¿De qué hablamos cuando decimos competitividad? Según el Instituto Mexicano de la Competitividad IMCO, se trata de una forma de comparar la economía de los estados entre sí en cuanto a su capacidad para atraer y retener talento e inversión.
El IMCO toma en cuenta 10 parámetros para esta evaluación. Los resultados más recientes publicados en 2014 para Morelos indican que nuestro estado ocupa el lugar 23 entre los 32 estados. Que está entre los últimos en la confiabilidad de su sistema de derecho y en la estabilidad de su economía. Que se encuentra a media tabla con respecto al manejo sustentable del medio ambiente y al aprovechamiento de las relaciones internacionales. Un poco mejor en precursores pero en solamente en uno de los parámetros está nuestro estado entre los tres mejores.
Este parámetro corresponde a Innovación de los sectores económicos y se compone de seis elementos entre los que se encuentran el número de investigadores científicos per cápita, el de patentes solicitadas, el de empresas de base tecnológica instaladas y el de establecimientos con certificaciones de calidad tipo ISO 9001. Los mismos elementos que emanan de nuestro Ecosistema de Innovación y que ya hemos descrito en colaboraciones previas.
Hace poco me preguntaron por qué se habría de preservar la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología estatal y mi respuesta fue clara y contundente: porque es en lo único en lo que somos realmente buenos, de hecho somos de los mejores y no solamente en la métrica del IMCO. Morelos es el estado número 1 en número de investigadores per cápita de acuerdo al INEGI, el número 2 en Proyectos de Investigación y de Innovación aprobados de acuerdo al CONACyT, el número 4 en Desarrollo tecnológico empresarial y en el Índice nacional de ciencia, tecnología e innovación de acuerdo a ARegional y a CAIINNO, respectivamente, y el número 6 en Patentes otorgadas de acuerdo al IMPI.
Esta posición es el reflejo de de la correcta aplicación de políticas públicas desde el gobierno estatal y nos presenta con una oportunidad única para detonar la atracción de inversiones, tanto nacionales como extranjeras, que impulsen la industria de base tecnológica, que creen empleos de alta especialidad y que generen riqueza.
Es importante que se sepa que en los últimos años se triplicó el número de empresas de base tecnológica así como la inversión en innovación en Morelos. Es un buen principio pero para que este crecimiento comience a traducirse en desarrollo económico es indispensable sostener el apoyo y acompañamiento, tal como lo hicieron en su momento estados con economías ahora altamente competitivas como California.
Somos buenos porque hemos trabajado intensamente y de manera constante desde hace mucho tiempo, treinta años para ser precisos. Desviarnos ahora conllevaría un retraso potencialmente irreparable para nuestra economía, justo cuando más necesitamos fortalecerla.
