/ miércoles 23 de mayo de 2018

Propósitos de año… ¿electoral?

El 2018 pasará a la historia, entre otras cosas, por ser el año que compitió con la Navidad y el Año Nuevo al surgir una nueva época que alberga un ánimo entre las personas que se proponen mejorar o llevar a cabo cambios en el ámbito personal, familiar y social.


Increíble, pero cierto. Lo que está sucediendo en esta campaña electoral en términos de la intención de hacer algo por lograr un cambio en la política mexicana sólo es comparable sin exagerar, con el ánimo que surge durante el invierno cuando se habla de los propósitos de navidad o año nuevo.


Hasta ahora, esas fechas habían sido por antonomasia las únicas ligadas con genuinos propósitos de mejora y cambio personal. Sin embargo, la elección presidencial dejará para la historia el surgimiento de un fenómeno inusitado, donde las redes sociales han tenido un papel fundamental para expandir sus efectos.


Me refiero al fenómeno de la #AMLOmanía. A través de Facebook y Twitter, personas en diferentes partes del país se comprometen a donar, invitar o realizar cosas que se encuentran a su alcance en caso de que AMLO gane las elecciones.


La gente ha propuesto donar comida o invitar bebidas en sus restaurantes; realizar gratuitamente servicios profesionales, trabajos o diversos oficios; regalar libros, cursos o capacitaciones para llevar a cabo proyectos; y hasta llevar a cabo fiestas para celebrar el triunfo del primero de julio.


Pero lo que más atrapó mi atención fue que muchas personas han propuesto realizar acciones altruistas, trabajos comunitarios y para quienes no tienen algo que regalar, la intención de muchos es observar con más ahínco los convencionalismos sociales a fin de mejorar su comportamiento ciudadano, es decir, se asumen como parte del cambio a través de una transformación personal.


Hasta ahora identifico por lo menos una tercera parte de las entidades federativas sumadas a la #AMLOmanía, incluyendo Morelos. Sin duda, seguirá creciendo durante las próximas semanas gracias el apoyo de las redes sociales; así como por la resolución que emitió la semana antepasada el INE, al señalar que estas promociones no son violatorias de las leyes electorales.


La reciente encuesta Mitofsky indica que AMLO es considerado el candidato más cercano a la gente, con un 40 por ciento; seguido de Anaya con un 20 y Meade con el 13 por ciento. Aunque también debemos considerar la existencia del enorme rechazo ciudadano al PRI con el 60 por ciento y al PAN con un 40 por ciento.


Pensando en los cambios históricos de la geografía electoral, desde el año 2000 comenzó un proceso de alternancia en varios gobiernos locales al ser ganados por la oposición: a veces el PAN, otras el PRD y otras, lamentablemente, por alguno de éstos partidos con candidatos del PRI. Desde el 2011, el PAN y PRD comenzaron los primeros experimentos aliancistas que se consolidaron en 2015, hasta alcanzar lo que hoy es el Frente para una elección presidencial.


La alternancia política no ha sido suficiente para reconstruir la confianza entre ciudadana. En muchos casos la expectativa no se cumplió en los gobiernos de oposición; no es menor que un cuarto de la población encuestada no crea en nada ni en nadie.


La esperanza está presente en esta campaña y la #AMLOmanía expresa parte de la psicología social del México que debate su presente y futuro.

El 2018 pasará a la historia, entre otras cosas, por ser el año que compitió con la Navidad y el Año Nuevo al surgir una nueva época que alberga un ánimo entre las personas que se proponen mejorar o llevar a cabo cambios en el ámbito personal, familiar y social.


Increíble, pero cierto. Lo que está sucediendo en esta campaña electoral en términos de la intención de hacer algo por lograr un cambio en la política mexicana sólo es comparable sin exagerar, con el ánimo que surge durante el invierno cuando se habla de los propósitos de navidad o año nuevo.


Hasta ahora, esas fechas habían sido por antonomasia las únicas ligadas con genuinos propósitos de mejora y cambio personal. Sin embargo, la elección presidencial dejará para la historia el surgimiento de un fenómeno inusitado, donde las redes sociales han tenido un papel fundamental para expandir sus efectos.


Me refiero al fenómeno de la #AMLOmanía. A través de Facebook y Twitter, personas en diferentes partes del país se comprometen a donar, invitar o realizar cosas que se encuentran a su alcance en caso de que AMLO gane las elecciones.


La gente ha propuesto donar comida o invitar bebidas en sus restaurantes; realizar gratuitamente servicios profesionales, trabajos o diversos oficios; regalar libros, cursos o capacitaciones para llevar a cabo proyectos; y hasta llevar a cabo fiestas para celebrar el triunfo del primero de julio.


Pero lo que más atrapó mi atención fue que muchas personas han propuesto realizar acciones altruistas, trabajos comunitarios y para quienes no tienen algo que regalar, la intención de muchos es observar con más ahínco los convencionalismos sociales a fin de mejorar su comportamiento ciudadano, es decir, se asumen como parte del cambio a través de una transformación personal.


Hasta ahora identifico por lo menos una tercera parte de las entidades federativas sumadas a la #AMLOmanía, incluyendo Morelos. Sin duda, seguirá creciendo durante las próximas semanas gracias el apoyo de las redes sociales; así como por la resolución que emitió la semana antepasada el INE, al señalar que estas promociones no son violatorias de las leyes electorales.


La reciente encuesta Mitofsky indica que AMLO es considerado el candidato más cercano a la gente, con un 40 por ciento; seguido de Anaya con un 20 y Meade con el 13 por ciento. Aunque también debemos considerar la existencia del enorme rechazo ciudadano al PRI con el 60 por ciento y al PAN con un 40 por ciento.


Pensando en los cambios históricos de la geografía electoral, desde el año 2000 comenzó un proceso de alternancia en varios gobiernos locales al ser ganados por la oposición: a veces el PAN, otras el PRD y otras, lamentablemente, por alguno de éstos partidos con candidatos del PRI. Desde el 2011, el PAN y PRD comenzaron los primeros experimentos aliancistas que se consolidaron en 2015, hasta alcanzar lo que hoy es el Frente para una elección presidencial.


La alternancia política no ha sido suficiente para reconstruir la confianza entre ciudadana. En muchos casos la expectativa no se cumplió en los gobiernos de oposición; no es menor que un cuarto de la población encuestada no crea en nada ni en nadie.


La esperanza está presente en esta campaña y la #AMLOmanía expresa parte de la psicología social del México que debate su presente y futuro.

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