/ sábado 28 de marzo de 2020

¿Tiene razón Andrés Manuel en cuanto a sus acciones frente al coronavirus y sus efectos?

Solicitando la venia y dispensa de quienes me honran leyendo este espacio periodístico, tengo la obligación y el deber de comunicar a quienes están en esta sintonía algunas razones, algunos cuestionamientos, algunas reflexiones que quisiera compartir; para empezar llama la atención que si bien esta enfermedad –hoy pandemia– porque abarca el mundo, se inició en diciembre en China, y estamos a finales del mes de marzo; la primera cuestión que debemos considerar es si en ese lapso casi de cuatro meses México tiene cinco personas fallecidas por el Covid-19, y 500 contaminados, a pesar de que hay personas que insisten en que se hagan las pruebas y citan como ejemplo lo que se hizo en Corea en diciembre, que se aplicaron 258,000 pruebas que resultaron negativas, pero se les olvida que en realidad Corea del Sur es vecina de China y que era muy importante hacerlo por el bien de todos los coreanos.

Igualmente debemos de considerar que la insistencia de medios, de redes sociales, de personas de diferentes clases económicas, culturales y sociales, insisten en que debemos atacar ésto como si fuéramos un país plagados de chinos o de personas contaminadas, olvidando que no somos emisores de turistas mexicanos que tengan como lugar predilecto China, y tampoco somos un país receptor de turismo chino; aquí sin metáforas hay que considerar que el coronavirus viaja en avión y en barco, y que llega principalmente a las ciudades cosmopolitas; por ejemplo Manhattan en Nueva York que tiene actualmente la mitad –15,000– personas fallecidas, y aquí es importante llamar la atención respecto a que, verbigracia 87 nacionalidades diferentes conforman la ciudadanía neoyorquina; es decir, en otras palabras, es un centro donde por el Atlántico, por el pacífico, por todos los medios, llegan personas de todo el mundo y específicamente de los países emisores del coronavirus, concretamente de China; además aquí habría que agregar y considerar que Italia, otro país rodeado por mar Adriático, el Mediterráneo, el Atlántico, todos los mares y especialmente Venecia, caracterizado en la antigüedad como el camino de la seda, fue el lugar por donde Marco Polo trajo a Europa el famoso espagueti, y todo lo que ha venido de los chinos, y que desgraciadamente ahí en Venecia, no debemos de olvidar que recientemente se canceló el carnaval en el mes de febrero con los graves problemas; y reiterar que estos son lugares que sí reciben y mandan turistas a China o a la inversa y el resultado está a la vista; es decir es conocido y trágico el número de muertos y los que han sido contaminados por el coronavirus; por ello a nosotros nos llama la atención que quieran que este modelo se repita en México y que igualmente padezcamos con las decenas o centenas de muertos; afortunadamente sí estamos tomando las medidas preventivas adecuadas por las razones que he esgrimido, pero además debemos considerar que si en México no tenemos todavía ni diez muertos por coronavirus, no es posible esperar que de la noche a la mañana mueran cientos de mexicanos, sobre todo porque estamos tomando las medidas adecuadas y no tenemos los centros de contaminación como ocurre en los otros países; además los parámetros de decir hay que esperar, las próximas dos semanas son fundamentales, otros dicen que hasta agosto, pero parten del hecho de que se contamine y entonces por el tiempo de exposición y de maduración del virus hay que esperar, en este caso habría que hacerlo dos semanas, y ahora ya se dice que son cinco semanas, pero finalmente aquí ratificamos nuestra fe y esperanza de que las medidas que se están tomando por Andrés Manuel den por resultado como lo hemos visto hasta ahora que no haya más mexicanos contaminados; incluso pondría el mismo ejemplo de él, lo hemos visto en todos los niveles, en todos los mítines, en las manifestaciones, sigue con los abrazos y los besos, y hasta ahorita –ojalá no tengamos que arrepentirnos de lo que decimos– el propio Andrés Manuel no se ha contaminado, ¿qué pasaría si le llegara el coronavirus? sería gravísimo para el país y para todos.

Además hay que considerar también que entre los mexicanos contaminados y los que han muerto, tienen como antecedentes que habían viajado o estuvieron en contacto con personas provenientes de Europa, específicamente de España, y frente a esto la realidad nos rebasa, porque no es cuestión de decir que estamos como esta tontería de Barbosa el gobernador de Puebla, que esto le pega a los ricos y no a los pobres; porque desgraciadamente el coronavirus no ve clase económica ni social, y lo que desde esta columna reitero es, tomemos las medidas adecuadas, hay que lavarse las manos cuando menos treinta veces al día, gel con alcohol, no acudir a lugares con una gran concurrencia, tratar de seguir llevando una vida más o menos normal, porque en este caso de quien les escribe y de quien forma parte de ese 80% de la población mexicana que vivimos día a día, que necesitamos desarrollar nuestras actividades, así como las que hacen los meseros, los restauranteros, y otras personas; no es posible que cerremos, porque además viene para México en forma irremediable una pérdida económica que seguramente tardaremos más de un sexenio en recuperarnos de ella.


Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com

Solicitando la venia y dispensa de quienes me honran leyendo este espacio periodístico, tengo la obligación y el deber de comunicar a quienes están en esta sintonía algunas razones, algunos cuestionamientos, algunas reflexiones que quisiera compartir; para empezar llama la atención que si bien esta enfermedad –hoy pandemia– porque abarca el mundo, se inició en diciembre en China, y estamos a finales del mes de marzo; la primera cuestión que debemos considerar es si en ese lapso casi de cuatro meses México tiene cinco personas fallecidas por el Covid-19, y 500 contaminados, a pesar de que hay personas que insisten en que se hagan las pruebas y citan como ejemplo lo que se hizo en Corea en diciembre, que se aplicaron 258,000 pruebas que resultaron negativas, pero se les olvida que en realidad Corea del Sur es vecina de China y que era muy importante hacerlo por el bien de todos los coreanos.

Igualmente debemos de considerar que la insistencia de medios, de redes sociales, de personas de diferentes clases económicas, culturales y sociales, insisten en que debemos atacar ésto como si fuéramos un país plagados de chinos o de personas contaminadas, olvidando que no somos emisores de turistas mexicanos que tengan como lugar predilecto China, y tampoco somos un país receptor de turismo chino; aquí sin metáforas hay que considerar que el coronavirus viaja en avión y en barco, y que llega principalmente a las ciudades cosmopolitas; por ejemplo Manhattan en Nueva York que tiene actualmente la mitad –15,000– personas fallecidas, y aquí es importante llamar la atención respecto a que, verbigracia 87 nacionalidades diferentes conforman la ciudadanía neoyorquina; es decir, en otras palabras, es un centro donde por el Atlántico, por el pacífico, por todos los medios, llegan personas de todo el mundo y específicamente de los países emisores del coronavirus, concretamente de China; además aquí habría que agregar y considerar que Italia, otro país rodeado por mar Adriático, el Mediterráneo, el Atlántico, todos los mares y especialmente Venecia, caracterizado en la antigüedad como el camino de la seda, fue el lugar por donde Marco Polo trajo a Europa el famoso espagueti, y todo lo que ha venido de los chinos, y que desgraciadamente ahí en Venecia, no debemos de olvidar que recientemente se canceló el carnaval en el mes de febrero con los graves problemas; y reiterar que estos son lugares que sí reciben y mandan turistas a China o a la inversa y el resultado está a la vista; es decir es conocido y trágico el número de muertos y los que han sido contaminados por el coronavirus; por ello a nosotros nos llama la atención que quieran que este modelo se repita en México y que igualmente padezcamos con las decenas o centenas de muertos; afortunadamente sí estamos tomando las medidas preventivas adecuadas por las razones que he esgrimido, pero además debemos considerar que si en México no tenemos todavía ni diez muertos por coronavirus, no es posible esperar que de la noche a la mañana mueran cientos de mexicanos, sobre todo porque estamos tomando las medidas adecuadas y no tenemos los centros de contaminación como ocurre en los otros países; además los parámetros de decir hay que esperar, las próximas dos semanas son fundamentales, otros dicen que hasta agosto, pero parten del hecho de que se contamine y entonces por el tiempo de exposición y de maduración del virus hay que esperar, en este caso habría que hacerlo dos semanas, y ahora ya se dice que son cinco semanas, pero finalmente aquí ratificamos nuestra fe y esperanza de que las medidas que se están tomando por Andrés Manuel den por resultado como lo hemos visto hasta ahora que no haya más mexicanos contaminados; incluso pondría el mismo ejemplo de él, lo hemos visto en todos los niveles, en todos los mítines, en las manifestaciones, sigue con los abrazos y los besos, y hasta ahorita –ojalá no tengamos que arrepentirnos de lo que decimos– el propio Andrés Manuel no se ha contaminado, ¿qué pasaría si le llegara el coronavirus? sería gravísimo para el país y para todos.

Además hay que considerar también que entre los mexicanos contaminados y los que han muerto, tienen como antecedentes que habían viajado o estuvieron en contacto con personas provenientes de Europa, específicamente de España, y frente a esto la realidad nos rebasa, porque no es cuestión de decir que estamos como esta tontería de Barbosa el gobernador de Puebla, que esto le pega a los ricos y no a los pobres; porque desgraciadamente el coronavirus no ve clase económica ni social, y lo que desde esta columna reitero es, tomemos las medidas adecuadas, hay que lavarse las manos cuando menos treinta veces al día, gel con alcohol, no acudir a lugares con una gran concurrencia, tratar de seguir llevando una vida más o menos normal, porque en este caso de quien les escribe y de quien forma parte de ese 80% de la población mexicana que vivimos día a día, que necesitamos desarrollar nuestras actividades, así como las que hacen los meseros, los restauranteros, y otras personas; no es posible que cerremos, porque además viene para México en forma irremediable una pérdida económica que seguramente tardaremos más de un sexenio en recuperarnos de ella.


Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com