/ domingo 6 de junio de 2021

Reivindicando a plutón

Para que una epidemia se declare pandemia es porque hay evidencia de transmisión en los cinco continentes lo que pondría en riesgo a un número sustancial de personas. Para COVID-19, la pandemia se declaró el 11 de marzo de 2020, a menos de tres meses del primer caso.

La velocidad a la que se dispersó el virus se debe a varios factores, entre ellos la gran movilidad de personas, por ejemplo, para Estados Unidos la pandemia comenzó muy pronto por la alta movilidad con China, cuna del brote, mientras que para México comenzó más tarde y desde Europa por su baja movilidad con ese país asiático.

Sin embargo, el factor más relevante fue el papel de los asintomáticos. A diferencia de los brotes anteriores de coronavirus en los que la enfermedad se manifestaba como grave en prácticamente todos los infectados, para COVID-19 ocho de cada 10 infectados no manifestarán síntomas pero serán portadores activos del virus con capacidad para contagiar a 1 de cada 6 personas con las que tengan contacto.

Con base en los resultados positivos del primer confinamiento en Wuhan, muchos gobiernos optaron por reducir la movilidad de manera casi total mediante el cierre de fronteras y el apoyo a trabajadores de sectores no esenciales para que permanecieran en casa. Pocos países, entre ellos Estados Unidos, Inglaterra, Brasil y México, optaron por una estrategia alternativa que fue no restringir la movilidad con la finalidad de que se acelerara el contagio y se alcanzara la inmunidad de rebaño. Inglaterra cambió su estrategia cuando un reporte académico publicó el costo en vidas humanas que ocasionaría la libre expasión del contagio.

Un año después, podemos hacer una evaluación comparativa de las diferentes estrategias. El continente más afectado ha sido América, seguido por Asia, Europa, África y Oceanía. A nivel de país, los más afectados han sido Estados Unidos con 33 millones de casos y 597 mil fallecimientos, Brasil con 16 millones de casos y 470 mil fallecimientos, México con 2.4 millones de casos y 228 mil fallecimientos e Inglaterra con 4.5 millones de casos y 128 mil fallecimientos.

Los cuatro países arriba mencionados más la India y Perú, que relajaron sus medidas preventivas de manera prematura, han aportado a la pandemia más de 285 millones de casos y 1.9 millones de fallecimientos, más de la mitad de todos los muertos por COVID en el mundo.

Como se puede concluir de estos datos, las medidas preventivas fueron deficientes en los países mencionados y, con la excepción de Estados Unidos e Inglaterra, tampoco hicieron esfuerzos para contar con vacunas propias como medida correctiva.

Estados Unidos invirtió en el desarrollo de la vacuna de Moderna mientras que Inglaterra lo hizo para la de AstraZeneca. Gracias a esa inversión, en estos momentos esos países han vacunado ya 165 millones de sus ciudadanos con dosis completa, superando el 40% de cobertura, mientras que México y Brasil no han superado el 11% y la India y Perú se encuentran por debajo del 4%.

La pandemia nos sorprendió a todo en el mundo por igual pero las condiciones en las que nos encontraremos al final de la misma dependerán del buen entendimiento de dos conceptos claves, la prevención y la corrección. Ambos conceptos se encuentran fuertemente anclados en el manejo técnico de la pandemia con base en información científica. Aquellos gobiernos que lo entendieron a tiempo tendrán menos carga en vidas perdidas, en la salud y en la economía. Aquellos países que antepusieron la política pagarán un precio mayor y por más tiempo.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx o https://www.facebook.com/BValderramaB/

Para que una epidemia se declare pandemia es porque hay evidencia de transmisión en los cinco continentes lo que pondría en riesgo a un número sustancial de personas. Para COVID-19, la pandemia se declaró el 11 de marzo de 2020, a menos de tres meses del primer caso.

La velocidad a la que se dispersó el virus se debe a varios factores, entre ellos la gran movilidad de personas, por ejemplo, para Estados Unidos la pandemia comenzó muy pronto por la alta movilidad con China, cuna del brote, mientras que para México comenzó más tarde y desde Europa por su baja movilidad con ese país asiático.

Sin embargo, el factor más relevante fue el papel de los asintomáticos. A diferencia de los brotes anteriores de coronavirus en los que la enfermedad se manifestaba como grave en prácticamente todos los infectados, para COVID-19 ocho de cada 10 infectados no manifestarán síntomas pero serán portadores activos del virus con capacidad para contagiar a 1 de cada 6 personas con las que tengan contacto.

Con base en los resultados positivos del primer confinamiento en Wuhan, muchos gobiernos optaron por reducir la movilidad de manera casi total mediante el cierre de fronteras y el apoyo a trabajadores de sectores no esenciales para que permanecieran en casa. Pocos países, entre ellos Estados Unidos, Inglaterra, Brasil y México, optaron por una estrategia alternativa que fue no restringir la movilidad con la finalidad de que se acelerara el contagio y se alcanzara la inmunidad de rebaño. Inglaterra cambió su estrategia cuando un reporte académico publicó el costo en vidas humanas que ocasionaría la libre expasión del contagio.

Un año después, podemos hacer una evaluación comparativa de las diferentes estrategias. El continente más afectado ha sido América, seguido por Asia, Europa, África y Oceanía. A nivel de país, los más afectados han sido Estados Unidos con 33 millones de casos y 597 mil fallecimientos, Brasil con 16 millones de casos y 470 mil fallecimientos, México con 2.4 millones de casos y 228 mil fallecimientos e Inglaterra con 4.5 millones de casos y 128 mil fallecimientos.

Los cuatro países arriba mencionados más la India y Perú, que relajaron sus medidas preventivas de manera prematura, han aportado a la pandemia más de 285 millones de casos y 1.9 millones de fallecimientos, más de la mitad de todos los muertos por COVID en el mundo.

Como se puede concluir de estos datos, las medidas preventivas fueron deficientes en los países mencionados y, con la excepción de Estados Unidos e Inglaterra, tampoco hicieron esfuerzos para contar con vacunas propias como medida correctiva.

Estados Unidos invirtió en el desarrollo de la vacuna de Moderna mientras que Inglaterra lo hizo para la de AstraZeneca. Gracias a esa inversión, en estos momentos esos países han vacunado ya 165 millones de sus ciudadanos con dosis completa, superando el 40% de cobertura, mientras que México y Brasil no han superado el 11% y la India y Perú se encuentran por debajo del 4%.

La pandemia nos sorprendió a todo en el mundo por igual pero las condiciones en las que nos encontraremos al final de la misma dependerán del buen entendimiento de dos conceptos claves, la prevención y la corrección. Ambos conceptos se encuentran fuertemente anclados en el manejo técnico de la pandemia con base en información científica. Aquellos gobiernos que lo entendieron a tiempo tendrán menos carga en vidas perdidas, en la salud y en la economía. Aquellos países que antepusieron la política pagarán un precio mayor y por más tiempo.

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