos

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

jueves 12 de diciembre de 2019

Cuauh y Lobito, el diálogo…

El homicidio del responsable de seguridad pública en Cuernavaca, David Juárez, fue el punto público de culminación del pleito

Daniel Martínez

miércoles 11 de diciembre de 2019

Violencia contra arte y cultura

Daniel Martínez

martes 10 de diciembre de 2019

La oposición también ausente

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

Cargar Más