/ lunes 16 de agosto de 2021

Riqueza histórica en favor de la sana convivencia

Tradicionalmente, la historia ha celebrado la Conquista como el periodo de fusión de dos culturas y el nacimiento de otra. Sí, lo fue, pero también fue una etapa de resistencia, que ahora demanda ser revalidada.

Los murales de Diego Rivera en el Palacio de Cortés dan cuenta de pasajes históricos, batallas ocurridas hace ya 500 años, en las que indígenas enfrentaron, en luchas desiguales, a los conquistadores españoles.

Unos montados en caballos, enfundados en armaduras, con espadas o fusiles en mano, otros con macuáhuitl (bastón de madera con navajas de obsidiana), átlatl (hondas), vestidos con pieles de jaguar o taparrabos.

Morelos guarda un rico pasado indígena. La riqueza de sus tierras llamó la atención de otros pueblos y de los españoles. Cuauhnáhuac (ahora Cuernavaca) fue una ciudad, densamente poblada, que rendía tributo a los mexicas.

Antes de que los españoles tomaran Tenochtitlán, Hernán Cortés envío un ejército, y posteriormente se incorporó con ellos, para pelear por el control de la ciudad. Los indígenas tlahuicas enfrentaron a los españoles hasta que fueron vencidos.

En Cuernavaca, finalmente después de derrotar a los aztecas, Cortés fijó su residencia, y su esposa Juana de Zúñiga vivió en el palacio que se construyó en 1526, ahora considerado un monumento histórico. El palacio de Cortés fue construido sobre las ruinas de Tlatlocayacalli, un lugar utilizado para entregar los tributos al cacique tlahuica.

La Conquista dejó una estela de muerta entre los pueblos indígenas, que 500 años después es entendida desde otra dimensión. El presidente Andrés Manuel López Obrador la ha calificado como una “catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica”.

Nada justifica los excesos de violencia, de muertes. Actualmente lo entendemos y como sociedad buscamos una convivencia basada en la tolerancia, el respeto y la comprensión de la diversidad.

La historia da cuenta de vencedores y vencidos. Resignificar el valor de la lucha indígena es dotar de identidad a nuestro presente. Reivindicar la resistencia es convertirla en la riqueza del presente.

Morelos tiene una gran riqueza histórica que debemos preservar, defender y aquilatar. Hoy nos corresponde continuar la batalla contra la discriminación, el clasismo, y buscar la justicia e igualdad.

Es momento de construir ciudadanía desde la fraternidad y la tolerancia, desde el fomento de la cultura de la legalidad, el civismo y la ecología de la seguridad.


@guerrerochipres

Tradicionalmente, la historia ha celebrado la Conquista como el periodo de fusión de dos culturas y el nacimiento de otra. Sí, lo fue, pero también fue una etapa de resistencia, que ahora demanda ser revalidada.

Los murales de Diego Rivera en el Palacio de Cortés dan cuenta de pasajes históricos, batallas ocurridas hace ya 500 años, en las que indígenas enfrentaron, en luchas desiguales, a los conquistadores españoles.

Unos montados en caballos, enfundados en armaduras, con espadas o fusiles en mano, otros con macuáhuitl (bastón de madera con navajas de obsidiana), átlatl (hondas), vestidos con pieles de jaguar o taparrabos.

Morelos guarda un rico pasado indígena. La riqueza de sus tierras llamó la atención de otros pueblos y de los españoles. Cuauhnáhuac (ahora Cuernavaca) fue una ciudad, densamente poblada, que rendía tributo a los mexicas.

Antes de que los españoles tomaran Tenochtitlán, Hernán Cortés envío un ejército, y posteriormente se incorporó con ellos, para pelear por el control de la ciudad. Los indígenas tlahuicas enfrentaron a los españoles hasta que fueron vencidos.

En Cuernavaca, finalmente después de derrotar a los aztecas, Cortés fijó su residencia, y su esposa Juana de Zúñiga vivió en el palacio que se construyó en 1526, ahora considerado un monumento histórico. El palacio de Cortés fue construido sobre las ruinas de Tlatlocayacalli, un lugar utilizado para entregar los tributos al cacique tlahuica.

La Conquista dejó una estela de muerta entre los pueblos indígenas, que 500 años después es entendida desde otra dimensión. El presidente Andrés Manuel López Obrador la ha calificado como una “catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica”.

Nada justifica los excesos de violencia, de muertes. Actualmente lo entendemos y como sociedad buscamos una convivencia basada en la tolerancia, el respeto y la comprensión de la diversidad.

La historia da cuenta de vencedores y vencidos. Resignificar el valor de la lucha indígena es dotar de identidad a nuestro presente. Reivindicar la resistencia es convertirla en la riqueza del presente.

Morelos tiene una gran riqueza histórica que debemos preservar, defender y aquilatar. Hoy nos corresponde continuar la batalla contra la discriminación, el clasismo, y buscar la justicia e igualdad.

Es momento de construir ciudadanía desde la fraternidad y la tolerancia, desde el fomento de la cultura de la legalidad, el civismo y la ecología de la seguridad.


@guerrerochipres