/ jueves 11 de julio de 2019

¿Qué se entiende por neoliberalismo en la 4T?

En 2005 leí el libro “Un proyecto alternativo de Nación. Hacia un cambio verdadero” de AMLO; luego fueron “La mafia nos robó la Presidencia”; “La mafia que se adueñó de México…y el 2012”; y “2018 La Salida. Decadencia y Renacimiento de México”.

Como elemento común, todos los argumentos parten y giran alrededor de la histórica corrupción prevaleciente en el país. Este es el eje vertebral de toda la visión de AMLO y desde ahí, se desprenden sus propuestas de política alternativa de gobierno.

Recordemos que cuando AMLO se registró como precandidato de Morena a la Presidencia (diciembre de 2017) presentó un decálogo de compromisos. En materia económica, propuso que el “Estado promoverá desarrollo económico”, y ya se hablaba del tren maya, la zona franca, el Istmo, Santa Lucía, ahorros y el no aumento de impuestos ni deuda pública.

AMLO ha sido consistente en cuanto a los proyectos y métodos en eso no existe ninguna duda, porque así lo ha venido replicando en cada oportunidad.

Sin embargo, lo que ha hecho hasta ahora la 4T no implica de ninguna manera un viraje al modelo al neoliberal, por más que se empecinen en decirlo. Ni siquiera puede considerarse que sus políticas públicas sean instrumentos alternativos. Desde el punto de vista teórico, economistas como John Williamson advirtieron que una economía de corte neoliberal debía observar un conjunto de medidas que se le conoce como el Consenso de Washington.

De los 10 puntos que caracterizan a una economía como neoliberal, la 4T de AMLO está aplicando todas y cada una de ellas, es decir, es igual de neoliberal que los anteriores gobiernos. Hasta ahora, la 4T no ha tomado ninguna medida disruptiva o alternativa para que pueda considerarse fuera del neoliberalismo.

En este espacio ya critiqué las decisiones de política fiscal y como ha preferido mantener un mandato disciplinado neoliberal. El T-MEC es otro claro ejemplo de liberalización comercial que da rienda suelta a las libres fuerzas del mercado o a las imposiciones de Trump.

Lo que AMLO entiende por neoliberalismo es algo muy alejado de la realidad. El asunto es que sus proyectos y todas las políticas públicas sobre el combate a la corrupción o incluso, la concentración de las compras de gobierno, no son una salida al neoliberalismo. Si acaso, lo que pudieran representar únicamente es un conjunto de medidas de instrumentar políticas públicas de forma centralizada.

En la 4T no existe un modelo nuevo, diferente o alternativo. Y aún bajo el mismo modelo neoliberal, ni siquiera las actuales políticas públicas de la 4T pueden considerarse como un medio para construir ese ideal. Si la economía comienza a planearse y ejercerse desde la Presidencia corremos un grave riesgo, porque existe una visión errónea de lo que se entiende por economía o modelo neoliberal.

Hagamos un ejercicio de prospectiva, supongamos que todos los proyectos de AMLO se ejecutan y se ponen en marcha. Estamos ya en el año 2024: ¿Salimos del neoliberalismo o sólo creamos nuevos ricos y beneficiarios del Gobierno?

Twitter / Facebook: @CzarArenas

En 2005 leí el libro “Un proyecto alternativo de Nación. Hacia un cambio verdadero” de AMLO; luego fueron “La mafia nos robó la Presidencia”; “La mafia que se adueñó de México…y el 2012”; y “2018 La Salida. Decadencia y Renacimiento de México”.

Como elemento común, todos los argumentos parten y giran alrededor de la histórica corrupción prevaleciente en el país. Este es el eje vertebral de toda la visión de AMLO y desde ahí, se desprenden sus propuestas de política alternativa de gobierno.

Recordemos que cuando AMLO se registró como precandidato de Morena a la Presidencia (diciembre de 2017) presentó un decálogo de compromisos. En materia económica, propuso que el “Estado promoverá desarrollo económico”, y ya se hablaba del tren maya, la zona franca, el Istmo, Santa Lucía, ahorros y el no aumento de impuestos ni deuda pública.

AMLO ha sido consistente en cuanto a los proyectos y métodos en eso no existe ninguna duda, porque así lo ha venido replicando en cada oportunidad.

Sin embargo, lo que ha hecho hasta ahora la 4T no implica de ninguna manera un viraje al modelo al neoliberal, por más que se empecinen en decirlo. Ni siquiera puede considerarse que sus políticas públicas sean instrumentos alternativos. Desde el punto de vista teórico, economistas como John Williamson advirtieron que una economía de corte neoliberal debía observar un conjunto de medidas que se le conoce como el Consenso de Washington.

De los 10 puntos que caracterizan a una economía como neoliberal, la 4T de AMLO está aplicando todas y cada una de ellas, es decir, es igual de neoliberal que los anteriores gobiernos. Hasta ahora, la 4T no ha tomado ninguna medida disruptiva o alternativa para que pueda considerarse fuera del neoliberalismo.

En este espacio ya critiqué las decisiones de política fiscal y como ha preferido mantener un mandato disciplinado neoliberal. El T-MEC es otro claro ejemplo de liberalización comercial que da rienda suelta a las libres fuerzas del mercado o a las imposiciones de Trump.

Lo que AMLO entiende por neoliberalismo es algo muy alejado de la realidad. El asunto es que sus proyectos y todas las políticas públicas sobre el combate a la corrupción o incluso, la concentración de las compras de gobierno, no son una salida al neoliberalismo. Si acaso, lo que pudieran representar únicamente es un conjunto de medidas de instrumentar políticas públicas de forma centralizada.

En la 4T no existe un modelo nuevo, diferente o alternativo. Y aún bajo el mismo modelo neoliberal, ni siquiera las actuales políticas públicas de la 4T pueden considerarse como un medio para construir ese ideal. Si la economía comienza a planearse y ejercerse desde la Presidencia corremos un grave riesgo, porque existe una visión errónea de lo que se entiende por economía o modelo neoliberal.

Hagamos un ejercicio de prospectiva, supongamos que todos los proyectos de AMLO se ejecutan y se ponen en marcha. Estamos ya en el año 2024: ¿Salimos del neoliberalismo o sólo creamos nuevos ricos y beneficiarios del Gobierno?

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