/ miércoles 10 de agosto de 2022

Poliescenarios | Migración centroamericana y México

Cuitláhuac Oviedo Puente

Las relaciones entre México y Centroamérica datan del siglo XIX, cuando se dio el proceso de independencia en ambas regiones. A mediados de ese siglo se presentó una disputa territorial de México con Guatemala por el Soconusco, que se solventó en 1882 con el tratado limítrofe entre ambas naciones y de nueva cuenta, a finales de ese mismo siglo, resurgieron los conflictos con Guatemala debido a su intención de restablecer la Unión Centroamericana, situación no muy conveniente para México, por lo que el presidente Porfirio Díaz buscó alianzas con los gobiernos de Honduras, El Salvador y Nicaragua para combatir el intento.

Durante la primera mitad del siglo XX México no tuvo buenas relaciones con los países centroamericanos debido a los gobiernos dictatoriales de la región y no fue sino hasta la década de los años 60 cuando por fin se dio un acercamiento con la región con la visita del presidente Días Ordaz. Posteriormente, a finales de la década de los 70 e inicios de los 80, José López Portillo apoyó a los movimientos guerrilleros presentes en Nicaragua y en El Salvador para derrocar a los gobiernos dictatoriales, situación que provocó que las relaciones con Estados Unidos de Norteamérica se complicaran.

Durante la década de los años 90 se institucionalizó la relación y cooperación entre México y Centroamérica, con la creación de la Comisión Mexicana para la Cooperación con Centroamérica, que tuvo como objetivo buscar soluciones conjuntas a los problemas de la región, posteriormente, al inicio del siglo XXI, los gobiernos panistas buscaron promover el desarrollo en la región centroamericana con la creación del Plan Puebla Panamá que después modificó su nombre a Proyecto Mesoamericano, sin embargo, ambas iniciativas estuvieron limitadas por la falta de presupuesto y sus resultados fueron muy limitados.

Actualmente la región centroamericana vive el incremento en la violencia motivado por la polarización en la distribución de los ingresos, así como la incapacidad de los gobiernos de cubrir las necesidades de empleo, educación, seguridad y salud de la población, provocando esto un aumento en los índices de pobreza en la región y a su vez un incremento en los movimientos migratorios internos y externos.

Las personas que optan por migrar a otros países buscan mejores condiciones de vida principalmente de seguridad, ya que huyen de la situación de peligro que se vive en sus comunidades. Al ingresar a México, estas personas se enfrentan a situaciones mucho más difíciles, como lo son el tráfico de personas, el narcotráfico, así como el trato que las autoridades mexicanas proporcionan a los migrantes centroamericanos.

El gobierno federal mexicano ha buscado paliar este problema con las dádivas que ha entregado este gobierno a los países de la región. Sin embargo, este problema no se puede resolver de gobierno a gobierno, éstos deben aceptar que no cuentan con el control de la implementación de políticas ya que han sido rebasados por esta problemática. Considero que se debe afrontar desde un modelo de interdependencia compleja, en donde se acepta la existencia de canales múltiples de relaciones, como los interestatales, transgubernamentales y trasnacionales, que incluyen la participación de gobiernos, empresas, organizaciones civiles, organizaciones religiosas, organizaciones internacionales, ONG’s y organizaciones académicas, buscando entre todos la creación de una agenda sin jerarquía. Solo así se podrá resolver esta situación, por el bien de todos los que habitamos México y Centroamérica.

Twitter: @coviedo51

Cuitláhuac Oviedo Puente

Las relaciones entre México y Centroamérica datan del siglo XIX, cuando se dio el proceso de independencia en ambas regiones. A mediados de ese siglo se presentó una disputa territorial de México con Guatemala por el Soconusco, que se solventó en 1882 con el tratado limítrofe entre ambas naciones y de nueva cuenta, a finales de ese mismo siglo, resurgieron los conflictos con Guatemala debido a su intención de restablecer la Unión Centroamericana, situación no muy conveniente para México, por lo que el presidente Porfirio Díaz buscó alianzas con los gobiernos de Honduras, El Salvador y Nicaragua para combatir el intento.

Durante la primera mitad del siglo XX México no tuvo buenas relaciones con los países centroamericanos debido a los gobiernos dictatoriales de la región y no fue sino hasta la década de los años 60 cuando por fin se dio un acercamiento con la región con la visita del presidente Días Ordaz. Posteriormente, a finales de la década de los 70 e inicios de los 80, José López Portillo apoyó a los movimientos guerrilleros presentes en Nicaragua y en El Salvador para derrocar a los gobiernos dictatoriales, situación que provocó que las relaciones con Estados Unidos de Norteamérica se complicaran.

Durante la década de los años 90 se institucionalizó la relación y cooperación entre México y Centroamérica, con la creación de la Comisión Mexicana para la Cooperación con Centroamérica, que tuvo como objetivo buscar soluciones conjuntas a los problemas de la región, posteriormente, al inicio del siglo XXI, los gobiernos panistas buscaron promover el desarrollo en la región centroamericana con la creación del Plan Puebla Panamá que después modificó su nombre a Proyecto Mesoamericano, sin embargo, ambas iniciativas estuvieron limitadas por la falta de presupuesto y sus resultados fueron muy limitados.

Actualmente la región centroamericana vive el incremento en la violencia motivado por la polarización en la distribución de los ingresos, así como la incapacidad de los gobiernos de cubrir las necesidades de empleo, educación, seguridad y salud de la población, provocando esto un aumento en los índices de pobreza en la región y a su vez un incremento en los movimientos migratorios internos y externos.

Las personas que optan por migrar a otros países buscan mejores condiciones de vida principalmente de seguridad, ya que huyen de la situación de peligro que se vive en sus comunidades. Al ingresar a México, estas personas se enfrentan a situaciones mucho más difíciles, como lo son el tráfico de personas, el narcotráfico, así como el trato que las autoridades mexicanas proporcionan a los migrantes centroamericanos.

El gobierno federal mexicano ha buscado paliar este problema con las dádivas que ha entregado este gobierno a los países de la región. Sin embargo, este problema no se puede resolver de gobierno a gobierno, éstos deben aceptar que no cuentan con el control de la implementación de políticas ya que han sido rebasados por esta problemática. Considero que se debe afrontar desde un modelo de interdependencia compleja, en donde se acepta la existencia de canales múltiples de relaciones, como los interestatales, transgubernamentales y trasnacionales, que incluyen la participación de gobiernos, empresas, organizaciones civiles, organizaciones religiosas, organizaciones internacionales, ONG’s y organizaciones académicas, buscando entre todos la creación de una agenda sin jerarquía. Solo así se podrá resolver esta situación, por el bien de todos los que habitamos México y Centroamérica.

Twitter: @coviedo51