/ lunes 23 de enero de 2023

La Corte y Morelos: controversias y plagios

Si algún ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hubiera plagiado una tesis para presentar su examen de grado de licenciatura en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, habría perdido el título obtenido y por consiguiente la honorabilidad de las instituciones, Suprema Corte y Universidad, habría resultado mucho menos dañada por el escándalo que hoy tiene a la propia Corte y a la UNAM en la mira de la opinión pública. Según el rector de la Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios del país, las opiniones de los expertos universitarios en leyes sugieren que la reglamentación universitaria padece de lagunas que hacen muy difícil castigar los plagios de tesis; muy probablemente porque a nadie se le ocurrió que alguien podría incurrir en una barbaridad tal.

Esa falta de andamiaje reglamentario para sancionar a quien comete, dicen algunos, “errores de juventud”, como plagiar una tesis, es el origen de una probable serie de acontecimientos que, para muchos especialistas en derecho, vuelve inmediatamente controvertibles todas las determinaciones en que haya participado la ministra acusada de un plagio que la propia UNAM ha no sólo reconocido, sino también ha indicado que la responsable del mismo es la ministra en cuestión, y que incluirían los de la Segunda Sala y los del pleno. Es ahí donde el asunto se pone muy interesante para Morelos.

Con el número de expediente 276/2022, el Poder Ejecutivo del estado inició un procedimiento de Controversia Constitucional en contra del Poder Legislativo local. El Ejecutivo impugna, la Ley de Ingresos del Gobierno del Estado de Morelos para el Ejercicio Fiscal 2023, el Decreto 579 de Presupuesto de Egresos 2023, el incremento aprobado por el Congreso al Fondo de Fomento Municipal, además de artículos y secciones muy específicas de los dos documentos de marras. La controversia presentada por el Ejecutivo morelense es la penúltima de las 254 pendientes hasta el 20 de enero según el sitio web de la Suprema Corte de Justicia, lo que hace muy probable que el asunto tarde en resolverse. La pregunta es si esa dilación en la resolución de la Corte será suficiente como para que el asunto personal y profesional de la ministra acusada de plagio se resuelva a cabalidad, ya sea por la UNAM, la Corte o la propia interesada.

Vale decirlo, porque en un ambiente tan polarizado como el de la política morelense, debe ser impecable la resolución de la Corte en uno de los múltiples conflictos entre los dos principales actores del escenario polarizador, el Ejecutivo y el Legislativo. El que exista un asomo de duda en la cuestión, que hasta donde sabemos podría resolverse incluso con una votación dividida, podría hacer que la determinación de la Corte fuera controvertida o por lo menos puesta en tela de juicio por los involucrados o sus partidarios.

Frente a un escenario así queda claro que a nadie le conviene una Corte cuestionable. A final de cuentas de la determinación que el pleno tome sobre el futuro de la asignación de recursos en Morelos depende en mucho la acción gubernamental, la fortaleza de las instituciones, la transparencia en el uso de los recursos, la obra pública, los servicios municipales. Y claro, a final de cuentas se puede argumentar que la Corte no es la responsable única de que en Morelos la falta de acuerdos y la ausencia evidente de un diseño de políticas públicas con base científica o por lo menos racional, nos tenga en pleitos recurrentes por el destino de los pocos recursos con que cuenta el estado. En efecto, hay responsables en el Ejecutivo, el Legislativo, y en los grupos de interés que sobre ellos influyen, pero justo en momentos como el que padece Morelos se vuelve relevante la Suprema Corte y uno esperaría que sus resoluciones fueran impecables en materia jurídica e incuestionables en el terreno ético.

