/ domingo 4 de marzo de 2018

Prohibir los debates políticos, también es parte de la democracia mexicana

INTERROGANTES ¿Qué significa debatir? ¿Quién o quienes se oponen al debate público de los currículos, programas, planes, objetivos a corto, mediano o largo plazos para México; a exhibir sus pobrezas y riquezas intelectuales -las materiales las tienen bien escondidas- a someterse al juicio de los mexicanos? ¿Será utopía o lo veremos en la realidad, que los seis candidatos -tres de partidos políticos y tres independientes- sean cuestionados y que respondan ante la opinión pública? ¿Será posible que los mexicanos veamos debates en serio; y no pantomimas y paradojas –parajodas dijo D’ Artiguez-; y conocer la salud, los orígenes familiares, los y las cónyuges; concubinas o concubinos, amantes del mismo o diferente sexo etc. de cada candidato o candidata? Si los candidatos no quieren debatir en público; ¿A qué le temen?

¿QUÉ SIGNIFICA DEBATIR? Sinónimos de esta palabra, son controversias o discusiones en público o en privado, que protagonizan dos o más personas; o en su caso y aquí podríamos aplicar con exactitud la definición de esta palabra del argentino Cabanellas, decíamos controversias o discusiones de personas o de bandos; porque ya en eso se han convertido los partidos políticos; ésta palabra se usa especialmente en cuestiones de las Cámaras de Diputados o de Parlamentos, sean Comisiones permanentes o Sesiones ordinarias e incluso está de moda en México debatir en los juicios orales, frente a los juzgadores; también se habla de debates entre Diputados, Senadores y Ministros; un buen ejemplo de ésto es que la única Suprema Corte de Justicia del Mundo que sesiona públicamente y con las cámaras penetrando el salón de Plenos del Máximo Órgano Jurisdiccional, sólo lo hacen los Ministros mexicanos; que definitivamente son un ejemplo para el mundo; los abogados también de las diferentes partes de la ciencia jurídica debaten, también debe entenderse que se puede aplicar esto a una lucha, intelectual o electoral, un combate, una contienda, una disputa, una discusión, un altercado; incluso para mentes superiores argüir vehementemente o utilizar los argumentos del contrario para vencerlo; también podría entenderse, que a pesar de que algunos pensadores consideran que debatirse es un galicismo, también se puede utilizar la palabra forcejear, bregar o luchar. Frente a estas reflexiones, “los suspirantes” a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal estarán dispuestos a que los mexicanos conozcamos -como dijo en su momento el ilustre Jorge Carpizo quien fuera uno de los mejores Rectores de la Universidad Nacional-, de todos ellos sus fuerzas y debilidades; porque en sus manos va a estar el destino hoy de 122 millones de mexicanos y a seis años al ritmo demográfico que tenemos en México, probablemente estemos hablando de 125 millones; por ello es justo que como quien ésto escribe, desde una trinchera de simple ciudadano, exijamos, porque tenemos derecho a saber qué futuro nos depara con cualesquiera de los candidatos o la candidata única, que según sus propias palabras ya está en la boleta presidencial, aunque obviamente todavía ni siquiera se imprimen.

