/ sábado 23 de marzo de 2019

No One Behind

“No dejar a nadie atrás” es el lema de este año para la conmemoración del Día Mundial del Agua. Esto parece ser una falacia, un objetivo inalcanzable, dado que al día de hoy, casi una tercera parte de la población mundial no tiene acceso seguro al agua potable.

Esto significa que más de 2 mil millones de personas carecen de acceso a agua segura en todo el mundo, por lo que esta problemática, tiende a agravarse cada vez más. Aspectos como la intensificación de la contaminación (y el deterioro ambiental que trae consigo), el cambio climático (que altera los patrones de precipitación), produce mayor escasez en muchas regiones, y fenómenos como huracanes más intensos en otros lugares.

El crecimiento de la población ha sido muy pronunciado, y la rápida organización entre muchos de los lugares del mundo -entre otros factores-, plantean un desafío aún mayor para lograr este objetivo y para la seguridad en general. Con el ritmo actual con el que se avanza, miles de millones de personas seguirán sin poder acceder al agua, ya que actualmente, el acceso al agua no es solo un derecho humano reconocido a nivel mundial, sino esencial para la supervivencia, y más aún: un líquido vital para la dignidad de cada persona.

Este año, la Organización de las Naciones Unidas escogió como lema, “No dejar a nadie atrás”, como una forma de llamar la atención ante los grupos vulnerables que no tienen acceso al agua. No dejar a nadie atrás, significa que las comunidades más marginadas pueden tener acceso al agua; no dejar a nadie atrás, significa que las mujeres tengan acceso al agua; no dejar a nadie atrás, significa que todas y todos tengan acceso a este vital líquido El lema #NoDejarANadieAtrás, es un esfuerzo colectivo mayor para que todos puedan acceder a este servicio.

En estos días, el Informe Mundial de las Naciones Unidas Para el Desarrollo de Recursos Hídricos, su version más reciente, en la cual tuve la fortuna de participar en la impresión de este documento en español que se difundirá en toda América Latina, y puntualiza que los datos son realmente preocupantes; el informe subraya que la degradación del medio ambiente natural y la depresiones sobre el agua, el 45% del producto interno bruto global, el 52% de la población, y el 40% de la producción mundial, estarían en riesgo para el año 2050. Las poblaciones pobres y marginadas se verán afectadas en mayor medida, agravando aún más las desigualdades que he mencionado anteriormente.

Un aspecto que este informe resalta, es la cuestión de género; este es un aspecto que indica que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los procesos productivos que los hombres, (ncluida la tierra y el agua), se podrían aumentar los rendimiento en sus fincas entre un 20% y un 30%, elevando la producción agrícola total del 2.5% a 4%, esto podría reducir la hambruna en el mundo entre el 12 y 17%. Asimismo, el riesgo de ser desplazados por desastres naturales, se ha duplicado desde la década de los 70’s.

El agotamiento de los recursos naturales como el agua, se reconoce como un factor de desplazamiento que desencadena la migración local e internacional, estos movimientos que varían en escala de magnitud, pueden profundizar las desigualdades existentes. Después de presentar los resultados actuales y futuros de este informe, se muestra la necesidad de adaptar las políticas de cara a esta nueva misión, así como también abordar las causas que provocan esta desigualdad, tanto en la política, como en la práctica. Esto es un paso esencial para lograr la seguridad hídrica y el servicio a los acceso a los servicios de agua y saneamiento para todos.

“No dejar a nadie atrás” es el lema de este año para la conmemoración del Día Mundial del Agua. Esto parece ser una falacia, un objetivo inalcanzable, dado que al día de hoy, casi una tercera parte de la población mundial no tiene acceso seguro al agua potable.

Esto significa que más de 2 mil millones de personas carecen de acceso a agua segura en todo el mundo, por lo que esta problemática, tiende a agravarse cada vez más. Aspectos como la intensificación de la contaminación (y el deterioro ambiental que trae consigo), el cambio climático (que altera los patrones de precipitación), produce mayor escasez en muchas regiones, y fenómenos como huracanes más intensos en otros lugares.

El crecimiento de la población ha sido muy pronunciado, y la rápida organización entre muchos de los lugares del mundo -entre otros factores-, plantean un desafío aún mayor para lograr este objetivo y para la seguridad en general. Con el ritmo actual con el que se avanza, miles de millones de personas seguirán sin poder acceder al agua, ya que actualmente, el acceso al agua no es solo un derecho humano reconocido a nivel mundial, sino esencial para la supervivencia, y más aún: un líquido vital para la dignidad de cada persona.

Este año, la Organización de las Naciones Unidas escogió como lema, “No dejar a nadie atrás”, como una forma de llamar la atención ante los grupos vulnerables que no tienen acceso al agua. No dejar a nadie atrás, significa que las comunidades más marginadas pueden tener acceso al agua; no dejar a nadie atrás, significa que las mujeres tengan acceso al agua; no dejar a nadie atrás, significa que todas y todos tengan acceso a este vital líquido El lema #NoDejarANadieAtrás, es un esfuerzo colectivo mayor para que todos puedan acceder a este servicio.

En estos días, el Informe Mundial de las Naciones Unidas Para el Desarrollo de Recursos Hídricos, su version más reciente, en la cual tuve la fortuna de participar en la impresión de este documento en español que se difundirá en toda América Latina, y puntualiza que los datos son realmente preocupantes; el informe subraya que la degradación del medio ambiente natural y la depresiones sobre el agua, el 45% del producto interno bruto global, el 52% de la población, y el 40% de la producción mundial, estarían en riesgo para el año 2050. Las poblaciones pobres y marginadas se verán afectadas en mayor medida, agravando aún más las desigualdades que he mencionado anteriormente.

Un aspecto que este informe resalta, es la cuestión de género; este es un aspecto que indica que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los procesos productivos que los hombres, (ncluida la tierra y el agua), se podrían aumentar los rendimiento en sus fincas entre un 20% y un 30%, elevando la producción agrícola total del 2.5% a 4%, esto podría reducir la hambruna en el mundo entre el 12 y 17%. Asimismo, el riesgo de ser desplazados por desastres naturales, se ha duplicado desde la década de los 70’s.

El agotamiento de los recursos naturales como el agua, se reconoce como un factor de desplazamiento que desencadena la migración local e internacional, estos movimientos que varían en escala de magnitud, pueden profundizar las desigualdades existentes. Después de presentar los resultados actuales y futuros de este informe, se muestra la necesidad de adaptar las políticas de cara a esta nueva misión, así como también abordar las causas que provocan esta desigualdad, tanto en la política, como en la práctica. Esto es un paso esencial para lograr la seguridad hídrica y el servicio a los acceso a los servicios de agua y saneamiento para todos.

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