/ domingo 19 de septiembre de 2021

Morelos se queda solo

En medio de sus guerra política, Morelos se está quedando atrás de las posibilidades que el desarrollo ofrece a otras entidades. Entre vendettas y rencores, la clase política morelense ha arrastrado a la economía justo en momentos que requieren la asistencia del Estado para apuntalar un crecimiento que derive en la generación de empleo, única vía real para combatir la pobreza.

Viene a cuento porque mientras en Morelos la parálisis en prácticamente todas las áreas que no sean los “trancazos” persiste y la crisis y pobreza aumentan, en otras entidades pareciera que se ha entendido que es tiempo de ponerse a trabajar. Porque si bien la caída en la economía de los estados vecinos, y en general en casi todo el país persiste: en la Ciudad de México, Puebla, el Estado de México y Guerrero, con los que podría construirse una región económica relevante, parece que los políticos y los empresarios están haciendo su chamba para atemperar los efectos de una caída dramática provocada por políticas económicas erráticas del gobierno federal y por los efectos de la pandemia.

La Ciudad de México mantiene una inercia que le permite anticipar un crecimiento moderado el año entrante la obra pública que realiza el gobierno de la capital del país genera empleos y estos se traducen en una moderada recuperación, aunque los números continúan siendo negativos. El rebote para la Ciudad de México es de 10% desde lo más profundo de la crisis (el segundo trimestre de 2020). En el caso de Puebla, uno de los estados que peor caída registró (de casi el 30%) el rebote ha sido de casi 23%, aunque aún no hay una recuperación completa. Para el Estado de México, cuya caída alcanzó sólo el 16.3% y ahora muestra sólo -2.2% en crecimiento económico. En Guerrero, estado eminentemente turístico, tuvo un rebote (gracias a la recuperación de su actividad) de 17%. En el caso de Morelos, el rebote ha llegado casi al 16%, pero básicamente se ha debido a las acciones del sector productivo y no ha una política estatal de desarrollo que, según todo apunta, tendría que esperar por lo menos hasta el 2022.

Y uno no puede evitar hacer el comparativo de lo que hacen otros gobiernos, por ejemplo, apenas hablábamos con Evelyn Salgado, la gobernadora electa de Guerrero, y se destacaron dos acciones que, si todo sale bien, pueden potenciar la recuperación acelerada del estado que empezará a gobernar. Primero, las reuniones con otros mandatarios para construir alianzas en materia de seguridad y desarrollo económico regional. Se trata básicamente de reconocer que las fronteras políticas no son iguales a las económicas y que se pueden crear zonas en las que políticas conjuntas impulsen la producción. En segundo término sólo por orden de redacción, la gobernadora electa se ha convertido en una activa promotora de las inversiones en su estado, se ha reunido con empresarios de turismo, pero también de otros sectores para ofrecerles garantías de inversión en su estado. Es decir, la gobernadora electa ocupa gran parte de su tiempo previo a su toma de protesta el 15 de octubre próximo, para construir las bases de la política económica de su estado, mientras acá siguen los pleitos. Morelos se está quedando solo.



@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

En medio de sus guerra política, Morelos se está quedando atrás de las posibilidades que el desarrollo ofrece a otras entidades. Entre vendettas y rencores, la clase política morelense ha arrastrado a la economía justo en momentos que requieren la asistencia del Estado para apuntalar un crecimiento que derive en la generación de empleo, única vía real para combatir la pobreza.

Viene a cuento porque mientras en Morelos la parálisis en prácticamente todas las áreas que no sean los “trancazos” persiste y la crisis y pobreza aumentan, en otras entidades pareciera que se ha entendido que es tiempo de ponerse a trabajar. Porque si bien la caída en la economía de los estados vecinos, y en general en casi todo el país persiste: en la Ciudad de México, Puebla, el Estado de México y Guerrero, con los que podría construirse una región económica relevante, parece que los políticos y los empresarios están haciendo su chamba para atemperar los efectos de una caída dramática provocada por políticas económicas erráticas del gobierno federal y por los efectos de la pandemia.

La Ciudad de México mantiene una inercia que le permite anticipar un crecimiento moderado el año entrante la obra pública que realiza el gobierno de la capital del país genera empleos y estos se traducen en una moderada recuperación, aunque los números continúan siendo negativos. El rebote para la Ciudad de México es de 10% desde lo más profundo de la crisis (el segundo trimestre de 2020). En el caso de Puebla, uno de los estados que peor caída registró (de casi el 30%) el rebote ha sido de casi 23%, aunque aún no hay una recuperación completa. Para el Estado de México, cuya caída alcanzó sólo el 16.3% y ahora muestra sólo -2.2% en crecimiento económico. En Guerrero, estado eminentemente turístico, tuvo un rebote (gracias a la recuperación de su actividad) de 17%. En el caso de Morelos, el rebote ha llegado casi al 16%, pero básicamente se ha debido a las acciones del sector productivo y no ha una política estatal de desarrollo que, según todo apunta, tendría que esperar por lo menos hasta el 2022.

Y uno no puede evitar hacer el comparativo de lo que hacen otros gobiernos, por ejemplo, apenas hablábamos con Evelyn Salgado, la gobernadora electa de Guerrero, y se destacaron dos acciones que, si todo sale bien, pueden potenciar la recuperación acelerada del estado que empezará a gobernar. Primero, las reuniones con otros mandatarios para construir alianzas en materia de seguridad y desarrollo económico regional. Se trata básicamente de reconocer que las fronteras políticas no son iguales a las económicas y que se pueden crear zonas en las que políticas conjuntas impulsen la producción. En segundo término sólo por orden de redacción, la gobernadora electa se ha convertido en una activa promotora de las inversiones en su estado, se ha reunido con empresarios de turismo, pero también de otros sectores para ofrecerles garantías de inversión en su estado. Es decir, la gobernadora electa ocupa gran parte de su tiempo previo a su toma de protesta el 15 de octubre próximo, para construir las bases de la política económica de su estado, mientras acá siguen los pleitos. Morelos se está quedando solo.



@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx