/ jueves 9 de junio de 2022

Política vs institucionalización: el cielo y el infierno

Soy un convencido de que la política se ha desvirtuado y corrompido a extremos que no podiamos imaginar; la busqueda del poder por el poder, anteponer los intereses personales y de grupo, el ejercicio de una oposición poco constructiva, estridente y que se ocupa unicamente de buscar como derrocar a gobiernos legales y legitimamente constituidos y desde luego la joya de la corona: la corrupción nos permiten afirmar que hoy, la mayoría de los problemas los está creando la política.

La política dejó de resolver problemas y empezó a crearlos. Esto, para mí, es una gran decepción, porque sigo imaginando, si por encima de la política hubiera claridad o al menos una idea de proyecto de país, y no solo de poder, no estaríamos estancados solo en las elecciones, que son importantes, pero temporales. Lo más significativo y relevante es tener políticas públicas que se puedan institucionalizar, tener inversiones que continúen y tener una agenda que coloque a México y a Morelos en la ruta del desarrollo sostenido y sustentable.

He reflexionado a la mitad del sexenio del gobernador Cuauhtemoc Blanco Bravo, que cuando determinadas políticas públicas son reconocidas como pertenecientes a un partido o atribuida a un político, tienden a no tener continuidad y debilitar el sistema democrático, en el sentido de que nuestro Estado, sólo puede funcionar si un determinado político está en el poder.

Las conquistas en lugar de ser tratadas como derechos, son consideradas como dádivas del equipo gobernante, de modo que los avances sociales se atribuyen a la figura de un político insustituible. Cuando estos logros se constituyan en derechos, pueden incluso cambiar de gobierno y de partido, pero seguirán.

No es posible concebir que pueda existir un proyecto de Estado que sea bueno, en materia del agua, por ejemplo, unicamente para las personas que viven en una situación de fragilidad social y que solo me funcione a mí, porque así creo un problema. Termino en nombre de la permanencia en el poder, haciendo inviables los procesos democráticos. Y en democracia tenemos que trabajar con la idea de que la alternancia en el poder es siempre una posibilidad latente y a veces muy buena.

Hoy en día es común que los políticos se atribuyan a sí mismos la implementación de políticas que propiciaron el desarrollo del país. Al citar la democratización, la estabilización económica y los derechos sociales, estos logros se hicieron para prolongarse y no para despacharse con cambios de gobierno.

Al frente de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) consciente de este estado de cosas he decidido generar una metodología que iré publicando en este espacio con el objetivo de convertirlo en una propuesta para que los municipios puedan realizar su Guía de Saneamiento Municipal (GSM).

El abastecimiento de agua potable, el alcantarillado sanitario, el aseo urbano y el manejo de residuos sólidos, así como el drenaje urbano, conforman lo que se denomina saneamiento básico. Son servicios que deben planificarse para que sean eficientes y alcancen la universalización en el menor tiempo posible.

La planificación es maximizar los recursos disponibles, ya sean financieros, humanos, tecnológicos o ambientales. En el caso de los recursos ambientales, el mayor es el agua, un bien cada vez más escaso para atender a una población creciente. Es necesario considerar metas de expansión y mejora de la calidad, con miras a la universalización de los servicios de saneamiento básico, de ahí la importancia de un plan de saneamiento municipal bien estructurado.

En ese contexto, el Gobierno del Estado se debe comprometer a garantizar a los municipios las mejores condiciones técnicas para la elaboración de planes de saneamiento coherentes, articulados con políticas de desarrollo urbano, protección ambiental e interés social.

Para ello, debemos crear el Programa Estatal de Apoyo Técnico para la Elaboración de Planes Municipales de Saneamiento con el objetivo de colaborar con la ejecución de sus planes a través de convenios que les permitan atender los requerimientos del nuevo contexto legal e institucional del sector.

Con ello, la Ceagua debe apoyar a las alcaldías a realizar Planes Municipales de Saneamiento de manera compartida, se considerarían las micro y sub cuencas y se consolidarían en planes regionalizados. Los costos del programa serían asumidos por el Gobierno del Estado y no gravaría a los municipios.

Las administraciones municipales se han ido dando cuenta de la importancia de sistematizar y explicar sus políticas públicas en los procesos de planificación que orientan su accionar. Muchos de los instrumentos de planificación adoptados fueron estimulados por la Constitución y las leyes federales, como las leyes de presupuesto, las leyes ambientales, el Plan Nacional de Desarrollo, los de Desarrollo Urbano y los Planes Municipales de Vivienda.

Pero, ¿qué es una Guía de Saneamiento y para qué sirve? El GMS es un instrumento de planificación que ayuda a los municipios a identificar los problemas del sector, diagnosticar demandas de ampliación y mejora de los servicios, estudia alternativas de solución, así como establecer y equiparar objetivos, metas e inversiones necesarias, con miras a universalizar el acceso al saneamiento de la población.

Su propuesta parte de la necesidad del municipio de contar con una hoja de ruta bien estructurada, elaborada con la participación de la población local y basada en estudios técnicos consistentes que oriente la actuación del poder público, ya sea como prestador directo de servicios o en la delegación a terceros con el fin de brindar una mayor eficiencia y eficacia en el servicio a la población.

Enmarcado en este instrumento, su existencia debería no solo orientar sino ser condición para la validez de los contratos de concesión de servicios de saneamiento, como es el caso de los contratos establecidos entre municipios y empresas estatales o con el sector privado y evitar abusos como el ocurrido en el otorgamiento a una empresa española para la operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Acapatzingo en Cuernavaca, a la “módica cantidad” de cinco millones de pesos mensuales. Además, sería el instrumento fundamental para acceder al financiamiento federal, cuyos programas valoran o incluso exigen la existencia de un plan maestro de saneamiento para obtener el recurso, con miras a la implementación de la nueva NOM-001.

Como titular de la Ceagua, responsable de la política hidríca estatal y consciente de la nueva tarea que los municipios deben enfrentar, me he prpopuesto conformar lineas básicas para la elaboración de una Guía Municipal de Saneamiento, paso a paso, con el objetivo de contribuir con los gestores en la elaboración de sus planes.

1.- Definir las bases de trabajo incluyendo (cobertura, equipo y agenda de trabajo).

2.- Realizar el diagnóstico (datos generales del municipio, diagnóstico operacional, institucional, económico - financiero).

3.- Proyección Poblacional, estudio de demanda, evaluación de capacidad de oferta necesaria considerando la nueva NOM-001).

4.- Definir las acciones para la universalización de los servicios (formulación de objetivos y metas, definición de programas, proyectos y acciones; definición de acciones en caso de emergencias y /o contingencias).

5.- Evaluar la sustentabilidad (formulación y diseño económico, financiero e institucional y un programa de inversiones).

6.- Determinar los mecanismos de evaluación del plan (indicadores de monitoreo, control social; revisión periódica).

El objetivo es ofrecer una guía práctica que pueda ayudar a los municipios a transitar las fases de construcción de un plan, ya sea elaborado directamente por el equipo técnico local o incluso en el seguimiento de los trabajos de una consultoría contratada para tal fin.

No se trata de un modelo impositivo ni cerrado, sino de una referencia que se puede sumar a otros aportes técnicos, al contexto y particularidades de cada lugar.

Con una fundamentada planificación de acciones e inversiones, se evita el mal uso de recursos y medidas exclusivamente inmediatas o puntuales. Menos residuos y mayores beneficios para la población, la salud y el medio ambiente, ¡ese es el lema!

Solo asi devolveremos a la política su sentido original de ser instrumento para la resolución de los problemas sociales y foro privilegiado para la discusión de la cosa pública.


Soy un convencido de que la política se ha desvirtuado y corrompido a extremos que no podiamos imaginar; la busqueda del poder por el poder, anteponer los intereses personales y de grupo, el ejercicio de una oposición poco constructiva, estridente y que se ocupa unicamente de buscar como derrocar a gobiernos legales y legitimamente constituidos y desde luego la joya de la corona: la corrupción nos permiten afirmar que hoy, la mayoría de los problemas los está creando la política.

La política dejó de resolver problemas y empezó a crearlos. Esto, para mí, es una gran decepción, porque sigo imaginando, si por encima de la política hubiera claridad o al menos una idea de proyecto de país, y no solo de poder, no estaríamos estancados solo en las elecciones, que son importantes, pero temporales. Lo más significativo y relevante es tener políticas públicas que se puedan institucionalizar, tener inversiones que continúen y tener una agenda que coloque a México y a Morelos en la ruta del desarrollo sostenido y sustentable.

He reflexionado a la mitad del sexenio del gobernador Cuauhtemoc Blanco Bravo, que cuando determinadas políticas públicas son reconocidas como pertenecientes a un partido o atribuida a un político, tienden a no tener continuidad y debilitar el sistema democrático, en el sentido de que nuestro Estado, sólo puede funcionar si un determinado político está en el poder.

Las conquistas en lugar de ser tratadas como derechos, son consideradas como dádivas del equipo gobernante, de modo que los avances sociales se atribuyen a la figura de un político insustituible. Cuando estos logros se constituyan en derechos, pueden incluso cambiar de gobierno y de partido, pero seguirán.

No es posible concebir que pueda existir un proyecto de Estado que sea bueno, en materia del agua, por ejemplo, unicamente para las personas que viven en una situación de fragilidad social y que solo me funcione a mí, porque así creo un problema. Termino en nombre de la permanencia en el poder, haciendo inviables los procesos democráticos. Y en democracia tenemos que trabajar con la idea de que la alternancia en el poder es siempre una posibilidad latente y a veces muy buena.

Hoy en día es común que los políticos se atribuyan a sí mismos la implementación de políticas que propiciaron el desarrollo del país. Al citar la democratización, la estabilización económica y los derechos sociales, estos logros se hicieron para prolongarse y no para despacharse con cambios de gobierno.

Al frente de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua) consciente de este estado de cosas he decidido generar una metodología que iré publicando en este espacio con el objetivo de convertirlo en una propuesta para que los municipios puedan realizar su Guía de Saneamiento Municipal (GSM).