¿QUIÉN O QUIENES SE OPONEN AL DEBATE PÚBLICO DE LOS CURRÍCULOS, PROGRAMAS, PLANES, OBJETIVOS A CORTO, MEDIANO O LARGO PLAZOS PARA MÉXICO; A EXHIBIR SUS POBREZAS Y RIQUEZAS INTELECTUALES -LAS MATERIALES LAS TIENEN BIEN ESCONDIDAS- A SOMETERSE AL JUICIO DE LOS MEXICANOS? Según los corrillos políticos; las redes sociales, la virilización que se hace de las mismas o de la creación, cuyo único límite es la imaginación de los memes y de todo lo que viene a su mente, los principales opositores -y si no ésta tribuna está para que lo desmientan- son los propios candidatos que aspiran a la Presidencia de la República; si bien es cierto que Meade ha interpuesto incluso una controversia constitucional para que en el lapso que está corriendo de los 45 días de la veda electoral haya debates, los otros cinco, con su silencio, se han hecho cómplices de no querer plantear y discutir ante los mexicanos y en los medios masivos de comunicación y en horarios triple A; porque nada mas hace falta que después de que sí acepten y debatan o la cinco a la mañana o cuando todo el mundo está dormido. También es muy importante para los mexicanos que sepamos los currículos de los aspirantes; no es suficiente que uno hable inglés o francés para que por ello sea Presidente de la República; tampoco haber rebasado o estar en la tercera edad para considerar que eso es el mérito suficiente; tampoco lo es haber sido esposa de un Presidente de la República que puso al país contra la pared; y que por razones de la persecución política que en su momento lo hizo López Obrador, se atrevió a sacar a las calles al ejército a combatir aparentemente las drogas y nunca regresó a los cuarteles; también de lo que necesitamos saber es de los expriístas, como alguno de los independientes el señor Rodríguez, han hecho milagros para obtener en tiempo récord, firmas que les han dado la posibilidad de llegar a esa oportunidad; ¿saben leer y escribir?; ¿primaria, secundaria, preparatoria? ¿fueron a una Universidad “Patito”? y de ahí sus expresiones o ni siquiera han aprendido a leer; también es importante conocer qué programas de gobierno tienen; usted distinguido lector que me hace el favor de leer estas líneas, ¿conoce de qué manera van a gobernar o de qué manera lo va a hacer el que llegue a la presidencia?. No conocemos y en un debate obviamente podríamos hacerlo, qué programas tienen uno y otro, que planes, si están pensando que los seis años primeros no les alcanzan, si pensarían en modificar las leyes para una reelección presidencial; porque estamos en la antesala de ella, en virtud de que a partir de los que sean electos en el año 2018, la próxima elección de los tres años y seis van a poder ser reelectos; de qué sirvió en 1910 y 1915 aquella famosa arenga de Madero, “Sufragio efectivo no reelección” para haber acabado con 32 años de dictadura de Porfirio Díaz. Quien debate exhibe su cultura. Quien habla en público puede cometer y tenemos muchos ejemplos, faltas de ortografía al hablar, ejemplos sobran, “haiga sido como haiga sido”; “ler”; “volvido”; que están a la vista de todo el mundo. De las riquezas materiales ni hablar. ¿Por qué no tenemos fiscal anticorrupción? En la historia tres de tres es eso, una novela; se habla de que uno de los candidatos, por cierto el más joven, ha recorrido los paraísos fiscales para esta operación de los 10 millones que por arte de magia se convirtieron en 54; y que ahora para bien o para mal, no se quiere ventilar. Hemos visto el show, hemos visto la fiesta, ingresar a la Procuraduría General de la República como si fuera un evento circense, para acompañar y decir aquí estamos, saludar a los policías de la entrada etc. y cuando está invitado a declarar dice, todavía no; ¿esos aspiran a dirigir el país? pero además lo menos que pueden hacer los seis, es antes de que los mexicanos emitamos nuestro voto, es someterse al juicio de cada uno de ellos.

¿SERÁ UTOPÍA O LO VEREMOS EN LA REALIDAD, QUE LOS SEIS CANDIDATOS -TRES DE PARTIDOS POLÍTICOS Y TRES INDEPENDIENTES- SEAN CUESTIONADOS Y QUE RESPONDAN ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA? Es lo menos que deberíamos recibir los mexicanos. Conscientes estamos y esta columna en el hombre lleva su esencia, todo esto es parte de la Democracia Mexicana; pero debemos cambiar; ya somos adultos; ya no vivimos en la edad media; la época del oscurantismo ni en el que la gente sea ignorante; con el mundo y yo me cuento en ellos, de los millennials que ahora tenemos a nuestro alcance herramientas, para que nos permitan tener el mundo en la mano, tenemos derecho a saber a través de estos medios mágicos de comunicación, como son las redes sociales, cuál es el nombre del candidato o candidata más adecuado para gobernar.

