/ martes 7 de abril de 2020

Reviviendo el encono...

Uno esperaría un discurso tranquilizador, con los elementos suficientes para tranquilizar a los ciudadanos y demostrarnos que las cosas están -dentro de lo posible- bajo control, permitiendo así sobrellevar la crisis que atravesamos con la esperanza que vamos a superarla con el menor daño posible. Eso tendría que hacer cualquier gobierno y la mayoría han intentado algo así, algunos de forma muy rudimentaria, otros con un profesionalismo ejemplar, unos más con posiciones profundamente ideologizadas que, en lugar de transmitir confianza y buscar concordia y empatía siembran mayores inquietudes (López Obrador, por ejemplo). En todos se reconoce un esfuerzo, aunque sea a regañadientes, para contribuir con sus mensajes a limitar los efectos de la crisis y contribuir a evitar la sobreexcitación ciudadana porque es una de las funciones elementales de cualquier gobierno.

Hay gobiernos, sin embargo, que fueron hechos para la camorra. Sus discursos más naturales son los que implican pelear con uno o muchos actores políticos, acusan, señalan, censuran, “crucifican” a quienes ubican como sus adversarios. Se sienten mucho mejor generando enconos que consensos, enfrentando a la población que construyendo unidad. El de Cuauhtémoc Blanco pertenece a este grupo, y no es el único, también el de su antecesor Graco Ramírez, por ejemplo, tenía deslices frecuentes de ese tipo. No es un fenómeno enquistado, sin embargo, en la comunicación gubernamental morelense, casos de éxito en términos de comunicación ha habido y todos ellos partieron de buscar factores de unidad, consensos, y de evitar que desde el gobierno se promovieran los enconos.

Lucía Meza Guzmán quiere ser gobernadora del estado y es su derecho, igual que el de muchos otros políticos que buscan suceder a Cuauhtémoc Blanco. Hizo un comentario profundamente crítico sobre un comercial que al equipo de comunicación del gobierno estatal se le ocurrió como una buena idea para tranquilizar a los morelenses. Más allá de que la idea no fue buena (el éxito del comercial en sus primeros días ha sido prácticamente nulo), la senadora tiene derecho a criticar lo que se le antoje, más cuando se trata de productos de comunicación, siempre públicos y por lo mismo sometidos a las críticas, siempre duras, de las audiencias.

El comentario de Lucía, tendría que haberse leído como una crítica de audiencia (como hay cientos de miles) sobre un producto de comunicación, pero proveniente de una senadora de Morena, el gobierno estatal lo tomó como una suerte de alta traición y se apresuró a convertir un tweet nocturno y dominguero de Meza Guzmán en un asunto de estado. Y las respuestas enconadas funcionarios sirvieron para involucrar a otros partidos. No se trataba de algo tan profundo, tan significativo, tan urgente, como para distraer a varios funcionarios del gobierno estatal a aclarar lo que era ya bastante sabido, sobre todo cuando esos recursos de comunicación tendrían que enfocarse en ofrecer a la gente soluciones, tranquilidad, empatía. A quienes no se les da, ni cómo ayudarlos. ¿Tan vital es su pleito? ¿Tan urgente su codicia?


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Uno esperaría un discurso tranquilizador, con los elementos suficientes para tranquilizar a los ciudadanos y demostrarnos que las cosas están -dentro de lo posible- bajo control, permitiendo así sobrellevar la crisis que atravesamos con la esperanza que vamos a superarla con el menor daño posible. Eso tendría que hacer cualquier gobierno y la mayoría han intentado algo así, algunos de forma muy rudimentaria, otros con un profesionalismo ejemplar, unos más con posiciones profundamente ideologizadas que, en lugar de transmitir confianza y buscar concordia y empatía siembran mayores inquietudes (López Obrador, por ejemplo). En todos se reconoce un esfuerzo, aunque sea a regañadientes, para contribuir con sus mensajes a limitar los efectos de la crisis y contribuir a evitar la sobreexcitación ciudadana porque es una de las funciones elementales de cualquier gobierno.

Hay gobiernos, sin embargo, que fueron hechos para la camorra. Sus discursos más naturales son los que implican pelear con uno o muchos actores políticos, acusan, señalan, censuran, “crucifican” a quienes ubican como sus adversarios. Se sienten mucho mejor generando enconos que consensos, enfrentando a la población que construyendo unidad. El de Cuauhtémoc Blanco pertenece a este grupo, y no es el único, también el de su antecesor Graco Ramírez, por ejemplo, tenía deslices frecuentes de ese tipo. No es un fenómeno enquistado, sin embargo, en la comunicación gubernamental morelense, casos de éxito en términos de comunicación ha habido y todos ellos partieron de buscar factores de unidad, consensos, y de evitar que desde el gobierno se promovieran los enconos.

Lucía Meza Guzmán quiere ser gobernadora del estado y es su derecho, igual que el de muchos otros políticos que buscan suceder a Cuauhtémoc Blanco. Hizo un comentario profundamente crítico sobre un comercial que al equipo de comunicación del gobierno estatal se le ocurrió como una buena idea para tranquilizar a los morelenses. Más allá de que la idea no fue buena (el éxito del comercial en sus primeros días ha sido prácticamente nulo), la senadora tiene derecho a criticar lo que se le antoje, más cuando se trata de productos de comunicación, siempre públicos y por lo mismo sometidos a las críticas, siempre duras, de las audiencias.

El comentario de Lucía, tendría que haberse leído como una crítica de audiencia (como hay cientos de miles) sobre un producto de comunicación, pero proveniente de una senadora de Morena, el gobierno estatal lo tomó como una suerte de alta traición y se apresuró a convertir un tweet nocturno y dominguero de Meza Guzmán en un asunto de estado. Y las respuestas enconadas funcionarios sirvieron para involucrar a otros partidos. No se trataba de algo tan profundo, tan significativo, tan urgente, como para distraer a varios funcionarios del gobierno estatal a aclarar lo que era ya bastante sabido, sobre todo cuando esos recursos de comunicación tendrían que enfocarse en ofrecer a la gente soluciones, tranquilidad, empatía. A quienes no se les da, ni cómo ayudarlos. ¿Tan vital es su pleito? ¿Tan urgente su codicia?


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx