No sé me muy bien la historia de cuáles son los que iniciaron con la vendimia, pero si sé que desde hace muchos años, en la esquina de Teopanzolco y Nueva Bélgica, frente al Colegio Morelos de Cuernavaca, están los tacos de barbacoa de res “Los Mejores".
Y se llaman Los Mejores porque tienen la competencia directa de otra taquería, no muy de mi gusto pero que se ha sabido extender con varias sucursales o franquicias al menos en Cuernavaca y su zona metropolitana, que de forma perspicaz se promueve como “Los Originales".
De cualquier modo la receta de ambos es muy parecida: la carnita meticulosamente picada en el tronco y no bañada sino casi inundada de consomé, se embarra prácticamente en la tortilla pequeñita que previamente, también fue ahogada en el mismo caldo para después pasar a la plancha donde terminan juntos de confeccionar una obra de arte.
Quizá alguno como yo, que trata de comer con calma y paladear cada milímetro del bocado alcanza a dar tres mordidas a cada pieza, sin embargo son taquitos pequeños que fácilmente llegarían a la panza de dos embates.
Si tienes experiencia y los preparas bien, su sabor no tiene comparación, pues además del punto exacto en el que sirven la carne, en la mesa, la salsita de piña y habanero, la verde taquera o la roja encajan casi milimétricamente.
He escuchado que mucha gente los pide doraditos y aunque en esa presentación la mayoría de los tacos elevan su nivel, la verdad es que no he tenido paciencia para esperarlos pues una vez que los ves en la plancha, es casi irremediable saltarles encima.
También ofrecen de tuétano, pero nunca he tenido la suerte o llegado lo suficientemente temprano para encontrarlos, pero ese simple hecho ya de entrada, podría ser una garantía de su sabor hipnotizante.
El consomé servido francamente no es mi hit, pero ya en la dupla con un taquito cruzado de derecha -la verdad- resulta indispensable. Más, si llegas medio herido.