¿SERÁ POSIBLE QUE LOS MEXICANOS VEAMOS DEBATES EN SERIO; Y NO PANTOMIMAS Y PARADOJAS –PARA JODAS DIJO D’ ARTIGUES -; Y CONOCER LA SALUD, LOS ORÍGENES FAMILIARES, LOS Y LAS CÓNYUGES; CONCUBINAS O CONCUBINOS, AMANTES DEL MISMO O DIFERENTE SEXO ETC. DE CADA CANDIDATO O CANDIDATA? QUE SI LOS CANDIDATOS NO QUIEREN DEBATIR EN PÚBLICO; ¿A QUÉ LE TEMEN? Debatir en serio, es otra cuestión importante que no debemos soslayar en esta columna. No es debate decir, como si fuera una pelea de box, no se vale pegar en la cabeza, nada más del estómago para abajo; porque si el reglamento, el manual o como le llame el INE a los debates no está claro y quienes interrogan están sometidos a un cartabón, de nada sirven los debates; limitar a dos minutos, a cinco, a tres, a una respuesta es burlarse de los mexicanos; porque debatir y nosotros en este caso remitimos al último ejemplo que vimos de la Hilton y el retrasado mental de Trump, que de alguna manera estuvieron debatiendo y que más o menos tuvieron algún resultado en la población. Igualmente será muy importante saber antecedentes familiares; estado de salud física y mental tienen quienes van a dirigir el país, si tienen problemas hormonales, adicciones, cuestiones que no sepamos, y que es importante saber, porque el trecho será largo, porque son seis años.

Lo más probable y hablo en general, es que los seis candidatos no excluimos a ninguno, teman debatir. Que los mexicanos frente a lo que digan, tomemos una decisión, si teníamos una, la cambiemos; si no hemos determinado por quién votar, en ese momento que el grueso de los indecisos decidiría, considerando que el padrón tiene 88.7 millones de votantes y que probablemente sufraguen 30; cuánto aumentaría el número de mexicanos que acudirían a las urnas, si hubiera debate.

CONCLUSIÓN Los mexicanos tenemos el derecho de exigir el debate público, que sea auténticamente para conocer la intimidad y la preparación, y los valores de quienes aspiran a la Presidencia la República.

/JACINTO HERNÁNDEZ LUCAS Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. jhernandez366@hotmail.com


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INTERROGANTES ¿Qué significa debatir? ¿Quién o quienes se oponen al debate público de los currículos, programas, planes, objetivos a corto, mediano o largo plazos para México; a exhibir sus pobrezas y riquezas intelectuales -las materiales las tienen bien escondidas- a someterse al juicio de los mexicanos? ¿Será utopía o lo veremos en la realidad, que los seis candidatos -tres de partidos políticos y tres independientes- sean cuestionados y que respondan ante la opinión pública? ¿Será posible que los mexicanos veamos debates en serio; y no pantomimas y paradojas –parajodas dijo D’ Artiguez-; y conocer la salud, los orígenes familiares, los y las cónyuges; concubinas o concubinos, amantes del mismo o diferente sexo etc. de cada candidato o candidata? Si los candidatos no quieren debatir en público; ¿A qué le temen?

¿QUÉ SIGNIFICA DEBATIR? Sinónimos de esta palabra, son controversias o discusiones en público o en privado, que protagonizan dos o más personas; o en su caso y aquí podríamos aplicar con exactitud la definición de esta palabra del argentino Cabanellas, decíamos controversias o discusiones de personas o de bandos; porque ya en eso se han convertido los partidos políticos; ésta palabra se usa especialmente en cuestiones de las Cámaras de Diputados o de Parlamentos, sean Comisiones permanentes o Sesiones ordinarias e incluso está de moda en México debatir en los juicios orales, frente a los juzgadores; también se habla de debates entre Diputados, Senadores y Ministros; un buen ejemplo de ésto es que la única Suprema Corte de Justicia del Mundo que sesiona públicamente y con las cámaras penetrando el salón de Plenos del Máximo Órgano Jurisdiccional, sólo lo hacen los Ministros mexicanos; que definitivamente son un ejemplo para el mundo; los abogados también de las diferentes partes de la ciencia jurídica debaten, también debe entenderse que se puede aplicar esto a una lucha, intelectual o electoral, un combate, una contienda, una disputa, una discusión, un altercado; incluso para mentes superiores argüir vehementemente o utilizar los argumentos del contrario para vencerlo; también podría entenderse, que a pesar de que algunos pensadores consideran que debatirse es un galicismo, también se puede utilizar la palabra forcejear, bregar o luchar. Frente a estas reflexiones, “los suspirantes” a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal estarán dispuestos a que los mexicanos conozcamos -como dijo en su momento el ilustre Jorge Carpizo quien fuera uno de los mejores Rectores de la Universidad Nacional-, de todos ellos sus fuerzas y debilidades; porque en sus manos va a estar el destino hoy de 122 millones de mexicanos y a seis años al ritmo demográfico que tenemos en México, probablemente estemos hablando de 125 millones; por ello es justo que como quien ésto escribe, desde una trinchera de simple ciudadano, exijamos, porque tenemos derecho a saber qué futuro nos depara con cualesquiera de los candidatos o la candidata única, que según sus propias palabras ya está en la boleta presidencial, aunque obviamente todavía ni siquiera se imprimen.

