/ martes 12 de mayo de 2020

"Radicales" y anormalidad

Son decenas de sujetos que, a través de redes sociales se citan para ir a las plazas de Cuautla a repeler de forma violenta a quienes rompen la cuarentena en esa ciudad; pero también son una de las más patéticas escenas de la crisis sanitaria en Morelos, que padece la irresponsabilidad de muchos, pero también de la ausencia y la profunda falta de liderazgo de sus autoridades. Los ataques han sido documentados y fueron en su momento sancionados por la autoridad que, al no tener denuncias al respecto, dejó ir a los protagonistas que han dividido la opinión, entre los que rechazan los actos y los acusan de vandalismo, hasta quienes, peligrosamente, respaldan el uso de la violencia civil para repeler a quienes, poco civilizados, rompen la cuarentena.

Se hacen llamar Radicales, podrían parecerlo, pero sólo son un grupo de sujetos violentos con conductas tan sociópatas o más de las que dicen combatir. El radicalismo significa transformar desde la raíz pero no está asociado, necesariamente, a la opción violenta para generar los cambios, de hecho, en Morelos el uso de la violencia extralegal pareciera más un acto de costumbrismo que la búsqueda real de una transformación profunda.

En todo caso, la suerte de guardia blanca o gavilla delincuencial, según la óptica de cada juzgador, es una evidencia de los problemas legitimidad de autoridades públicas cuya autoridad se ha visto disminuida como consecuencia de factores múltiples; problemas evidenciados con las dificultades en el manejo de las estrategias de confinamiento. La falta de capacidad de las autoridades tiene que ver con la crisis de su liderazgo, la inconsistencia de sus acciones, la insuficiencia de sus resultados. El caso de Cuautla es paradigmático de un terrible cóctel de fracasos, el abandono de las autoridades federales y estatales, la bipolaridad de un ayuntamiento que un día ejerce una dureza para muchos hasta lesiva de los derechos humanos y al día siguiente es extraordinariamente permisivo, la falta de representatividad de un cabildo roto por las grillas internas, en medio de una sociedad profundamente crítica de las acciones de las autoridades y que es proclive a creer en conspiracionismos (curiosamente, uno de los factores que ayudó a los triunfos electorales de quienes hoy son autoridades diluidas en la zona).

Lo que pasa en Cuautla se repite, aunque a menor escala en otras comunidades. Si bien en Cuernavaca no hay ciudadanos que se hayan portado violentos contra quienes rompen la cuarentena (también muchos grupos de ciudadanos), sí es cada vez más común escuchar a la gente pronunciarse por el uso de la fuerza pública para meter al orden a quienes, incrédulos del virus y de los gobiernos, deciden ignorar las recomendaciones sanitarias y salen a las calles extendiendo la posibilidad de contagios.

Esa falta de legitimidad y la consecuente falta de credibilidad en y obediencia a los gobiernos municipales, estatal y federal se presenta en esta crisis respecto del tema más grave, y difícilmente podrá recuperarse cuando se vuelva a las actividades regulares, en la anormalidad a que regresemos.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Son decenas de sujetos que, a través de redes sociales se citan para ir a las plazas de Cuautla a repeler de forma violenta a quienes rompen la cuarentena en esa ciudad; pero también son una de las más patéticas escenas de la crisis sanitaria en Morelos, que padece la irresponsabilidad de muchos, pero también de la ausencia y la profunda falta de liderazgo de sus autoridades. Los ataques han sido documentados y fueron en su momento sancionados por la autoridad que, al no tener denuncias al respecto, dejó ir a los protagonistas que han dividido la opinión, entre los que rechazan los actos y los acusan de vandalismo, hasta quienes, peligrosamente, respaldan el uso de la violencia civil para repeler a quienes, poco civilizados, rompen la cuarentena.

Se hacen llamar Radicales, podrían parecerlo, pero sólo son un grupo de sujetos violentos con conductas tan sociópatas o más de las que dicen combatir. El radicalismo significa transformar desde la raíz pero no está asociado, necesariamente, a la opción violenta para generar los cambios, de hecho, en Morelos el uso de la violencia extralegal pareciera más un acto de costumbrismo que la búsqueda real de una transformación profunda.

En todo caso, la suerte de guardia blanca o gavilla delincuencial, según la óptica de cada juzgador, es una evidencia de los problemas legitimidad de autoridades públicas cuya autoridad se ha visto disminuida como consecuencia de factores múltiples; problemas evidenciados con las dificultades en el manejo de las estrategias de confinamiento. La falta de capacidad de las autoridades tiene que ver con la crisis de su liderazgo, la inconsistencia de sus acciones, la insuficiencia de sus resultados. El caso de Cuautla es paradigmático de un terrible cóctel de fracasos, el abandono de las autoridades federales y estatales, la bipolaridad de un ayuntamiento que un día ejerce una dureza para muchos hasta lesiva de los derechos humanos y al día siguiente es extraordinariamente permisivo, la falta de representatividad de un cabildo roto por las grillas internas, en medio de una sociedad profundamente crítica de las acciones de las autoridades y que es proclive a creer en conspiracionismos (curiosamente, uno de los factores que ayudó a los triunfos electorales de quienes hoy son autoridades diluidas en la zona).

Lo que pasa en Cuautla se repite, aunque a menor escala en otras comunidades. Si bien en Cuernavaca no hay ciudadanos que se hayan portado violentos contra quienes rompen la cuarentena (también muchos grupos de ciudadanos), sí es cada vez más común escuchar a la gente pronunciarse por el uso de la fuerza pública para meter al orden a quienes, incrédulos del virus y de los gobiernos, deciden ignorar las recomendaciones sanitarias y salen a las calles extendiendo la posibilidad de contagios.

Esa falta de legitimidad y la consecuente falta de credibilidad en y obediencia a los gobiernos municipales, estatal y federal se presenta en esta crisis respecto del tema más grave, y difícilmente podrá recuperarse cuando se vuelva a las actividades regulares, en la anormalidad a que regresemos.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx