/ martes 20 de julio de 2021

Síndrome de Peter Pan

Margarita Dotor Almazán


Debemos dejar en claro que, como tal, no es un TRASTORNO MENTAL, es más bien una característica o termino que se utiliza para definir ciertos comportamientos, sin embargo, el significado del término inmadurez en Psicología se refiere al bajo desarrollo de los mecanismos de regulación de las emociones, de la tolerancia a la frustración y del sentimiento de responsabilidad hacia los otros.

Las personas inmaduras son hipersensibles y con reacciones emocionales excesivas ante cualquier negativa a satisfacer sus demandas. Las reacciones emocionales pueden ser de ira y agresividad, pero también pueden ser de desamparo y víctima. Esta forma de relacionarse refleja la incapacidad de la persona inmadura para relacionarse como un adulto, la persona inmadura espera que los demás se comporten como adultos omnipotentes quienes le resuelvan TODO.

La forma como percibe la realidad es simple, solo existe blanco o negro, bueno o malo, todo o nada. Por lo tanto, tienen poca flexibilidad y gran dificultad para entender el punto medio de las cosas y la necesidad de negociación.

El resultado de estas dificultades emocionales se traduce en una conducta inmadura para su edad, con gran facilidad para alterarse ante aquello que no les gusta por la baja tolerancia a la frustración que les caracteriza.

A esta marcada inmadurez emocional que se da, tanto en adultos, que continúan comportándose como niños o adolescentes, como en niños que se comportan como si tuvieran menor edad, también se le ha denominado el Síndrome de Peter Pan. Un término empleado por primera vez por el psicólogo Dan Kiley en 1983 y, aunque no se recoge en los actuales manuales de psiquiatría por no tratarse de un trastorno, es de gran utilidad para entender lo que caracteriza a las personas con Síndrome de Peter Pan o inmadurez emocional:

• La eterna adolescencia. Vivir la vida como cuando se era adolescente, intentando evadir todo tipo de responsabilidad.

• Miedo al compromiso. Le tienen miedo a todo tipo de compromiso ya sea de pareja, laboral, etc.

• Desconocimiento de su persona. Estas personas pueden no saber cuáles son sus virtudes, sus defectos, sus limitaciones, etc.

• Incapacidad para expresar los sentimientos e inestabilidad emocional. Pueden ser personas que no saben lo que sienten o incluso que pasan de la risa al llanto en cuestión de minutos.

• No aceptan los errores. Las personas que tienen inmadurez emocional no son capaces de admitir que se han equivocado o que no han hecho las cosas bien. En otras palabras, no suelen disculparse.

• No aceptan responsabilidades. No se hacen responsables de sus errores, de sus cosas, etc. Por ejemplo, pueden tener dificultades financieras.

• No tienen una meta en la vida. No tienen proyectos a largo plazo.

• Poca voluntad. No son capaces de ponerse metas o prohibiciones a sí mismos.

• Poca tolerancia a la frustración. Son personas que se sienten incómodas cuando algo no sale como ellos quieren. Si de repente se generan problemas se sentirán incómodos, se enfadarán y podrían incluso huir de la situación.

• Rabietas injustificadas. Ligado con lo anterior, cuando algo no sale como ellos quieren se enfadan y se irritan.

• Impulsividad. Hacen cosas o toman decisiones sin pensar en las consecuencias.

Si nos preguntamos cuáles son las posibles causas de esta inmadurez emocional, se ha observado que un estilo educativo más hostil y autoritario, que se asocie con algunas carencias afectivas y emocionales, propicia estos comportamientos más inmaduros. De la misma forma, un estilo educativo demasiado sobreprotector que evite cualquier contacto con situaciones amenazantes, también, puede llevar al mismo estilo de comportamiento inmaduro por parte de los niños.

Por esta demostrada asociación entre el estilo parental y el comportamiento de los niños, es necesario que los padres actúen en base a unas normas y unos límites bien fundamentados, para lograr actuar de forma preventiva a la aparición de estas características de conducta. No obstante, si estas características de comportamiento y esta inmadurez emocional ya se han observado, existen ciertas pautas de actuación y tratamiento que están a nuestro alcance como son:

Desarrollar y mejorar una buena autoestima, mejorando la confianza y seguridad en uno mismo.

Poner en práctica ciertas técnicas de modificación de conducta, como: proporcionar unos estilos de afrontamiento adaptativos, enseñar estilos de comunicación de tipo asertivo, o entrenar en la resolución de problemas.

Enseñar y ayudar a desarrollar su propia autonomía e independencia, de forma que, los niños se adapten a los retos y metas que se presentan a medida que crecen y maduran.

Estimado lector, si crees que tienes un adulto con inmadurez emocional y estás decidido a ponerle fin, ayúdale a:

• Que establezca metas en su vida

• Enséñale habilidades de resolución de problemas

• Fortalece su autoestima

• Apóyale a ser asertivo

Si no es suficiente, pide ayuda a un profesional de la salud mental.