¿QUIÉN O QUIENES SE OPONEN AL DEBATE PÚBLICO DE LOS CURRÍCULOS, PROGRAMAS, PLANES, OBJETIVOS A CORTO, MEDIANO O LARGO PLAZOS PARA MÉXICO; A EXHIBIR SUS POBREZAS Y RIQUEZAS INTELECTUALES -LAS MATERIALES LAS TIENEN BIEN ESCONDIDAS- A SOMETERSE AL JUICIO DE LOS MEXICANOS? Según los corrillos políticos; las redes sociales, la virilización que se hace de las mismas o de la creación, cuyo único límite es la imaginación de los memes y de todo lo que viene a su mente, los principales opositores -y si no ésta tribuna está para que lo desmientan- son los propios candidatos que aspiran a la Presidencia de la República; si bien es cierto que Meade ha interpuesto incluso una controversia constitucional para que en el lapso que está corriendo de los 45 días de la veda electoral haya debates, los otros cinco, con su silencio, se han hecho cómplices de no querer plantear y discutir ante los mexicanos y en los medios masivos de comunicación y en horarios triple A; porque nada mas hace falta que después de que sí acepten y debatan o la cinco a la mañana o cuando todo el mundo está dormido. También es muy importante para los mexicanos que sepamos los currículos de los aspirantes; no es suficiente que uno hable inglés o francés para que por ello sea Presidente de la República; tampoco haber rebasado o estar en la tercera edad para considerar que eso es el mérito suficiente; tampoco lo es haber sido esposa de un Presidente de la República que puso al país contra la pared; y que por razones de la persecución política que en su momento lo hizo López Obrador, se atrevió a sacar a las calles al ejército a combatir aparentemente las drogas y nunca regresó a los cuarteles; también de lo que necesitamos saber es de los expriístas, como alguno de los independientes el señor Rodríguez, han hecho milagros para obtener en tiempo récord, firmas que les han dado la posibilidad de llegar a esa oportunidad; ¿saben leer y escribir?; ¿primaria, secundaria, preparatoria? ¿fueron a una Universidad “Patito”? y de ahí sus expresiones o ni siquiera han aprendido a leer; también es importante conocer qué programas de gobierno tienen; usted distinguido lector que me hace el favor de leer estas líneas, ¿conoce de qué manera van a gobernar o de qué manera lo va a hacer el que llegue a la presidencia?. No conocemos y en un debate obviamente podríamos hacerlo, qué programas tienen uno y otro, que planes, si están pensando que los seis años primeros no les alcanzan, si pensarían en modificar las leyes para una reelección presidencial; porque estamos en la antesala de ella, en virtud de que a partir de los que sean electos en el año 2018, la próxima elección de los tres años y seis van a poder ser reelectos; de qué sirvió en 1910 y 1915 aquella famosa arenga de Madero, “Sufragio efectivo no reelección” para haber acabado con 32 años de dictadura de Porfirio Díaz. Quien debate exhibe su cultura. Quien habla en público puede cometer y tenemos muchos ejemplos, faltas de ortografía al hablar, ejemplos sobran, “haiga sido como haiga sido”; “ler”; “volvido”; que están a la vista de todo el mundo. De las riquezas materiales ni hablar. ¿Por qué no tenemos fiscal anticorrupción? En la historia tres de tres es eso, una novela; se habla de que uno de los candidatos, por cierto el más joven, ha recorrido los paraísos fiscales para esta operación de los 10 millones que por arte de magia se convirtieron en 54; y que ahora para bien o para mal, no se quiere ventilar. Hemos visto el show, hemos visto la fiesta, ingresar a la Procuraduría General de la República como si fuera un evento circense, para acompañar y decir aquí estamos, saludar a los policías de la entrada etc. y cuando está invitado a declarar dice, todavía no; ¿esos aspiran a dirigir el país? pero además lo menos que pueden hacer los seis, es antes de que los mexicanos emitamos nuestro voto, es someterse al juicio de cada uno de ellos.

