/ viernes 5 de agosto de 2022

Piensa global y actúa local

Pocas regiones de México y del mundo tienen las condiciones ambientales como las del Estado de Morelos.

En el Estado de Nuevo León y en muchas otras regiones del norte del país están viviendo una emergencia por la falta de agua, sus presas están prácticamente secas. El suministro de agua para la ciudad de Monterrey está en peligro, el cambio climático ha acelerado el agotamiento de las reservas de agua y nadie sabe que pasará en el futuro inmediato, pero sin duda habrán de tomar medidas radicales para que la crisis hídrica no se convierta en una crisis social de proporciones inimaginables.

Por otro lado en el estado de Kentucky en la Unión Americana, se cuentan casi cuarenta muertos por las tormentas que han azotado en los últimos días a la región. Casas cubiertas completamente por el agua, pérdidas materiales enormes.

En California se presentan los mayores incendios forestales y en Europa la temperatura alcanza cifras récord, por ejemplo Londres que ha llegado hasta los 40 grados.

Estos son algunos ejemplos del cambio climático que estamos viviendo. En algunos lugares pavorosas sequías, en otros inundaciones, más allá deshielo de glaciares.

El impacto del cambio climático en la alimentación podría ser catastrófico, y si le agregamos la invasión rusa a Ucrania, país considerado el granero del mundo, aún más.

Quizá para nosotros que vivimos en esta pequeña región llamada Morelos, hasta ahora privilegiada, no nos percatamos del impacto negativo que tiene en el ambiente la suma de actividades que hacemos a diario.

En Morelos se tolera que circulen vehículos públicos y privados que contaminan ostensiblemente y fuera de toda norma; se talan clandestinamente los bosques del norte del estado; se vierten aguas residuales contaminadas y basura a las barrancas; se recolectan los residuos domésticos y se trasladan a tiraderos a cielo abierto contaminando los mantos freáticos y el aire; se invaden todos los días y se construye en áreas naturales protegidas como el Texcal, la Sierra Montenegro o el corredor biológico Ajusco-Chichinauhtzin; y así podríamos continuar.

La pregunta es: ¿en dónde están las autoridades de los tres órdenes de gobierno? No actúan por complicidad, por omisión, por negligencia, por ignorancia o una combinación de todas las anteriores.

Y también hay que señalar la falta de compromiso ciudadano para cuidar el entorno. Debo reconocer que cada día, poco a poco, aumenta la conciencia ambiental, pero no es suficiente. Hay que acelerar el paso, no hay de otra.

Es importante comprender que para cambiar y revertir el escenario catastrófico al cual estamos llevando a nuestro planeta, debemos de actuar de manera local, con acciones individuales. Piensa global y actúa local. Con educación y más educación ambiental, con normas que se respeten, aplicando multas y sanciones de ser necesario, y sobre todo con conciencia ambiental ciudadana. Somos parte del todo, lo que hacemos por pequeño que sea, impacta en el planeta para bien o para mal. Y nuestro planeta es nuestra única posibilidad de vida.

Termino con esta maravillosa cita de Carl Sagan:

Nuestra lealtad es para las especies y para el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es solo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual provenimos


Pocas regiones de México y del mundo tienen las condiciones ambientales como las del Estado de Morelos.

En el Estado de Nuevo León y en muchas otras regiones del norte del país están viviendo una emergencia por la falta de agua, sus presas están prácticamente secas. El suministro de agua para la ciudad de Monterrey está en peligro, el cambio climático ha acelerado el agotamiento de las reservas de agua y nadie sabe que pasará en el futuro inmediato, pero sin duda habrán de tomar medidas radicales para que la crisis hídrica no se convierta en una crisis social de proporciones inimaginables.

Por otro lado en el estado de Kentucky en la Unión Americana, se cuentan casi cuarenta muertos por las tormentas que han azotado en los últimos días a la región. Casas cubiertas completamente por el agua, pérdidas materiales enormes.

En California se presentan los mayores incendios forestales y en Europa la temperatura alcanza cifras récord, por ejemplo Londres que ha llegado hasta los 40 grados.

Estos son algunos ejemplos del cambio climático que estamos viviendo. En algunos lugares pavorosas sequías, en otros inundaciones, más allá deshielo de glaciares.

El impacto del cambio climático en la alimentación podría ser catastrófico, y si le agregamos la invasión rusa a Ucrania, país considerado el granero del mundo, aún más.

Quizá para nosotros que vivimos en esta pequeña región llamada Morelos, hasta ahora privilegiada, no nos percatamos del impacto negativo que tiene en el ambiente la suma de actividades que hacemos a diario.

En Morelos se tolera que circulen vehículos públicos y privados que contaminan ostensiblemente y fuera de toda norma; se talan clandestinamente los bosques del norte del estado; se vierten aguas residuales contaminadas y basura a las barrancas; se recolectan los residuos domésticos y se trasladan a tiraderos a cielo abierto contaminando los mantos freáticos y el aire; se invaden todos los días y se construye en áreas naturales protegidas como el Texcal, la Sierra Montenegro o el corredor biológico Ajusco-Chichinauhtzin; y así podríamos continuar.

La pregunta es: ¿en dónde están las autoridades de los tres órdenes de gobierno? No actúan por complicidad, por omisión, por negligencia, por ignorancia o una combinación de todas las anteriores.

Y también hay que señalar la falta de compromiso ciudadano para cuidar el entorno. Debo reconocer que cada día, poco a poco, aumenta la conciencia ambiental, pero no es suficiente. Hay que acelerar el paso, no hay de otra.

Es importante comprender que para cambiar y revertir el escenario catastrófico al cual estamos llevando a nuestro planeta, debemos de actuar de manera local, con acciones individuales. Piensa global y actúa local. Con educación y más educación ambiental, con normas que se respeten, aplicando multas y sanciones de ser necesario, y sobre todo con conciencia ambiental ciudadana. Somos parte del todo, lo que hacemos por pequeño que sea, impacta en el planeta para bien o para mal. Y nuestro planeta es nuestra única posibilidad de vida.

Termino con esta maravillosa cita de Carl Sagan:

Nuestra lealtad es para las especies y para el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es solo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual provenimos


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