El abastecimiento de agua potable, el alcantarillado sanitario, el aseo urbano y el manejo de residuos sólidos, así como el drenaje urbano, conforman lo que se denomina saneamiento básico. Son servicios que deben planificarse para que sean eficientes y alcancen la universalización en el menor tiempo posible.

La planificación es maximizar los recursos disponibles, ya sean financieros, humanos, tecnológicos o ambientales. En el caso de los recursos ambientales, el mayor es el agua, un bien cada vez más escaso para atender a una población creciente. Es necesario considerar metas de expansión y mejora de la calidad, con miras a la universalización de los servicios de saneamiento básico, de ahí la importancia de un plan de saneamiento municipal bien estructurado.

En ese contexto, el Gobierno del Estado se debe comprometer a garantizar a los municipios las mejores condiciones técnicas para la elaboración de planes de saneamiento coherentes, articulados con políticas de desarrollo urbano, protección ambiental e interés social.

Para ello, debemos crear el Programa Estatal de Apoyo Técnico para la Elaboración de Planes Municipales de Saneamiento con el objetivo de colaborar con la ejecución de sus planes a través de convenios que les permitan atender los requerimientos del nuevo contexto legal e institucional del sector.

Con ello, la Ceagua debe apoyar a las alcaldías a realizar Planes Municipales de Saneamiento de manera compartida, se considerarían las micro y sub cuencas y se consolidarían en planes regionalizados. Los costos del programa serían asumidos por el Gobierno del Estado y no gravaría a los municipios.

Las administraciones municipales se han ido dando cuenta de la importancia de sistematizar y explicar sus políticas públicas en los procesos de planificación que orientan su accionar. Muchos de los instrumentos de planificación adoptados fueron estimulados por la Constitución y las leyes federales, como las leyes de presupuesto, las leyes ambientales, el Plan Nacional de Desarrollo, los de Desarrollo Urbano y los Planes Municipales de Vivienda.

Pero, ¿qué es una Guía de Saneamiento y para qué sirve? El GMS es un instrumento de planificación que ayuda a los municipios a identificar los problemas del sector, diagnosticar demandas de ampliación y mejora de los servicios, estudia alternativas de solución, así como establecer y equiparar objetivos, metas e inversiones necesarias, con miras a universalizar el acceso al saneamiento de la población.

Su propuesta parte de la necesidad del municipio de contar con una hoja de ruta bien estructurada, elaborada con la participación de la población local y basada en estudios técnicos consistentes que oriente la actuación del poder público, ya sea como prestador directo de servicios o en la delegación a terceros con el fin de brindar una mayor eficiencia y eficacia en el servicio a la población.

Enmarcado en este instrumento, su existencia debería no solo orientar sino ser condición para la validez de los contratos de concesión de servicios de saneamiento, como es el caso de los contratos establecidos entre municipios y empresas estatales o con el sector privado y evitar abusos como el ocurrido en el otorgamiento a una empresa española para la operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Acapatzingo en Cuernavaca, a la “módica cantidad” de cinco millones de pesos mensuales. Además, sería el instrumento fundamental para acceder al financiamiento federal, cuyos programas valoran o incluso exigen la existencia de un plan maestro de saneamiento para obtener el recurso, con miras a la implementación de la nueva NOM-001.

Como titular de la Ceagua, responsable de la política hidríca estatal y consciente de la nueva tarea que los municipios deben enfrentar, me he prpopuesto conformar lineas básicas para la elaboración de una Guía Municipal de Saneamiento, paso a paso, con el objetivo de contribuir con los gestores en la elaboración de sus planes.

1.- Definir las bases de trabajo incluyendo (cobertura, equipo y agenda de trabajo).

2.- Realizar el diagnóstico (datos generales del municipio, diagnóstico operacional, institucional, económico - financiero).

3.- Proyección Poblacional, estudio de demanda, evaluación de capacidad de oferta necesaria considerando la nueva NOM-001).

4.- Definir las acciones para la universalización de los servicios (formulación de objetivos y metas, definición de programas, proyectos y acciones; definición de acciones en caso de emergencias y /o contingencias).

5.- Evaluar la sustentabilidad (formulación y diseño económico, financiero e institucional y un programa de inversiones).

6.- Determinar los mecanismos de evaluación del plan (indicadores de monitoreo, control social; revisión periódica).

El objetivo es ofrecer una guía práctica que pueda ayudar a los municipios a transitar las fases de construcción de un plan, ya sea elaborado directamente por el equipo técnico local o incluso en el seguimiento de los trabajos de una consultoría contratada para tal fin.

No se trata de un modelo impositivo ni cerrado, sino de una referencia que se puede sumar a otros aportes técnicos, al contexto y particularidades de cada lugar.

Con una fundamentada planificación de acciones e inversiones, se evita el mal uso de recursos y medidas exclusivamente inmediatas o puntuales. Menos residuos y mayores beneficios para la población, la salud y el medio ambiente, ¡ese es el lema!

Solo asi devolveremos a la política su sentido original de ser instrumento para la resolución de los problemas sociales y foro privilegiado para la discusión de la cosa pública.