/ sábado 3 de julio de 2021

¿Sabe usted lo que es la resiliencia y sus vínculos con el derecho famililar?

La importancia de saber que la resiliencia es la capacidad para superar problemas que hayan derivado de traumatismos psíquicos o físicos es tan importante para los ancianos cuanto para quienes no lo son.

Enfocado a los seres humanos, específicamente a los ancianos, entendiendo que de acuerdo con la biología, a partir de los 60 años de edad ese calificativo que no es peyorativo se puede aplicar a quienes inician a esa edad una nueva etapa en su vida; así como la de los niños, los jóvenes, los adolescentes y los adultos; dejando al margen las metáforas y el hipérbaton que se refiere a adultos con mucha juventud, y otros calificativos que en realidad, como lo vamos a ver en este artículo, que lo hemos elaborado siguiendo un ensayo francés, denominado “Resilience Et Personnes Âgées”, obra registrada por Odile Jacob en febrero del 2014; y en la que nos vamos a basar para difundir, y sobre todo para usted que me hace el honor de leer esta columna sepa, para empezar que la resiliencia es la capacidad de un ser humano para superar los problemas que deriven de traumatismos que sufra desde el punto de vista psíquico o físico.

De manera general frente al trauma, la resiliencia significa recuperación. Capacidad para salir bien librado. Para vivir. Para desarrollarse a pesar de la adversidad. Para reanudar un nuevo desarrollo después de un traumatismo. Lograr una buena adaptación a pesar de haber vivido o vivir un hecho traumatizante; o una adversidad crónica. Resiliencia es aprovechar la crisis para resolver el traumatismo; o salir de él. Seguir viviendo y existir a pesar de las angustias de la vejez; traumatismos y no poder evitar la muerte. Resiliencia es volver a estar disponible para la vida. Vivir para amar, desear, detestar, querer, interesarse, crear, hacer cosas, ocupaciones, distracciones. La resiliencia se da cuando no reducimos el espacio vital, no caemos en la monotonía y dejamos de ser repetitivos. Rechazar el repliegue sobre sí mismo; el confinamiento en la casa, en la habitación o finalmente en la cama. La resiliencia nos permite encontrarle un sentido a la vida que hace al anciano más alto para afrontar el sufrimiento. Para tener una razón para vivir. Para valorar la vida interior del anciano. Para contemplar sentir y existir. Para reexaminar los acontecimientos de la vida. Para poner orden en la memoria. Para saborear los buenos recuerdos; y hacer las paces con los momentos dolorosos. Resiliencia es aceptar que las cosas y situaciones hayan sido, como fueron. Resiliencia es beneficiarse de la buena autoestima que tengamos de nosotros mismos; y haberla desarrollado en un círculo virtuoso que favorezca y refuerce a la vez a la propia autoestima. Aceptar que esa actitud de resiliencia se da en cualquier etapa de la vida, pero sobre todo en la vejez. No cerrar la puerta a la creatividad, al humor, en la medida que la edad avanza. La trascendencia de la familia, de los hijos, de los tutores de sus propios padres durante el envejecimiento. Alternativas como la música, el baile, la lectura, aprender un nuevo instrumento musical, un nuevo idioma, incrementar la libertad de las personas mayores, esa es la resiliencia; erradicar el deseo de olvidar e incrementar la motivación para ser un mejor resiliente en el envejecimiento.

Conclusión

Si usted tiene ancianos en su casa, en su familia, atiéndalos. Permítales que envejezcan con resiliencia para que no sea perder memoria, frescura, cerebro; es importante comprender los lazos que se tienen de los hijos con los padres o las madres, sobre todo cuando ellos han parecido la pérdida también de algún ser querido, y los hijos deben rescatarlos para convertirse en el mejor apoyo para que la resiliencia les permita volver a vivir.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La importancia de saber que la resiliencia es la capacidad para superar problemas que hayan derivado de traumatismos psíquicos o físicos es tan importante para los ancianos cuanto para quienes no lo son.

Enfocado a los seres humanos, específicamente a los ancianos, entendiendo que de acuerdo con la biología, a partir de los 60 años de edad ese calificativo que no es peyorativo se puede aplicar a quienes inician a esa edad una nueva etapa en su vida; así como la de los niños, los jóvenes, los adolescentes y los adultos; dejando al margen las metáforas y el hipérbaton que se refiere a adultos con mucha juventud, y otros calificativos que en realidad, como lo vamos a ver en este artículo, que lo hemos elaborado siguiendo un ensayo francés, denominado “Resilience Et Personnes Âgées”, obra registrada por Odile Jacob en febrero del 2014; y en la que nos vamos a basar para difundir, y sobre todo para usted que me hace el honor de leer esta columna sepa, para empezar que la resiliencia es la capacidad de un ser humano para superar los problemas que deriven de traumatismos que sufra desde el punto de vista psíquico o físico.

De manera general frente al trauma, la resiliencia significa recuperación. Capacidad para salir bien librado. Para vivir. Para desarrollarse a pesar de la adversidad. Para reanudar un nuevo desarrollo después de un traumatismo. Lograr una buena adaptación a pesar de haber vivido o vivir un hecho traumatizante; o una adversidad crónica. Resiliencia es aprovechar la crisis para resolver el traumatismo; o salir de él. Seguir viviendo y existir a pesar de las angustias de la vejez; traumatismos y no poder evitar la muerte. Resiliencia es volver a estar disponible para la vida. Vivir para amar, desear, detestar, querer, interesarse, crear, hacer cosas, ocupaciones, distracciones. La resiliencia se da cuando no reducimos el espacio vital, no caemos en la monotonía y dejamos de ser repetitivos. Rechazar el repliegue sobre sí mismo; el confinamiento en la casa, en la habitación o finalmente en la cama. La resiliencia nos permite encontrarle un sentido a la vida que hace al anciano más alto para afrontar el sufrimiento. Para tener una razón para vivir. Para valorar la vida interior del anciano. Para contemplar sentir y existir. Para reexaminar los acontecimientos de la vida. Para poner orden en la memoria. Para saborear los buenos recuerdos; y hacer las paces con los momentos dolorosos. Resiliencia es aceptar que las cosas y situaciones hayan sido, como fueron. Resiliencia es beneficiarse de la buena autoestima que tengamos de nosotros mismos; y haberla desarrollado en un círculo virtuoso que favorezca y refuerce a la vez a la propia autoestima. Aceptar que esa actitud de resiliencia se da en cualquier etapa de la vida, pero sobre todo en la vejez. No cerrar la puerta a la creatividad, al humor, en la medida que la edad avanza. La trascendencia de la familia, de los hijos, de los tutores de sus propios padres durante el envejecimiento. Alternativas como la música, el baile, la lectura, aprender un nuevo instrumento musical, un nuevo idioma, incrementar la libertad de las personas mayores, esa es la resiliencia; erradicar el deseo de olvidar e incrementar la motivación para ser un mejor resiliente en el envejecimiento.

Conclusión

Si usted tiene ancianos en su casa, en su familia, atiéndalos. Permítales que envejezcan con resiliencia para que no sea perder memoria, frescura, cerebro; es importante comprender los lazos que se tienen de los hijos con los padres o las madres, sobre todo cuando ellos han parecido la pérdida también de algún ser querido, y los hijos deben rescatarlos para convertirse en el mejor apoyo para que la resiliencia les permita volver a vivir.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.