Lo que inició como una crítica periodística que corrió rápido entre el círculo rojo de Morelos, parece que se ha convertido en un clamor que poco a poco va invadiendo a los ciudadanos de Cuernavaca.
Me refiero a que una vez perdida la elección -como ya se esperaba- por parte de Antonio Villalobos Adán y tan pronto como se entregó su constancia de mayoría a José Luis Urióstegui Salgado como alcalde electo de Cuernavaca, el auto apodado "Lobito" deslizó una serie de mensajes en sus redes sociales elogiando de forma descarada al que será el nuevo presidente a partir de enero del próximo año.
Los post por demás zalameros de Villalobos fueron identificados de inmediato por varios líderes de opinión como una estrategia del frustrado candidato para evitar que una vez llegada la nueva administración, le sean ventilados y castigados sus hasta ahora "presuntos" excesos y malos manejos.
Sin embargo estas alertas se han venido generalizando en las redes sociales donde cada vez más son los ciudadanos quienes enarbolan la misma exigencia: que no haya impunidad, que se castigue a quienes tomaron durante tres años a Cuernavaca como una caja de préstamos.
Y es que además de todo, la oferta electoral de José Luis Urióstegui corrió en uno de sus ejes principales, por el carril de la lucha contra la corrupción, privilegiando en su perfil el valor de la honestidad y cancelando a la impunidad como opción para su administración.
Ojalá que lo que la gente votó en las urnas, Urióstegui lo legitime en su ejercicio de gobierno… sin duda empezaría con el pie derecho anunciando investigaciones serías y ofreciendo sanciones prontas para quienes -otra vez- saquearon a Cuernaburra.