/ martes 11 de agosto de 2020

SNTE y computadoras

El SNTE en los planos nacional y regionales (seccionales, como ellos les llaman), insiste y hace gestiones para retomar la dotación de equipo de cómputo y conexiones suficientes de internet a las escuelas públicas de todo el país, como un paliativo urgente para la crisis de la educación escolarizada que ha provocado el cierre de las escuelas como medida fundamental para reducir la frecuencia de contagios de Covid-19. No es algo sencillo en tanto enfrenta a gobiernos que han malentendido la idea de austeridad, con ser absolutamente tacaños y entienden poco los retos enormes que plantea el mundo actual incluso más allá de la pandemia.

Cierto que los héroes nacionales no necesitaban una computadora para planear la independencia, la reforma, la revolución, pero también lo es que, de haber existido esas tecnologías entonces, las habrían utilizado por razones extraordinariamente obvias. También lo es que la educación de hoy no es entendible sin el uso de equipos de las nuevas tecnologías; el analfabetismo digital en México es un problema grave que acarrea enormes costos económicos y limita las posibilidades de desarrollo, de justicia social, de ahorro en procesos.

Hace años el gobierno federal, los estatales y el SNTE acordaron procesos para la dotación de equipos de cómputo al personal docente, la idea inicial era que esos equipos se renovarían constantemente y se fortalecerían además las conexiones de internet en todo el país y se incidiría en la baja de precios de computadoras, tabletas, teléfonos celulares y conexiones de internet, para todos los ciudadanos a través de una serie de reformas que incluían la específica de telecomunicaciones.

Pero eso fue antes, cuando México aspiraba al futuro con ahínco. Hoy que la administración federal y sus corifeos miran al pasado para encontrar las respuestas y las vindicaciones para el ahora, el proyecto de cómputo en el sistema educativo nacional se mantiene en suspenso, nadie ha dicho que no se vaya a retomar, pero tampoco han puesto fecha para el reinicio.

La lucha del SNTE por rescatar el programa se vuelve de interés social porque la educación lo es y la educación en línea, en las condiciones actuales, margina a decenas de miles de alumnos de un servicio educativo de calidad. La apuesta a la televisión requiere, de cualquier forma, de conectividad a internet para el seguimiento individual que necesita cada estudiante y son muchos los alumnos, los maestros, las comunidades, que carecen de acceso a la red.

También debe fortalecerse con la transparencia en la dotación de recursos materiales, que es la otra lucha que el sindicato debiera dar, sobre todo en los estados, donde historias terribles de corrupción se cuentan (la opacidad genera sospechas de todo tipo) en torno a muchos de los programas que entregan apoyos directos a los maestros y estudiantes.

La rehabilitación del programa debe darse en dos frentes, el federal donde parece francamente imposible el avance, y los estatales. En Morelos, con una autoridad educativa más interesada en elecciones que en el avance de la educación, las cosas tampoco pintan bien.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El SNTE en los planos nacional y regionales (seccionales, como ellos les llaman), insiste y hace gestiones para retomar la dotación de equipo de cómputo y conexiones suficientes de internet a las escuelas públicas de todo el país, como un paliativo urgente para la crisis de la educación escolarizada que ha provocado el cierre de las escuelas como medida fundamental para reducir la frecuencia de contagios de Covid-19. No es algo sencillo en tanto enfrenta a gobiernos que han malentendido la idea de austeridad, con ser absolutamente tacaños y entienden poco los retos enormes que plantea el mundo actual incluso más allá de la pandemia.

Cierto que los héroes nacionales no necesitaban una computadora para planear la independencia, la reforma, la revolución, pero también lo es que, de haber existido esas tecnologías entonces, las habrían utilizado por razones extraordinariamente obvias. También lo es que la educación de hoy no es entendible sin el uso de equipos de las nuevas tecnologías; el analfabetismo digital en México es un problema grave que acarrea enormes costos económicos y limita las posibilidades de desarrollo, de justicia social, de ahorro en procesos.

Hace años el gobierno federal, los estatales y el SNTE acordaron procesos para la dotación de equipos de cómputo al personal docente, la idea inicial era que esos equipos se renovarían constantemente y se fortalecerían además las conexiones de internet en todo el país y se incidiría en la baja de precios de computadoras, tabletas, teléfonos celulares y conexiones de internet, para todos los ciudadanos a través de una serie de reformas que incluían la específica de telecomunicaciones.

Pero eso fue antes, cuando México aspiraba al futuro con ahínco. Hoy que la administración federal y sus corifeos miran al pasado para encontrar las respuestas y las vindicaciones para el ahora, el proyecto de cómputo en el sistema educativo nacional se mantiene en suspenso, nadie ha dicho que no se vaya a retomar, pero tampoco han puesto fecha para el reinicio.

La lucha del SNTE por rescatar el programa se vuelve de interés social porque la educación lo es y la educación en línea, en las condiciones actuales, margina a decenas de miles de alumnos de un servicio educativo de calidad. La apuesta a la televisión requiere, de cualquier forma, de conectividad a internet para el seguimiento individual que necesita cada estudiante y son muchos los alumnos, los maestros, las comunidades, que carecen de acceso a la red.

También debe fortalecerse con la transparencia en la dotación de recursos materiales, que es la otra lucha que el sindicato debiera dar, sobre todo en los estados, donde historias terribles de corrupción se cuentan (la opacidad genera sospechas de todo tipo) en torno a muchos de los programas que entregan apoyos directos a los maestros y estudiantes.

La rehabilitación del programa debe darse en dos frentes, el federal donde parece francamente imposible el avance, y los estatales. En Morelos, con una autoridad educativa más interesada en elecciones que en el avance de la educación, las cosas tampoco pintan bien.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx