/ jueves 15 de julio de 2021

Ojos cerrados al empleo

Espanta la ignorancia que, aparentemente por voluntad, algunos funcionarios han decidido mantener sobre las cifras reales y contundentes de la prolongada crisis económica que padece el estado, parte derivada de la pandemia por Covid-19 y parte por factores que tienen que ver con la política económica, la inseguridad, y el descuido de los gobiernos estatal y municipales en materia de fomento a la inversión y el empleo.

Los anuncios de una lenta pero real recuperación que forman parte del discurso del gobierno estatal, contrastan con las cifras que reporta el IMSS sobre los empleos formales en el segundo trimestre, que registran para Morelos el cierre de casi dos mil plazas laborales, justo cuando el Ejecutivo comenzó a declarar una moderada recuperación de la economía. “Parece que no salieran a la calle”, comenta un empresario que muestra como evidencia empírica de su pesimismo la cantidad de negocios que siguen cerrando en plazas, calles y avenidas comerciales de Cuernavaca.

Con el dato, Morelos no sólo perdió los 1820 empleos del período sino también disolvió el impacto que pudieran haber tenido los 452 que fueron, en efecto una pequeña mejoría en el primer trimestre. Para gabinetes de especialistas, como el colectivo México Cómo Vamos, para atender adecuadamente la demanda de empleos formales en el estado, deberían haberse creado al cierre del segundo trimestre 9 mil 600 empleos, los mil 820 perdidos representan un déficit superior a las once mil plazas registradas ante el IMSS.

Cierto que los números no son tan malos como los que ocurrieron durante el obligado confinamiento por la pandemia el año pasado. En el tercer trimestre del 2020, el estado había perdido 8 mil 104 empleos, lo que significó un déficit superior a las 20 mil plazas formales para el año pasado.

Modificar la realidad requiere, primero de admitirla. Morelos atraviesa por problemas profundos de desarrollo económico y la mayor parte de ellos existían antes de la pandemia y fueron agravados por ella. La generación de empleos en el país durante el mismo período lo evidencia: trece estados del país superaron sus metas de creación de empleos. Dos estuvieron muy cerca y el resto se quedaron cortos. Pero sólo seis estados, Michoacán, Oaxaca, Morelos, Ciudad de México, Veracruz y Sinaloa, registraron pérdidas de plazas.

La reapertura de las actividades económicas en semáforo verde debería haber potenciado la recuperación del empleo, en teoría, pero los efectos no se han siquiera comenzado a ver, en contraste con otros estados que han generado incluso muchos más empleos de los que requieren, como Quintana Roo, y Baja California Sur, Baja California, Tabasco y Nuevo León. Incluso Guerrero logró generar casi dos mil empleos, apenas el 10% de su meta pero empieza a mostrar signos de recuperación. En Morelos los indicadores dan miedo, mucho más porque siguen esperando iniciar operaciones los proyectos de termoeléctrica, minera, ferrosur, y que los bloqueos a la Autopista Siglo XXI han vuelto. Urge reconocer el escenario. De otra forma, el impacto de la pandemia puede ser insalvable ya para la economía local. La salida parece estar todavía en los megaproyectos que están listos para operar.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Espanta la ignorancia que, aparentemente por voluntad, algunos funcionarios han decidido mantener sobre las cifras reales y contundentes de la prolongada crisis económica que padece el estado, parte derivada de la pandemia por Covid-19 y parte por factores que tienen que ver con la política económica, la inseguridad, y el descuido de los gobiernos estatal y municipales en materia de fomento a la inversión y el empleo.

Los anuncios de una lenta pero real recuperación que forman parte del discurso del gobierno estatal, contrastan con las cifras que reporta el IMSS sobre los empleos formales en el segundo trimestre, que registran para Morelos el cierre de casi dos mil plazas laborales, justo cuando el Ejecutivo comenzó a declarar una moderada recuperación de la economía. “Parece que no salieran a la calle”, comenta un empresario que muestra como evidencia empírica de su pesimismo la cantidad de negocios que siguen cerrando en plazas, calles y avenidas comerciales de Cuernavaca.

Con el dato, Morelos no sólo perdió los 1820 empleos del período sino también disolvió el impacto que pudieran haber tenido los 452 que fueron, en efecto una pequeña mejoría en el primer trimestre. Para gabinetes de especialistas, como el colectivo México Cómo Vamos, para atender adecuadamente la demanda de empleos formales en el estado, deberían haberse creado al cierre del segundo trimestre 9 mil 600 empleos, los mil 820 perdidos representan un déficit superior a las once mil plazas registradas ante el IMSS.

Cierto que los números no son tan malos como los que ocurrieron durante el obligado confinamiento por la pandemia el año pasado. En el tercer trimestre del 2020, el estado había perdido 8 mil 104 empleos, lo que significó un déficit superior a las 20 mil plazas formales para el año pasado.

Modificar la realidad requiere, primero de admitirla. Morelos atraviesa por problemas profundos de desarrollo económico y la mayor parte de ellos existían antes de la pandemia y fueron agravados por ella. La generación de empleos en el país durante el mismo período lo evidencia: trece estados del país superaron sus metas de creación de empleos. Dos estuvieron muy cerca y el resto se quedaron cortos. Pero sólo seis estados, Michoacán, Oaxaca, Morelos, Ciudad de México, Veracruz y Sinaloa, registraron pérdidas de plazas.

La reapertura de las actividades económicas en semáforo verde debería haber potenciado la recuperación del empleo, en teoría, pero los efectos no se han siquiera comenzado a ver, en contraste con otros estados que han generado incluso muchos más empleos de los que requieren, como Quintana Roo, y Baja California Sur, Baja California, Tabasco y Nuevo León. Incluso Guerrero logró generar casi dos mil empleos, apenas el 10% de su meta pero empieza a mostrar signos de recuperación. En Morelos los indicadores dan miedo, mucho más porque siguen esperando iniciar operaciones los proyectos de termoeléctrica, minera, ferrosur, y que los bloqueos a la Autopista Siglo XXI han vuelto. Urge reconocer el escenario. De otra forma, el impacto de la pandemia puede ser insalvable ya para la economía local. La salida parece estar todavía en los megaproyectos que están listos para operar.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx