/ lunes 3 de julio de 2023

Pasatiempos adolescentes: 'quemarse' en redes sociales

Los pasatiempos de nuestras niñas, niños y adolescentes (NNyA) están cada vez más ligados a las redes sociales, incluso al punto de unirse a grupos de Facebook, WhatsApp e Instagram para “quemarse” entre alumnos o hasta “quemar” a los profesores.

¿Pero, hasta qué punto puede llegar nuestras NNyA?

Bueno, pues durante la última conferencia en materia de prevención del delito que realizamos en la zona oriente de Morelos, tuve la oportunidad de conversar con maestras y maestros, así como algunos padres de familia sobre el tema, y encontré una gran preocupación sobre esos grupos de redes sociales ya que se multiplican con rapidez.

Solo en la colonia que visite las maestras y maestros detectaron el grupo “Quemados de la Técnica 42”, “Los Quemados de la Técnica”, “Los Quemados de la Técnica 32”, “Quemados de la Uno”, “Quemados de la 14”, entre otros.

Al ingresar a estos grupos observamos comentarios que nos llamaron poderosamente la atención, por ejemplo:

“Quiero quemaré a esta morra porque solo anda con uno y otro y aparte dice que está contagiada para que todo el mundo sepa y ya no siga expandiendo su enfermedad”.

Mientras que los comentarios también van en el mismo sentido:

“Se cree bien buena y está bien plana y es puro filtro”

“Se cree la gran cosa pero todos la odian, ella piensa que es bonita pero usa mucho filtro”.

Otros usuarios escribieron:

“Oye, quiero quemar a esta morra tiene pijos”

“Volví y está vez pueden quemar a todos sin excepciones...Todo será anónimo”.

“Disfruta de los mejores memes”

“Se creen bien vrg para pelear y son puro pendejo, los tres son bien p...”

Quizá podamos pensar que se trata de un grupo de jóvenes que no tiene conciencia de lo que está haciendo, pero déjeme decirle que este tipo de grupos no solo están conformados por NNyA. Existe uno que se llama “Los Quemados de Ocotepec” que tiene nada más y nada menos que 16 mil miembros.

Esto nos lleva a pensar que incluso, algunos de nuestros jóvenes pueden estar replicando en redes sociales lo que aprenden de sus padres, pues en este último grupo encontramos mensajes similares contra hombres y mujeres incluyendo NNyA.

Estos grupos son administrados y operados de forma anónima, indiscriminada e incitan deliberadamente al bullying, en ellos exhiben fotos de las personas quemadas, hacen críticas a cualquier aspecto físico, afectivo o incluso sentimental.

Su contenido es tan nocivo que puede destruir la autoestima de las personas adolescentes, porque en esta etapa de desarrollo la aceptación social es vital, y no exagero, resulta que en esa edad el rechazo de los grupos en los que convive, especialmente en los centros escolares, les produce dolor semejante a la sensación de hambre o dolor físico. No es algo voluntario, se debe al incremento de los neurotransmisores oxitocina y dopamina, y de la reducción de serotonina por la tristeza que este rechazo les causa.

Si bien las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos y particularmente la forma en que somos vistos por nuestros amigos, conocidos, extraños, y hasta por la delincuencia, es necesario que los padres estén atentos a lo que sus hijos e hijas consumen a través de estos portales electrónicos.

Hoy la necesidad de ser visto en el mundo de lo virtual se ha convertido en una necesidad para adolescentes y también adultos, por eso cada día aparecen más plataformas de comunicación instantánea, se transmiten contenidos de toda índole y sin ningún control gubernamental, al amparo de la libertad de expresión.

Pero en verdad, ¿los operadores de las plataformas no pueden restringir el uso sus aplicaciones para estos grupos novicios que difaman a un adolescente y le afectan su sano desarrollo, en su derecho a vivir en una vida libre de violencia?

Mientras las autoridades en la materia atienen este problema tan grave, los padres, maestros y la comunidad debemos actuar en la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes, porque por ahora la pregunta es dónde estamos los adultos cuando ellos eligen ver uno u otro contenido sin censura alguna.

Debemos como adultos ocuparnos de los controles parentales, de revisar qué es lo que nuestros hijos e hijas consultan en internet, debemos fomentar en ellos el uso responsable de las redes sociales, así como de las reglas fundamentales del respeto a la dignidad humana, a que tengan una cultura del auto cuidado que implica no participar en actos negativos que atenten contra la imagen, el prestigio e integridad de otra persona.

Debemos ocuparnos en regular legalmente las políticas de operación de las plataformas de mensajería, porque es tan altamente gratificante la socialización que produce, que resulta francamente adictivo, mucho más para los adolescentes de entre 14 a 16 años de edad, en la que ser aceptado se convierte en una búsqueda de momento a momento.

Grandes batallas mediáticas entre adultos se libran en las plataformas de mensajería instantánea, de interconexión en grupos o segmentos temáticos, pero todos, invariablemente, buscan la aceptación social en el mundo virtual, seamos responsables con lo que consumen y divulgan en redes sociales nuestras niñas, niños y adolescentes, no vaya a ser que el quemado sea uno de nuestros hijos o hijas.

