/ miércoles 15 de junio de 2022

Participación activa de la juventud para el futuro

Hablemos sobre lo que queremos, buscamos, pero sobre todo merecemos. Ser joven es sinónimo de cambio, progreso, futuro. Ser joven es, a todas luces, enfrentar los desafíos y crear o recrear un espacio para el desarrollo pleno, es convertir problemas en oportunidades, en soluciones, ser el motor impulsor de las sociedades.

Debemos entender que somos la generación que creció sin conocer el miedo y tenemos el reto de luchar por lograr que vivamos en un mundo más justo, empático y solidario.

Los jóvenes no solo somos “el futuro del país”, sino más bien, somos el presente. Mucho de lo que hoy podamos hacer en unos años será el desarrollo y el cambio fructífero de una sociedad.

Sin embargo, es muy difícil que alguien desee hacer algo por su comunidad o por su país si no conoce mucho del mismo, por eso la importancia de acercar a este sector las herramientas y condiciones idóneas para desenvolverse, aportar e involucrarse en todo aquello que les puede afectar.

Los jóvenes poseen perspectivas y opiniones importantes que a menudo no son escuchadas. La participación activa da poder a los jóvenes y puede jugar un papel vital en su propio desarrollo. Pero para aumentar la participación es necesario que haya una comprensión más colectiva y mejorada de lo que implica la participación de la juventud.

Hoy solo conozco un rol para nosotros como jóvenes. Es el mismo en todos los tiempos. No cambia, porque precisamente el rol de la juventud es cambiarlo todo. Hacer las cosas mejor que antes e impregnarle a ello compromiso, pasión y fuerza.

Morelos necesita cultivar una comunidad de líderes que reconozcan que en el mundo de hoy es necesario que todos seamos agentes de cambio, personas comprometidas en la construcción de una sociedad mejor, para mostrar lo que están haciendo y que sus historias sean inspiración para otros.

Los jóvenes tenemos el reto, sin renunciar al pasado, de luchar por lograr que vivamos en un mundo justo. Las fobias y discriminaciones, el machismo, la violencia de género y el racismo son algunos de los desafíos pendientes. Desde sus espacios de acción, estudio o trabajo, debemos luchar y sumarnos a la búsqueda definitiva de sociedades de derechos con y para todas y todos.

¡Reaccionemos! Lo que quieren las y los jóvenes es una manera de hacer posible lo imposible, en pocas palabras, estamos alzando la voz y diciendo: “solo denos una oportunidad, que nosotros la tomaremos”.

Hablemos sobre lo que queremos, buscamos, pero sobre todo merecemos. Ser joven es sinónimo de cambio, progreso, futuro. Ser joven es, a todas luces, enfrentar los desafíos y crear o recrear un espacio para el desarrollo pleno, es convertir problemas en oportunidades, en soluciones, ser el motor impulsor de las sociedades.

Debemos entender que somos la generación que creció sin conocer el miedo y tenemos el reto de luchar por lograr que vivamos en un mundo más justo, empático y solidario.

Los jóvenes no solo somos “el futuro del país”, sino más bien, somos el presente. Mucho de lo que hoy podamos hacer en unos años será el desarrollo y el cambio fructífero de una sociedad.

Sin embargo, es muy difícil que alguien desee hacer algo por su comunidad o por su país si no conoce mucho del mismo, por eso la importancia de acercar a este sector las herramientas y condiciones idóneas para desenvolverse, aportar e involucrarse en todo aquello que les puede afectar.

Los jóvenes poseen perspectivas y opiniones importantes que a menudo no son escuchadas. La participación activa da poder a los jóvenes y puede jugar un papel vital en su propio desarrollo. Pero para aumentar la participación es necesario que haya una comprensión más colectiva y mejorada de lo que implica la participación de la juventud.

Hoy solo conozco un rol para nosotros como jóvenes. Es el mismo en todos los tiempos. No cambia, porque precisamente el rol de la juventud es cambiarlo todo. Hacer las cosas mejor que antes e impregnarle a ello compromiso, pasión y fuerza.

Morelos necesita cultivar una comunidad de líderes que reconozcan que en el mundo de hoy es necesario que todos seamos agentes de cambio, personas comprometidas en la construcción de una sociedad mejor, para mostrar lo que están haciendo y que sus historias sean inspiración para otros.

Los jóvenes tenemos el reto, sin renunciar al pasado, de luchar por lograr que vivamos en un mundo justo. Las fobias y discriminaciones, el machismo, la violencia de género y el racismo son algunos de los desafíos pendientes. Desde sus espacios de acción, estudio o trabajo, debemos luchar y sumarnos a la búsqueda definitiva de sociedades de derechos con y para todas y todos.

¡Reaccionemos! Lo que quieren las y los jóvenes es una manera de hacer posible lo imposible, en pocas palabras, estamos alzando la voz y diciendo: “solo denos una oportunidad, que nosotros la tomaremos”.