/ lunes 8 de octubre de 2018

Persecución y justicia…

Si hacemos caso a los que llegaron, los que se fueron eran, en términos generales, unos verdaderos hampones que se llevaron hasta las puertas; lo que explicaría los malos cierres de la administración pública en los poderes Legislativo y Ejecutivo, aunque se trate de la extensión de la misma metáfora. Según las versiones que más bien son chismes de lavadero hasta el momento, andarían bailando algo así como tres mil seiscientos millones de pesos entre Legislativo (donde se supone perdieron algo así como mil 200 millones), y en el Ejecutivo serían otras dos entregas de mil 200 cada una, la primera en el sector educativo y la segunda en el resto de las dependencias. Lo que se vuelve sospechoso es que la cantidad que el imaginario popular atribuye a los desvíos siempre es la misma, mil 200 millones de pesos, lo que sería creíble sólo si se tratara de pagar la misma tanda. ¿Qué con los mil 200 millones? ¿Se trata de un número seleccionado arbitrariamente para simbolizar toda la corrupción de un régimen?

Sería mucha casualidad que las sumas de los desfalcos criminales de que habla el gobernador Cuauhtémoc sean de exactos mil 200 millones cada una. Parecería algo profundamente forzado, simplemente increíble, un número para salir del paso, para hacer una declaración contundente. Y conste que igual que el gobierno entrante, que los nuevos diputados, que los miles de ciudadanos que votaron contra el régimen que se extinguió aparentemente el 20 de septiembre, creemos que tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo se cometieron abusos con los recursos públicos, que la corrupción fue una característica lamentable del régimen que se extinguió, pero también consideramos que debe haber más cautela en la cuantificación, identificación de responsables, persecución, y hasta sanción del daño provocado a los morelenses en tanto aceleres como los que hasta el momento se han presentado pueden enturbiar los procesos legítimos que las autoridades pudieran emprender contra los responsables del quebranto financiero que puede ser menor o mayor que los mil doscientos millones famosos.

Otro asunto es que el gobierno deberá, esperamos que así sea, proceder adecuadamente contra quienes se presumen responsables del quebranto financiero de la administración pública en Morelos, sean quienes sean, y para ello poco ayudará tener a un fiscal anticorrupción que parece ser incapaz de atrapar peces en un barril, más allá de la cercanía o no que pudiera tener con el gobierno anterior, al que sirvió como Consejero Jurídico y luego como fiscal anticorrupción. La notoria ineptitud de la fiscalía en la materia es quizá un escollo mayor para los planes de Cuauhtémoc Blanco Bravo de justicia no venganza sobre quienes hicieron daño a las finanzas públicas del estado y que entregaron una administración en bancarrota, sea por cuatrerismo o por una absoluta indisciplina administrativa y financiera –las dos formas terribles de corrupción. En último de los casos, las últimas travesuras del anterior gobierno no fueron poca cosa, pero el lograr la ratificación del inepto fiscal anticorrupción merece el premio mayor al cinismo, en tanto se trata del mejor blindaje que pudo haber para quienes abusaron de la confianza de la población durante tanto tiempo y que a lo mejor son más de los que se mencionan, y tal vez también sean diferentes a los que se señalan. La primera señal de una verdadera convicción por la justicia contra la corrupción sería operar para el retiro del fiscal anticorrupción, y el nombramiento –desde los colegios de profesionistas- de uno sin compromisos políticos que permitiera hacer creer que el proceso en que se sancionará el quebranto a Morelos no será un nuevo tropiezo.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Si hacemos caso a los que llegaron, los que se fueron eran, en términos generales, unos verdaderos hampones que se llevaron hasta las puertas; lo que explicaría los malos cierres de la administración pública en los poderes Legislativo y Ejecutivo, aunque se trate de la extensión de la misma metáfora. Según las versiones que más bien son chismes de lavadero hasta el momento, andarían bailando algo así como tres mil seiscientos millones de pesos entre Legislativo (donde se supone perdieron algo así como mil 200 millones), y en el Ejecutivo serían otras dos entregas de mil 200 cada una, la primera en el sector educativo y la segunda en el resto de las dependencias. Lo que se vuelve sospechoso es que la cantidad que el imaginario popular atribuye a los desvíos siempre es la misma, mil 200 millones de pesos, lo que sería creíble sólo si se tratara de pagar la misma tanda. ¿Qué con los mil 200 millones? ¿Se trata de un número seleccionado arbitrariamente para simbolizar toda la corrupción de un régimen?

