/ miércoles 14 de marzo de 2018

Soltar al tigre

La figura de un gran depredador ha estado presente en diferentes manifestaciones: ya fuera como un doméstico y mexicano Robin Hood, con “El Tigre de Santa Julia”, pasando por el dueño de Televisa, Emilio “El Tigre”, Azcárraga, sin hacer menos al dulce personaje de los Corn Flakes, “El Tigre Toño”, el equipo de futbol los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León o los inefables Tigres del Norte. Mowgli, en El Libro de la Selva y el propio Tarzán, tienen su némesis en sendas fieras: un tigre de bengala, Shere Khan para el primero y el segundo con un leopardo llamado Sabor. Y esas figuras siempre están acechando para echarse encima de su presa.

Recuerdo la gracia que me causaba el título de una fábula: “¿Quién le pone el cascabel al gato?” porque me parecía divertido jugar con un minino, y a la par, que éste hiciera ruido con una sonaja al perseguirlo o enredarse con él. Tiempo después comprendí su significado e investigué su origen: que hay veces que cuando nos encontramos ante una situación delicada todos los miembros de un grupo sabemos cómo actuar, cual es la solución… pero el problema viene cuando hay que buscar a una persona que realice esa acción. Algo así como Peña, que no encuentra quien le aplaque a su loquito particular del otro lado de la frontera.

Esta frase viene de una fábula escrita en el Siglo XIII y que aparece en “El libro de los gatos” de Odo de Sherington. Esta nos cuenta como los ratones se reúnen para buscar una solución ante el elevado número de muertes que se producen por el ataque de un gato. Para resolverlo, llegan a la conclusión de que deben ponerle un cascabel o algo que haga ruido en el cuello, de manera que cuando se mueva sepan por dónde anda y no les pueda atacar por sorpresa. Todos los ratones están de acuerdo en que esa es la mejor solución. El problema llega cuando se preguntan “todo está muy bien…pero ¿quién le pone el cascabel al gato?”.

Ahora, el felino ha crecido y no se parece ni al de Tom y Jerry ni a Silvestre, que persigue a Piolín. Se trata de una fiera dormida (nada que ver con la mamá de Ernesto D´Alessio, flamante candidato del PES a diputado federal por Morelos) que ya hace unos años había despertado. La historia registra que el 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renunció a la presidencia de México después de 30 años de gobernar al país. Seis días después, el 31 de mayo, Díaz partió al exilio desde Veracruz. Fue en ese momento cuando el general le dijo a Victoriano Huerta: "Madero ha soltado el tigre, ahora veremos si es capaz de domarlo”.

Más de un siglo después, Andrés Manuel López Obrador candidato de Morena a la presidencia ha advertido que, si le ganan con fraude, el se va a la chingada (su rancho en Palenque) y que no le hablen para amarrar al tigre. Lo que no está claro es si él lo soltaría o si solo se desentendería de una hipotética movilización social si lo derrotan a la mala. Lo que es cierto, es que desde hace unos años, hay varios que le están rascando las bajas anginas al tigre, al México Bronco, no del bronco.

La diferencia es que, como ya lo dije aquí, meses atrás, hoy los domadores tienen una Ley de Seguridad Interior que faculta al ejército a intervenir cuando la paz pública se altere. Y en esto caben desde multitudinarios mítines, hasta toma de la avenida Reforma (de la Ciudad de México) y otras estrategias de resistencia civil. Y entonces el látigo de poco serviría. Ya ven, nadie, ni Díaz Serrano pudo con la Irma Serrano, “La Tigresa”, experta en las lides del salto de tigre. Dicen.

Al tigre local, el “Tigre Yáñez”, el Ayuntamiento de Cuernavaca le negó la expedición de una constancia de residencia para poder contender por la alcaldía capitalina, esto, en una clara revancha por exhibir al Presidente Municipal Cuauhtémoc Blanco, por no contar con una legal cuando compitió en los comicios de 2015. Apenas ayer, su hermano Roberto presentó un nuevo dictamen pericial que vendría a comprobar que la firma en el presunto contrato de 7 millones de pesos para ser candidato del PSD por Blanco, sería real.

Otra que se topó con pared fue la ex Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Nadia Luz María Lara Chávez, a quien el pleno del Poder Judicial le negó la solicitud de licencia por 30 días para separarse temporalmente de su cargo de magistrada, para contender como candidata del Partido Verde Ecologista de México a la gubernatura de Morelos. Sólo pudo obtenerla vía el congreso del estado para tener a salvo su derecho de votar y ser votada y revertir un acto de violencia política en su contra, como mujer y como aspirante a un cargo de elección popular.

Total que como reza el refrán, “una raya más al tigre” que sigue acumulando marcas indelebles y continúa provocando que los ciudadanos consideren como sinónimo de podredumbre la actividad política, y más cuando ven que la langosta (porque chapulín le queda chico) Martínez Cue, va por otro partido con tal de no vivir en el error, es decir, vivir fuera del presupuesto.

En otras palabras, de José Ortega y Gasset: “Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse”.

Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


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Comentarios: cfelix7@hotmail.com Twitter: @CarlosFelix1

La figura de un gran depredador ha estado presente en diferentes manifestaciones: ya fuera como un doméstico y mexicano Robin Hood, con “El Tigre de Santa Julia”, pasando por el dueño de Televisa, Emilio “El Tigre”, Azcárraga, sin hacer menos al dulce personaje de los Corn Flakes, “El Tigre Toño”, el equipo de futbol los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León o los inefables Tigres del Norte. Mowgli, en El Libro de la Selva y el propio Tarzán, tienen su némesis en sendas fieras: un tigre de bengala, Shere Khan para el primero y el segundo con un leopardo llamado Sabor. Y esas figuras siempre están acechando para echarse encima de su presa.

Recuerdo la gracia que me causaba el título de una fábula: “¿Quién le pone el cascabel al gato?” porque me parecía divertido jugar con un minino, y a la par, que éste hiciera ruido con una sonaja al perseguirlo o enredarse con él. Tiempo después comprendí su significado e investigué su origen: que hay veces que cuando nos encontramos ante una situación delicada todos los miembros de un grupo sabemos cómo actuar, cual es la solución… pero el problema viene cuando hay que buscar a una persona que realice esa acción. Algo así como Peña, que no encuentra quien le aplaque a su loquito particular del otro lado de la frontera.

Esta frase viene de una fábula escrita en el Siglo XIII y que aparece en “El libro de los gatos” de Odo de Sherington. Esta nos cuenta como los ratones se reúnen para buscar una solución ante el elevado número de muertes que se producen por el ataque de un gato. Para resolverlo, llegan a la conclusión de que deben ponerle un cascabel o algo que haga ruido en el cuello, de manera que cuando se mueva sepan por dónde anda y no les pueda atacar por sorpresa. Todos los ratones están de acuerdo en que esa es la mejor solución. El problema llega cuando se preguntan “todo está muy bien…pero ¿quién le pone el cascabel al gato?”.

Ahora, el felino ha crecido y no se parece ni al de Tom y Jerry ni a Silvestre, que persigue a Piolín. Se trata de una fiera dormida (nada que ver con la mamá de Ernesto D´Alessio, flamante candidato del PES a diputado federal por Morelos) que ya hace unos años había despertado. La historia registra que el 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renunció a la presidencia de México después de 30 años de gobernar al país. Seis días después, el 31 de mayo, Díaz partió al exilio desde Veracruz. Fue en ese momento cuando el general le dijo a Victoriano Huerta: "Madero ha soltado el tigre, ahora veremos si es capaz de domarlo”.

Más de un siglo después, Andrés Manuel López Obrador candidato de Morena a la presidencia ha advertido que, si le ganan con fraude, el se va a la chingada (su rancho en Palenque) y que no le hablen para amarrar al tigre. Lo que no está claro es si él lo soltaría o si solo se desentendería de una hipotética movilización social si lo derrotan a la mala. Lo que es cierto, es que desde hace unos años, hay varios que le están rascando las bajas anginas al tigre, al México Bronco, no del bronco.

La diferencia es que, como ya lo dije aquí, meses atrás, hoy los domadores tienen una Ley de Seguridad Interior que faculta al ejército a intervenir cuando la paz pública se altere. Y en esto caben desde multitudinarios mítines, hasta toma de la avenida Reforma (de la Ciudad de México) y otras estrategias de resistencia civil. Y entonces el látigo de poco serviría. Ya ven, nadie, ni Díaz Serrano pudo con la Irma Serrano, “La Tigresa”, experta en las lides del salto de tigre. Dicen.

Al tigre local, el “Tigre Yáñez”, el Ayuntamiento de Cuernavaca le negó la expedición de una constancia de residencia para poder contender por la alcaldía capitalina, esto, en una clara revancha por exhibir al Presidente Municipal Cuauhtémoc Blanco, por no contar con una legal cuando compitió en los comicios de 2015. Apenas ayer, su hermano Roberto presentó un nuevo dictamen pericial que vendría a comprobar que la firma en el presunto contrato de 7 millones de pesos para ser candidato del PSD por Blanco, sería real.

Otra que se topó con pared fue la ex Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Nadia Luz María Lara Chávez, a quien el pleno del Poder Judicial le negó la solicitud de licencia por 30 días para separarse temporalmente de su cargo de magistrada, para contender como candidata del Partido Verde Ecologista de México a la gubernatura de Morelos. Sólo pudo obtenerla vía el congreso del estado para tener a salvo su derecho de votar y ser votada y revertir un acto de violencia política en su contra, como mujer y como aspirante a un cargo de elección popular.

Total que como reza el refrán, “una raya más al tigre” que sigue acumulando marcas indelebles y continúa provocando que los ciudadanos consideren como sinónimo de podredumbre la actividad política, y más cuando ven que la langosta (porque chapulín le queda chico) Martínez Cue, va por otro partido con tal de no vivir en el error, es decir, vivir fuera del presupuesto.

En otras palabras, de José Ortega y Gasset: “Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse”.

Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


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Comentarios: cfelix7@hotmail.com Twitter: @CarlosFelix1

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