¿SERÁ UTOPÍA O LO VEREMOS EN LA REALIDAD, QUE LOS SEIS CANDIDATOS -TRES DE PARTIDOS POLÍTICOS Y TRES INDEPENDIENTES- SEAN CUESTIONADOS Y QUE RESPONDAN ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA? Es lo menos que deberíamos recibir los mexicanos. Conscientes estamos y esta columna en el hombre lleva su esencia, todo esto es parte de la Democracia Mexicana; pero debemos cambiar; ya somos adultos; ya no vivimos en la edad media; la época del oscurantismo ni en el que la gente sea ignorante; con el mundo y yo me cuento en ellos, de los millennials que ahora tenemos a nuestro alcance herramientas, para que nos permitan tener el mundo en la mano, tenemos derecho a saber a través de estos medios mágicos de comunicación, como son las redes sociales, cuál es el nombre del candidato o candidata más adecuado para gobernar.

¿SERÁ POSIBLE QUE LOS MEXICANOS VEAMOS DEBATES EN SERIO; Y NO PANTOMIMAS Y PARADOJAS –PARA JODAS DIJO D’ ARTIGUES -; Y CONOCER LA SALUD, LOS ORÍGENES FAMILIARES, LOS Y LAS CÓNYUGES; CONCUBINAS O CONCUBINOS, AMANTES DEL MISMO O DIFERENTE SEXO ETC. DE CADA CANDIDATO O CANDIDATA? QUE SI LOS CANDIDATOS NO QUIEREN DEBATIR EN PÚBLICO; ¿A QUÉ LE TEMEN? Debatir en serio, es otra cuestión importante que no debemos soslayar en esta columna. No es debate decir, como si fuera una pelea de box, no se vale pegar en la cabeza, nada más del estómago para abajo; porque si el reglamento, el manual o como le llame el INE a los debates no está claro y quienes interrogan están sometidos a un cartabón, de nada sirven los debates; limitar a dos minutos, a cinco, a tres, a una respuesta es burlarse de los mexicanos; porque debatir y nosotros en este caso remitimos al último ejemplo que vimos de la Hilton y el retrasado mental de Trump, que de alguna manera estuvieron debatiendo y que más o menos tuvieron algún resultado en la población. Igualmente será muy importante saber antecedentes familiares; estado de salud física y mental tienen quienes van a dirigir el país, si tienen problemas hormonales, adicciones, cuestiones que no sepamos, y que es importante saber, porque el trecho será largo, porque son seis años.

Lo más probable y hablo en general, es que los seis candidatos no excluimos a ninguno, teman debatir. Que los mexicanos frente a lo que digan, tomemos una decisión, si teníamos una, la cambiemos; si no hemos determinado por quién votar, en ese momento que el grueso de los indecisos decidiría, considerando que el padrón tiene 88.7 millones de votantes y que probablemente sufraguen 30; cuánto aumentaría el número de mexicanos que acudirían a las urnas, si hubiera debate.

CONCLUSIÓN Los mexicanos tenemos el derecho de exigir el debate público, que sea auténticamente para conocer la intimidad y la preparación, y los valores de quienes aspiran a la Presidencia la República.

/JACINTO HERNÁNDEZ LUCAS Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. jhernandez366@hotmail.com


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