Ah, si la ministra hubiera estudiado en Morelos, probablemente otro gallo nos cantara. Pero no fue así y esa falta de normas que hoy ha hecho crecer el escándalo hace parecer culpables o cómplices a quienes aún no salen de su pasmo frente al terrible desaguisado. El tiempo dirá si la Corte resuelve primero su mácula interna, o la otra que mancha a Morelos.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx


Si algún ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hubiera plagiado una tesis para presentar su examen de grado de licenciatura en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, habría perdido el título obtenido y por consiguiente la honorabilidad de las instituciones, Suprema Corte y Universidad, habría resultado mucho menos dañada por el escándalo que hoy tiene a la propia Corte y a la UNAM en la mira de la opinión pública. Según el rector de la Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios del país, las opiniones de los expertos universitarios en leyes sugieren que la reglamentación universitaria padece de lagunas que hacen muy difícil castigar los plagios de tesis; muy probablemente porque a nadie se le ocurrió que alguien podría incurrir en una barbaridad tal.

Esa falta de andamiaje reglamentario para sancionar a quien comete, dicen algunos, “errores de juventud”, como plagiar una tesis, es el origen de una probable serie de acontecimientos que, para muchos especialistas en derecho, vuelve inmediatamente controvertibles todas las determinaciones en que haya participado la ministra acusada de un plagio que la propia UNAM ha no sólo reconocido, sino también ha indicado que la responsable del mismo es la ministra en cuestión, y que incluirían los de la Segunda Sala y los del pleno. Es ahí donde el asunto se pone muy interesante para Morelos.

Con el número de expediente 276/2022, el Poder Ejecutivo del estado inició un procedimiento de Controversia Constitucional en contra del Poder Legislativo local. El Ejecutivo impugna, la Ley de Ingresos del Gobierno del Estado de Morelos para el Ejercicio Fiscal 2023, el Decreto 579 de Presupuesto de Egresos 2023, el incremento aprobado por el Congreso al Fondo de Fomento Municipal, además de artículos y secciones muy específicas de los dos documentos de marras. La controversia presentada por el Ejecutivo morelense es la penúltima de las 254 pendientes hasta el 20 de enero según el sitio web de la Suprema Corte de Justicia, lo que hace muy probable que el asunto tarde en resolverse. La pregunta es si esa dilación en la resolución de la Corte será suficiente como para que el asunto personal y profesional de la ministra acusada de plagio se resuelva a cabalidad, ya sea por la UNAM, la Corte o la propia interesada.

Vale decirlo, porque en un ambiente tan polarizado como el de la política morelense, debe ser impecable la resolución de la Corte en uno de los múltiples conflictos entre los dos principales actores del escenario polarizador, el Ejecutivo y el Legislativo. El que exista un asomo de duda en la cuestión, que hasta donde sabemos podría resolverse incluso con una votación dividida, podría hacer que la determinación de la Corte fuera controvertida o por lo menos puesta en tela de juicio por los involucrados o sus partidarios.

Frente a un escenario así queda claro que a nadie le conviene una Corte cuestionable. A final de cuentas de la determinación que el pleno tome sobre el futuro de la asignación de recursos en Morelos depende en mucho la acción gubernamental, la fortaleza de las instituciones, la transparencia en el uso de los recursos, la obra pública, los servicios municipales. Y claro, a final de cuentas se puede argumentar que la Corte no es la responsable única de que en Morelos la falta de acuerdos y la ausencia evidente de un diseño de políticas públicas con base científica o por lo menos racional, nos tenga en pleitos recurrentes por el destino de los pocos recursos con que cuenta el estado. En efecto, hay responsables en el Ejecutivo, el Legislativo, y en los grupos de interés que sobre ellos influyen, pero justo en momentos como el que padece Morelos se vuelve relevante la Suprema Corte y uno esperaría que sus resoluciones fueran impecables en materia jurídica e incuestionables en el terreno ético.

Ah, si la ministra hubiera estudiado en Morelos, probablemente otro gallo nos cantara. Pero no fue así y esa falta de normas que hoy ha hecho crecer el escándalo hace parecer culpables o cómplices a quienes aún no salen de su pasmo frente al terrible desaguisado. El tiempo dirá si la Corte resuelve primero su mácula interna, o la otra que mancha a Morelos.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx