/ lunes 17 de abril de 2023

Las víctimas que no debieron haberlo sido

La violencia es el ejercicio de la fuerza para imponer un fin. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia se clasifica en tres grupos dependiendo de las características de quién la comete: violencia dirigida contra uno mismo, violencia interpersonal y violencia colectiva.

En el primer grupo se encuentran las autolesiones y el comportamiento suicida. En el segundo la violencia ejercida por parejas sentimentales o familiares, así como la que se produce entre individuos no relacionados que pueden conocerse o no, pero generalmente fuera del ámbito familiar. El tercero y último comprende la violencia que ejercen personas que se identifican a sí mismas como integrantes de un grupo frente a otro con fines políticos, económicos o sociales. El crimen organizado pertenece a este último.

El crimen organizado se ha constituido como uno de los principales problemas en México en los últimos años; adicionalmente a las pérdidas humanas que ocasiona, afecta a las actividades económicas, lo cual disminuye la calidad de vida de la población. En un documento publicado por Romero Ortiz y colaboradores en 2013 se identificaron 17 conductas de violencia organizada que afectan el mismo número de sectores económicos, resultando ser el más impactado el legislativo, gubernamental y de impartición de justicia.

En el aspecto social, el grupo más afectado por la violencia organizada son los hombres jóvenes y los niños, entre quienes se acumula el mayor número de muertes además de jugar el doble papel de víctimas y victimarios.

En teoría, los datos del Secretariado Ejecutivo de del Sistema Estatal de Seguridad Pública dirigido por un contraalmirante, nos debiera dar una vista de la situación de la violencia en Morelos con la cual podríamos evaluar el desempeño de la Comisión Estatal de Seguridad, dirigida por un almirante, en la prevención de la violencia. Desafortunadamente, el portal del Secretariado se encuentra sin acceso por lo que los datos que presento a continuación proceden del portal del Secretariado nacional.

En los dos primeros meses de este año todas las formas de violencia ejercidas a nivel nacional se reflejaron en el registro de más de dos y medio millones de delitos de los cuales el 2% corresponden a Morelos. El delito más frecuente fue el robo con casi 25 mil registros, seguido de violencia familiar, lesiones y amenazas con alrededor de 6 mil registros cada uno.

En este mismo periodo se registraron en nuestro estado 41 feminicidios y 1,573 homicidios, 26 diarios y uno por cada 1,222 morelenses, el doble de la tasa nacional y el quinto peor entre las entidades federativas.

El artero homicidio de Luis Enrique García Díaz, Luis Javier García Díaz y Guadalupe Noemí Arias Sosa, integrantes de la comunidad académica de Morelos, vuelve a poner en el frente de la discusión la descomposición social en la que estamos inmersos, la ineficacia de las medidas preventivas, la nula capacidad de respuesta del gobierno a emergencias policiales, la sobre carga de trabajo en la fiscalía para actividades tan fundamentales como el levantamiento de un cuerpo o la entrega del mismo a sus familiares, todo ello en agravio de unas víctimas que no debieron de haberlo sido.

En 2016 la UAEM publicó el libro “Violencias graves en Morelos, una mirada sociocultural” con el cual busca romper con los estereotipos prevalentes que criminalizan incorrectamente a la juventud evitando la correcta implementación de medidas preventivas. También hay expertos como Medardo Tapia o Sonia Frías en el CRIM de la UNAM y Florinda Riquer o Beikis Aracena en el Instituto Nacional de Salud Pública.

Morelos cuenta con capacidad para que desde la academia se generen soluciones a problemas complejos como la violencia pero se necesitaría un gobierno que escuche con humildad y empatía a sus gobernados.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:

Twitter: @BValderramaB

Facebook: https://www.facebook.com/BValderramaB

La violencia es el ejercicio de la fuerza para imponer un fin. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia se clasifica en tres grupos dependiendo de las características de quién la comete: violencia dirigida contra uno mismo, violencia interpersonal y violencia colectiva.

En el primer grupo se encuentran las autolesiones y el comportamiento suicida. En el segundo la violencia ejercida por parejas sentimentales o familiares, así como la que se produce entre individuos no relacionados que pueden conocerse o no, pero generalmente fuera del ámbito familiar. El tercero y último comprende la violencia que ejercen personas que se identifican a sí mismas como integrantes de un grupo frente a otro con fines políticos, económicos o sociales. El crimen organizado pertenece a este último.

El crimen organizado se ha constituido como uno de los principales problemas en México en los últimos años; adicionalmente a las pérdidas humanas que ocasiona, afecta a las actividades económicas, lo cual disminuye la calidad de vida de la población. En un documento publicado por Romero Ortiz y colaboradores en 2013 se identificaron 17 conductas de violencia organizada que afectan el mismo número de sectores económicos, resultando ser el más impactado el legislativo, gubernamental y de impartición de justicia.

En el aspecto social, el grupo más afectado por la violencia organizada son los hombres jóvenes y los niños, entre quienes se acumula el mayor número de muertes además de jugar el doble papel de víctimas y victimarios.

En teoría, los datos del Secretariado Ejecutivo de del Sistema Estatal de Seguridad Pública dirigido por un contraalmirante, nos debiera dar una vista de la situación de la violencia en Morelos con la cual podríamos evaluar el desempeño de la Comisión Estatal de Seguridad, dirigida por un almirante, en la prevención de la violencia. Desafortunadamente, el portal del Secretariado se encuentra sin acceso por lo que los datos que presento a continuación proceden del portal del Secretariado nacional.

En los dos primeros meses de este año todas las formas de violencia ejercidas a nivel nacional se reflejaron en el registro de más de dos y medio millones de delitos de los cuales el 2% corresponden a Morelos. El delito más frecuente fue el robo con casi 25 mil registros, seguido de violencia familiar, lesiones y amenazas con alrededor de 6 mil registros cada uno.

En este mismo periodo se registraron en nuestro estado 41 feminicidios y 1,573 homicidios, 26 diarios y uno por cada 1,222 morelenses, el doble de la tasa nacional y el quinto peor entre las entidades federativas.

El artero homicidio de Luis Enrique García Díaz, Luis Javier García Díaz y Guadalupe Noemí Arias Sosa, integrantes de la comunidad académica de Morelos, vuelve a poner en el frente de la discusión la descomposición social en la que estamos inmersos, la ineficacia de las medidas preventivas, la nula capacidad de respuesta del gobierno a emergencias policiales, la sobre carga de trabajo en la fiscalía para actividades tan fundamentales como el levantamiento de un cuerpo o la entrega del mismo a sus familiares, todo ello en agravio de unas víctimas que no debieron de haberlo sido.

En 2016 la UAEM publicó el libro “Violencias graves en Morelos, una mirada sociocultural” con el cual busca romper con los estereotipos prevalentes que criminalizan incorrectamente a la juventud evitando la correcta implementación de medidas preventivas. También hay expertos como Medardo Tapia o Sonia Frías en el CRIM de la UNAM y Florinda Riquer o Beikis Aracena en el Instituto Nacional de Salud Pública.

Morelos cuenta con capacidad para que desde la academia se generen soluciones a problemas complejos como la violencia pero se necesitaría un gobierno que escuche con humildad y empatía a sus gobernados.

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