Sería mucha casualidad que las sumas de los desfalcos criminales de que habla el gobernador Cuauhtémoc sean de exactos mil 200 millones cada una. Parecería algo profundamente forzado, simplemente increíble, un número para salir del paso, para hacer una declaración contundente. Y conste que igual que el gobierno entrante, que los nuevos diputados, que los miles de ciudadanos que votaron contra el régimen que se extinguió aparentemente el 20 de septiembre, creemos que tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo se cometieron abusos con los recursos públicos, que la corrupción fue una característica lamentable del régimen que se extinguió, pero también consideramos que debe haber más cautela en la cuantificación, identificación de responsables, persecución, y hasta sanción del daño provocado a los morelenses en tanto aceleres como los que hasta el momento se han presentado pueden enturbiar los procesos legítimos que las autoridades pudieran emprender contra los responsables del quebranto financiero que puede ser menor o mayor que los mil doscientos millones famosos.

Otro asunto es que el gobierno deberá, esperamos que así sea, proceder adecuadamente contra quienes se presumen responsables del quebranto financiero de la administración pública en Morelos, sean quienes sean, y para ello poco ayudará tener a un fiscal anticorrupción que parece ser incapaz de atrapar peces en un barril, más allá de la cercanía o no que pudiera tener con el gobierno anterior, al que sirvió como Consejero Jurídico y luego como fiscal anticorrupción. La notoria ineptitud de la fiscalía en la materia es quizá un escollo mayor para los planes de Cuauhtémoc Blanco Bravo de justicia no venganza sobre quienes hicieron daño a las finanzas públicas del estado y que entregaron una administración en bancarrota, sea por cuatrerismo o por una absoluta indisciplina administrativa y financiera –las dos formas terribles de corrupción. En último de los casos, las últimas travesuras del anterior gobierno no fueron poca cosa, pero el lograr la ratificación del inepto fiscal anticorrupción merece el premio mayor al cinismo, en tanto se trata del mejor blindaje que pudo haber para quienes abusaron de la confianza de la población durante tanto tiempo y que a lo mejor son más de los que se mencionan, y tal vez también sean diferentes a los que se señalan. La primera señal de una verdadera convicción por la justicia contra la corrupción sería operar para el retiro del fiscal anticorrupción, y el nombramiento –desde los colegios de profesionistas- de uno sin compromisos políticos que permitiera hacer creer que el proceso en que se sancionará el quebranto a Morelos no será un nuevo tropiezo.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

ÚLTIMASCOLUMNAS
lunes 23 de diciembre de 2019

La crisis que se asoma

Daniel Martínez

viernes 20 de diciembre de 2019

Otro round: ayuntamientos y ambulantes

Daniel Martínez

jueves 19 de diciembre de 2019

Libertad religiosa o imposición de cultos

Daniel Martínez

miércoles 18 de diciembre de 2019

Impacto de los minisalarios

Daniel Martínez

martes 17 de diciembre de 2019

Cuernavaca y los ausentes del diálogo

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

lunes 16 de diciembre de 2019

Alcaldes: la crisis que viene

Daniel Martínez

viernes 13 de diciembre de 2019

SNTE y aguinaldos

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

jueves 12 de diciembre de 2019

Cuauh y Lobito, el diálogo…

El homicidio del responsable de seguridad pública en Cuernavaca, David Juárez, fue el punto público de culminación del pleito

Daniel Martínez

miércoles 11 de diciembre de 2019

Violencia contra arte y cultura

Daniel Martínez

martes 10 de diciembre de 2019

La oposición también ausente

Nuevas Reglas

Daniel Martínez

Cargar Más