Los pasatiempos de nuestras niñas, niños y adolescentes (NNyA) están cada vez más ligados a las redes sociales, incluso al punto de unirse a grupos de Facebook, WhatsApp e Instagram para “quemarse” entre alumnos o hasta “quemar” a los profesores.

¿Pero, hasta qué punto puede llegar nuestras NNyA?

Bueno, pues durante la última conferencia en materia de prevención del delito que realizamos en la zona oriente de Morelos, tuve la oportunidad de conversar con maestras y maestros, así como algunos padres de familia sobre el tema, y encontré una gran preocupación sobre esos grupos de redes sociales ya que se multiplican con rapidez.

Solo en la colonia que visite las maestras y maestros detectaron el grupo “Quemados de la Técnica 42”, “Los Quemados de la Técnica”, “Los Quemados de la Técnica 32”, “Quemados de la Uno”, “Quemados de la 14”, entre otros.

Al ingresar a estos grupos observamos comentarios que nos llamaron poderosamente la atención, por ejemplo:

“Quiero quemaré a esta morra porque solo anda con uno y otro y aparte dice que está contagiada para que todo el mundo sepa y ya no siga expandiendo su enfermedad”.

Mientras que los comentarios también van en el mismo sentido:

“Se cree bien buena y está bien plana y es puro filtro”

“Se cree la gran cosa pero todos la odian, ella piensa que es bonita pero usa mucho filtro”.

Otros usuarios escribieron:

“Oye, quiero quemar a esta morra tiene pijos”

“Volví y está vez pueden quemar a todos sin excepciones...Todo será anónimo”.

“Disfruta de los mejores memes”

“Se creen bien vrg para pelear y son puro pendejo, los tres son bien p...”

Quizá podamos pensar que se trata de un grupo de jóvenes que no tiene conciencia de lo que está haciendo, pero déjeme decirle que este tipo de grupos no solo están conformados por NNyA. Existe uno que se llama “Los Quemados de Ocotepec” que tiene nada más y nada menos que 16 mil miembros.

Esto nos lleva a pensar que incluso, algunos de nuestros jóvenes pueden estar replicando en redes sociales lo que aprenden de sus padres, pues en este último grupo encontramos mensajes similares contra hombres y mujeres incluyendo NNyA.

Estos grupos son administrados y operados de forma anónima, indiscriminada e incitan deliberadamente al bullying, en ellos exhiben fotos de las personas quemadas, hacen críticas a cualquier aspecto físico, afectivo o incluso sentimental.

Su contenido es tan nocivo que puede destruir la autoestima de las personas adolescentes, porque en esta etapa de desarrollo la aceptación social es vital, y no exagero, resulta que en esa edad el rechazo de los grupos en los que convive, especialmente en los centros escolares, les produce dolor semejante a la sensación de hambre o dolor físico. No es algo voluntario, se debe al incremento de los neurotransmisores oxitocina y dopamina, y de la reducción de serotonina por la tristeza que este rechazo les causa.

Si bien las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos y particularmente la forma en que somos vistos por nuestros amigos, conocidos, extraños, y hasta por la delincuencia, es necesario que los padres estén atentos a lo que sus hijos e hijas consumen a través de estos portales electrónicos.

Hoy la necesidad de ser visto en el mundo de lo virtual se ha convertido en una necesidad para adolescentes y también adultos, por eso cada día aparecen más plataformas de comunicación instantánea, se transmiten contenidos de toda índole y sin ningún control gubernamental, al amparo de la libertad de expresión.

Pero en verdad, ¿los operadores de las plataformas no pueden restringir el uso sus aplicaciones para estos grupos novicios que difaman a un adolescente y le afectan su sano desarrollo, en su derecho a vivir en una vida libre de violencia?

Mientras las autoridades en la materia atienen este problema tan grave, los padres, maestros y la comunidad debemos actuar en la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes, porque por ahora la pregunta es dónde estamos los adultos cuando ellos eligen ver uno u otro contenido sin censura alguna.

Debemos como adultos ocuparnos de los controles parentales, de revisar qué es lo que nuestros hijos e hijas consultan en internet, debemos fomentar en ellos el uso responsable de las redes sociales, así como de las reglas fundamentales del respeto a la dignidad humana, a que tengan una cultura del auto cuidado que implica no participar en actos negativos que atenten contra la imagen, el prestigio e integridad de otra persona.

Debemos ocuparnos en regular legalmente las políticas de operación de las plataformas de mensajería, porque es tan altamente gratificante la socialización que produce, que resulta francamente adictivo, mucho más para los adolescentes de entre 14 a 16 años de edad, en la que ser aceptado se convierte en una búsqueda de momento a momento.

Grandes batallas mediáticas entre adultos se libran en las plataformas de mensajería instantánea, de interconexión en grupos o segmentos temáticos, pero todos, invariablemente, buscan la aceptación social en el mundo virtual, seamos responsables con lo que consumen y divulgan en redes sociales nuestras niñas, niños y adolescentes, no vaya a ser que el quemado sea uno de nuestros hijos o hijas.