/ lunes 1 de marzo de 2021

Tiempo de revancha

En la frenética carrera hacia el proceso electoral de este año, el clima empieza ya a calentarse y la batalla por las simpatías ha iniciado, apenas hace una semana comenté sobre la enorme pifia que había resultado la postulación del polémico “toro” Salgado Macedonio y un espaldarazo presidencial a todas luces equivocado pero cantado a los 4 vientos por parte de López Obrador quien increíblemente se asumió ignorante del pacto patriarcal y dijo apoyarse en su esposa Beatriz Gutiérrez Müller para entenderlo.

El Presidente se anotó tal autogol, más le valía callar, pues el que “su pecho no sea bodega” le ha facturado una larga, innecesaria y costosa distancia con los movimientos feministas en nuestro país.

Pero la política es un barco que navega en un mar de vientos inciertos y caprichosos, la revancha no tardó en llegar y la oportunidad de contestar al incesante golpeteo político se dio con los cándidos e “involuntarios” errores de la Auditoría Superior de la Federación en su análisis al costo de la cancelación del NAIM de Texcoco y la solicitud de desafuero, solicitado por la FGR al Congreso para desaforar al Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, por los probables delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal equiparada, pero vayamos por partes…

David Colmenares Páramo, economista de innegables simpatías priístas, fue elegido al final de la pasada administración para dirigir la ASF hasta 2025, en un proceso falto de transparencia y excedido de negociaciones partidistas, con 41 aspirantes iniciales se logró una terna a modo y asunto arreglado, había auditor.

El inédito e inaudito error (calificado así por quien fuera el anterior titular de la ASF Juan Manuel Portal) vino en la auditoría de desempeño que el órgano autónomo hizo al extinto proyecto del Aeropuerto de Texcoco cuyo coste de cancelación se había manejado por parte del Gobierno Federal elevándolo por 200 mmdp, el resultado fue filtrado a medios (obvio por el mismo auditor) y los ataques se dejaron venir en cascada.

Tras veinticuatro horas de postura, Colmenares Páramo admitió errores básicos en la metodología y llama a los auditados a colaborar con la ASF en una suerte de solución entre cuates tirando por la coladera toda la credibilidad de la principal entidad fiscalizadora del país, al momento de escribir estas líneas David Colmenares se encuentra compareciendo ante la Cámara de Diputados, el mejor camino sin duda es la renuncia del auditor, después de lo sucedido ha dejado de servir siquiera a amigos menos aún a los intereses de la Nación.

Hoy más que nunca es urgente blindar instituciones tan estratégicas como la Auditoría Superior de la Federación si es que se quiere de verdad entablar una lucha frontal contra la corrupción, ese blindaje evitará la existencia de influencia política contaminante del objetivo de vigilar dinero público y su correcta aplicación.

David Rogelio Colmenares Páramo debe ser relevado, si se equivocó hay ineptitud y si se dejó presionar es un irresponsable, el asunto ha servido a AMLO, quien cobra uno a uno todos los embates de la oposición, mantener al auditor le daría al presidente una invaluable vía de descalificación a todo lo que no le convenga escuchar.

La otra bofetada política vino con el posible desafuero del Gobernador Tamaulipeco, por varios y graves delitos, el mandatario estatal acusa sin nombrar al presidente como artífice de una campaña de difamación; pero 6 cajas con 27 expedientes cada una parecen inclinar la balanza y no precisamente a favor de la credibilidad del Gobernador, una marcha en defensa de su inocencia que no causó grandes efectos y un discurso contundente por parte de los representantes de la Fiscalía y del Ejecutivo parecen ser tierra de sepulcro para los argumentos del panista.

La llamada Alianza Federalista tampoco cerró filas a tiempo, cautos o tal vez medrosos Enrique Alfaro y Javier Corral gobernantes de Jalisco y Chihuahua respectivamente, negaron de forma enfática que en el seno de su Alianza existiera un consenso de respaldo a García Cabeza de Vaca, incluso Alfaro fue más allá al lanzar innecesaria flor al Fiscal General, Alejandro Gertz Manero calificándole como un hombre serio e incapaz de prestarse al uso político de la institución que preside, lo anterior no solo significa una creciente soledad alrededor del Gobernador de Tamaulipas, también parece un presagio poco favorable para el futuro de esa asociación de mandatarios estatales.

Se conceda el desafuero o no, lo cierto es que al igual que en el caso de Félix Salgado Macedonio, las investigaciones deben ir hasta el final, el uso político es inminente y podría decirse que hasta comprensible, pero lo más importante es la verdad y el fuero no debe ser cobijo de la impunidad, estamos en tiempos de revancha, esperemos los tiempos de justicia.

