/ martes 1 de febrero de 2022

Renovar es la solución

En este tiempo, es insostenible hablar de democracia representativa sin la existencia y la actuación de los partidos políticos. Tampoco es concebible un partido sin una agenda de trabajo, herramientas y acciones permanentes y persistentes, entre otros elementos; pero más importante aún la renovación y participación efectiva de sus integrantes.

No podemos ser inferiores como estado, debemos entender que se requiere de una legislación que acabe con las barreras de acceso a mejores oportunidades para todos y proponga alternativas de solución. Como siempre lo digo; un nuevo comienzo es la oportunidad ideal para hacer algo grande, para mejorar y crear.

El ambiente político no es sencillo ni mucho menos fácil, el estado vive días de incertidumbre dada la situación social en que nos encontramos como resultado de la pandemia. Pero también de viejas deudas que nuestra clase política no ha sido capaz de resolver, ni a viejas ni a nuevas generaciones, y que han sido el detonante principal del descontento social de gran parte de las y los morelenses.

Es urgente poner sobre la mesa las exigencias de nuestros tiempos, la planificación es fundamental para contribuir a la reducción de las desigualdades.

En esta perspectiva, debe ser objetivo de todo el estado apostar por vivir en democracia, construir y consolidar no solo partidos políticos, sino comunidades, fortaleciendo las formas de organización y respetando la ideología, objetivos y forma de participación de cada persona, pues al final de este camino somos diferentes voces alzando la voz.

Hablemos de honestidad, de transparencia, eficiencia y representación en los distintos niveles y poderes, este nuevo periodo de sesiones en el Legislativo, es la oportunidad para hacer una renovación de la tradicional clase política y por consecuencia para renovar el Congreso.

Lamentablemente vivimos una “realidad” que es alentada por la indiferencia de una sociedad que aún calla; por desconocimiento, conveniencia, miedo y otras formas de adormecimiento que debemos reconocer para superar.

No podemos permitir que los discursos de siempre sean el pan de cada día, hagamos que nuestras palabras vayan acorde a nuestras acciones, cumplir el objetivo de renovar la clase política que nos usa y luego da la espalda ¡sí es posible! si trabajamos juntos.

Discúlpenme la forma, pero dicho en términos coloquiales, la gente no quiere ni merece un político más del montón, en el Congreso no se pierde ni se gana; ahí se trabaja.

La pregunta es: y tú, ¿qué estás haciendo?

En este tiempo, es insostenible hablar de democracia representativa sin la existencia y la actuación de los partidos políticos. Tampoco es concebible un partido sin una agenda de trabajo, herramientas y acciones permanentes y persistentes, entre otros elementos; pero más importante aún la renovación y participación efectiva de sus integrantes.

No podemos ser inferiores como estado, debemos entender que se requiere de una legislación que acabe con las barreras de acceso a mejores oportunidades para todos y proponga alternativas de solución. Como siempre lo digo; un nuevo comienzo es la oportunidad ideal para hacer algo grande, para mejorar y crear.

El ambiente político no es sencillo ni mucho menos fácil, el estado vive días de incertidumbre dada la situación social en que nos encontramos como resultado de la pandemia. Pero también de viejas deudas que nuestra clase política no ha sido capaz de resolver, ni a viejas ni a nuevas generaciones, y que han sido el detonante principal del descontento social de gran parte de las y los morelenses.

Es urgente poner sobre la mesa las exigencias de nuestros tiempos, la planificación es fundamental para contribuir a la reducción de las desigualdades.

En esta perspectiva, debe ser objetivo de todo el estado apostar por vivir en democracia, construir y consolidar no solo partidos políticos, sino comunidades, fortaleciendo las formas de organización y respetando la ideología, objetivos y forma de participación de cada persona, pues al final de este camino somos diferentes voces alzando la voz.

Hablemos de honestidad, de transparencia, eficiencia y representación en los distintos niveles y poderes, este nuevo periodo de sesiones en el Legislativo, es la oportunidad para hacer una renovación de la tradicional clase política y por consecuencia para renovar el Congreso.

Lamentablemente vivimos una “realidad” que es alentada por la indiferencia de una sociedad que aún calla; por desconocimiento, conveniencia, miedo y otras formas de adormecimiento que debemos reconocer para superar.

No podemos permitir que los discursos de siempre sean el pan de cada día, hagamos que nuestras palabras vayan acorde a nuestras acciones, cumplir el objetivo de renovar la clase política que nos usa y luego da la espalda ¡sí es posible! si trabajamos juntos.

Discúlpenme la forma, pero dicho en términos coloquiales, la gente no quiere ni merece un político más del montón, en el Congreso no se pierde ni se gana; ahí se trabaja.

La pregunta es: y tú, ¿qué estás haciendo?