Contacto:

Cel: 777 610 15 64 Facebook: @PSIC. DOTTOR / @IESAM ConSalud

Margarita Dotor Almazán


Debemos dejar en claro que, como tal, no es un TRASTORNO MENTAL, es más bien una característica o termino que se utiliza para definir ciertos comportamientos, sin embargo, el significado del término inmadurez en Psicología se refiere al bajo desarrollo de los mecanismos de regulación de las emociones, de la tolerancia a la frustración y del sentimiento de responsabilidad hacia los otros.

Las personas inmaduras son hipersensibles y con reacciones emocionales excesivas ante cualquier negativa a satisfacer sus demandas. Las reacciones emocionales pueden ser de ira y agresividad, pero también pueden ser de desamparo y víctima. Esta forma de relacionarse refleja la incapacidad de la persona inmadura para relacionarse como un adulto, la persona inmadura espera que los demás se comporten como adultos omnipotentes quienes le resuelvan TODO.

La forma como percibe la realidad es simple, solo existe blanco o negro, bueno o malo, todo o nada. Por lo tanto, tienen poca flexibilidad y gran dificultad para entender el punto medio de las cosas y la necesidad de negociación.

El resultado de estas dificultades emocionales se traduce en una conducta inmadura para su edad, con gran facilidad para alterarse ante aquello que no les gusta por la baja tolerancia a la frustración que les caracteriza.

A esta marcada inmadurez emocional que se da, tanto en adultos, que continúan comportándose como niños o adolescentes, como en niños que se comportan como si tuvieran menor edad, también se le ha denominado el Síndrome de Peter Pan. Un término empleado por primera vez por el psicólogo Dan Kiley en 1983 y, aunque no se recoge en los actuales manuales de psiquiatría por no tratarse de un trastorno, es de gran utilidad para entender lo que caracteriza a las personas con Síndrome de Peter Pan o inmadurez emocional:

• La eterna adolescencia. Vivir la vida como cuando se era adolescente, intentando evadir todo tipo de responsabilidad.

• Miedo al compromiso. Le tienen miedo a todo tipo de compromiso ya sea de pareja, laboral, etc.

• Desconocimiento de su persona. Estas personas pueden no saber cuáles son sus virtudes, sus defectos, sus limitaciones, etc.

• Incapacidad para expresar los sentimientos e inestabilidad emocional. Pueden ser personas que no saben lo que sienten o incluso que pasan de la risa al llanto en cuestión de minutos.

• No aceptan los errores. Las personas que tienen inmadurez emocional no son capaces de admitir que se han equivocado o que no han hecho las cosas bien. En otras palabras, no suelen disculparse.

• No aceptan responsabilidades. No se hacen responsables de sus errores, de sus cosas, etc. Por ejemplo, pueden tener dificultades financieras.

• No tienen una meta en la vida. No tienen proyectos a largo plazo.

• Poca voluntad. No son capaces de ponerse metas o prohibiciones a sí mismos.

• Poca tolerancia a la frustración. Son personas que se sienten incómodas cuando algo no sale como ellos quieren. Si de repente se generan problemas se sentirán incómodos, se enfadarán y podrían incluso huir de la situación.

• Rabietas injustificadas. Ligado con lo anterior, cuando algo no sale como ellos quieren se enfadan y se irritan.

• Impulsividad. Hacen cosas o toman decisiones sin pensar en las consecuencias.

Si nos preguntamos cuáles son las posibles causas de esta inmadurez emocional, se ha observado que un estilo educativo más hostil y autoritario, que se asocie con algunas carencias afectivas y emocionales, propicia estos comportamientos más inmaduros. De la misma forma, un estilo educativo demasiado sobreprotector que evite cualquier contacto con situaciones amenazantes, también, puede llevar al mismo estilo de comportamiento inmaduro por parte de los niños.

Por esta demostrada asociación entre el estilo parental y el comportamiento de los niños, es necesario que los padres actúen en base a unas normas y unos límites bien fundamentados, para lograr actuar de forma preventiva a la aparición de estas características de conducta. No obstante, si estas características de comportamiento y esta inmadurez emocional ya se han observado, existen ciertas pautas de actuación y tratamiento que están a nuestro alcance como son:

Desarrollar y mejorar una buena autoestima, mejorando la confianza y seguridad en uno mismo.

Poner en práctica ciertas técnicas de modificación de conducta, como: proporcionar unos estilos de afrontamiento adaptativos, enseñar estilos de comunicación de tipo asertivo, o entrenar en la resolución de problemas.

Enseñar y ayudar a desarrollar su propia autonomía e independencia, de forma que, los niños se adapten a los retos y metas que se presentan a medida que crecen y maduran.

Estimado lector, si crees que tienes un adulto con inmadurez emocional y estás decidido a ponerle fin, ayúdale a:

• Que establezca metas en su vida

• Enséñale habilidades de resolución de problemas

• Fortalece su autoestima

• Apóyale a ser asertivo

Si no es suficiente, pide ayuda a un profesional de la salud mental.


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