En la frenética carrera hacia el proceso electoral de este año, el clima empieza ya a calentarse y la batalla por las simpatías ha iniciado, apenas hace una semana comenté sobre la enorme pifia que había resultado la postulación del polémico “toro” Salgado Macedonio y un espaldarazo presidencial a todas luces equivocado pero cantado a los 4 vientos por parte de López Obrador quien increíblemente se asumió ignorante del pacto patriarcal y dijo apoyarse en su esposa Beatriz Gutiérrez Müller para entenderlo.

El Presidente se anotó tal autogol, más le valía callar, pues el que “su pecho no sea bodega” le ha facturado una larga, innecesaria y costosa distancia con los movimientos feministas en nuestro país.

Pero la política es un barco que navega en un mar de vientos inciertos y caprichosos, la revancha no tardó en llegar y la oportunidad de contestar al incesante golpeteo político se dio con los cándidos e “involuntarios” errores de la Auditoría Superior de la Federación en su análisis al costo de la cancelación del NAIM de Texcoco y la solicitud de desafuero, solicitado por la FGR al Congreso para desaforar al Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, por los probables delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal equiparada, pero vayamos por partes…

David Colmenares Páramo, economista de innegables simpatías priístas, fue elegido al final de la pasada administración para dirigir la ASF hasta 2025, en un proceso falto de transparencia y excedido de negociaciones partidistas, con 41 aspirantes iniciales se logró una terna a modo y asunto arreglado, había auditor.

El inédito e inaudito error (calificado así por quien fuera el anterior titular de la ASF Juan Manuel Portal) vino en la auditoría de desempeño que el órgano autónomo hizo al extinto proyecto del Aeropuerto de Texcoco cuyo coste de cancelación se había manejado por parte del Gobierno Federal elevándolo por 200 mmdp, el resultado fue filtrado a medios (obvio por el mismo auditor) y los ataques se dejaron venir en cascada.

Tras veinticuatro horas de postura, Colmenares Páramo admitió errores básicos en la metodología y llama a los auditados a colaborar con la ASF en una suerte de solución entre cuates tirando por la coladera toda la credibilidad de la principal entidad fiscalizadora del país, al momento de escribir estas líneas David Colmenares se encuentra compareciendo ante la Cámara de Diputados, el mejor camino sin duda es la renuncia del auditor, después de lo sucedido ha dejado de servir siquiera a amigos menos aún a los intereses de la Nación.

Hoy más que nunca es urgente blindar instituciones tan estratégicas como la Auditoría Superior de la Federación si es que se quiere de verdad entablar una lucha frontal contra la corrupción, ese blindaje evitará la existencia de influencia política contaminante del objetivo de vigilar dinero público y su correcta aplicación.

David Rogelio Colmenares Páramo debe ser relevado, si se equivocó hay ineptitud y si se dejó presionar es un irresponsable, el asunto ha servido a AMLO, quien cobra uno a uno todos los embates de la oposición, mantener al auditor le daría al presidente una invaluable vía de descalificación a todo lo que no le convenga escuchar.

La otra bofetada política vino con el posible desafuero del Gobernador Tamaulipeco, por varios y graves delitos, el mandatario estatal acusa sin nombrar al presidente como artífice de una campaña de difamación; pero 6 cajas con 27 expedientes cada una parecen inclinar la balanza y no precisamente a favor de la credibilidad del Gobernador, una marcha en defensa de su inocencia que no causó grandes efectos y un discurso contundente por parte de los representantes de la Fiscalía y del Ejecutivo parecen ser tierra de sepulcro para los argumentos del panista.

La llamada Alianza Federalista tampoco cerró filas a tiempo, cautos o tal vez medrosos Enrique Alfaro y Javier Corral gobernantes de Jalisco y Chihuahua respectivamente, negaron de forma enfática que en el seno de su Alianza existiera un consenso de respaldo a García Cabeza de Vaca, incluso Alfaro fue más allá al lanzar innecesaria flor al Fiscal General, Alejandro Gertz Manero calificándole como un hombre serio e incapaz de prestarse al uso político de la institución que preside, lo anterior no solo significa una creciente soledad alrededor del Gobernador de Tamaulipas, también parece un presagio poco favorable para el futuro de esa asociación de mandatarios estatales.

Se conceda el desafuero o no, lo cierto es que al igual que en el caso de Félix Salgado Macedonio, las investigaciones deben ir hasta el final, el uso político es inminente y podría decirse que hasta comprensible, pero lo más importante es la verdad y el fuero no debe ser cobijo de la impunidad, estamos en tiempos de revancha, esperemos los tiempos de justicia.