/ sábado 22 de enero de 2022

México y Andrés Manuel, ¡íconos de la democracia participativa!

Atendiendo a la diversidad de expresiones democráticas de gobierno, entre otras la representativa, la directa, la liberal, la socialdemocracia, la constitucional, la defensiva, específicamente la mexicana que podemos entenderla como social, de libertad, de igualdad, de gobierno plural, del pueblo en sus decisiones colectivas, nos ha dado una muestra, una forma de gobernar, como no se había visto en México, la actual proyección de Andrés Manuel a la verdadera democracia.

Es una realidad que los ciudadanos tenemos una mayor participación en las decisiones públicas; es evidente que estamos participando, mejorando la democracia representativa, porque si colacionamos los antecedentes de politólogos, como Juan Jacobo Rousseau o de José Zimmermann los antecedentes aristotélicos y a finales del siglo pasado la Teoría de la Democracia de Sartori, tenemos que aceptar que el año 2018 se convirtió en un modelo para la historia en general y específicamente de nuestro país, al haber participado con un voto libre y directo 30 millones de mexicanos que elegimos al actual Presidente.

El ejemplo concreto de la revocación de mandato, es una realidad que nos permite asegurar que en este gobierno, se han creado mecanismos para deliberar; para manifestarse, para que lo hagan tanto las mayorías como las minorías; que se respete a éstas, y que como ocurre en las democracias las decisiones se toman por mayoría.

Como han dado cuenta los medios, ya se superó el número de votantes que se exigía, de acuerdo por la propia ley, para que proceda la primera parte de la revocación de mandato, que se llevará a efecto en el mes de abril del presente año.

Evidentemente tenemos que considerar que quienes participamos en lo individual o institucionalmente, debemos hacerlo por el bien de México y los mexicanos, porque este primer paso de la revocación de mandato, es una muestra única de la democracia participativa, en la que más de 11 millones de mexicanos y mexicanas hemos participado, hemos querido hacerlo, hemos dado nuestras firmas, lo hemos hecho en la vía legal, para que en el mes de abril le digamos a Andrés Manuel si hemos perdido la confianza o no en su gestión gubernamental, para que se vaya a Chiapas a su hacienda o para que continúe siendo nuestro Presidente.

La oportunidad la hemos tenido todos y todas. Los opositores no se han podido organizar entre ellos, porque evidentemente no entienden, que no entienden; y que éste es un nuevo país, una nueva forma de ayudar y mejorar las condiciones de vida de todos y todas; y que forman parte de esa democracia participativa todos aquellos que tienen la capacidad de votar y que integran el Padrón de 90 millones de personas.

Aquí debo subrayar que en el mes de abril si sufragamos el 40% de los inscritos en el Padrón Electoral, que en números redondos serían 36 millones de mexicanos, daremos un ejemplo al mundo, incluido los super países desarrollados como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, de una verdadera democracia participativa, que como dije antes, supera las que en el pasado se dieron, para representar, las directas, las liberales, las que toman ahora como moda que se llaman socialdemocracias, pero en realidad la nuestra, que ya dio una prueba inequívoca de lo que queremos los mexicanos y las mexicanas, será ratificado en el mes de abril para que Andrés Manuel siga siendo Presidente de la República y que hagamos una realidad la Cuarta Transformación con los planes y proyectos que están pendientes.

CONCLUSIONES

Primera. La democracia participativa como forma de gobierno en México es una realidad que ha permitido que las mayorías y las minorías se manifiesten; primero para que se haga realidad la revocación de mandato; y segundo para que en abril veamos nuevos horizontes que seguramente serán planteados por la fuerza con la que salga Andrés Manuel, no para que se vaya sino para que continúe siendo la clase de Presidente que ha sido hasta ahora.

Segunda. Bien haría, no estoy para dar consejos, que la oposición se organizara; que perfeccionen con sus acciones la democracia y que en lugar de discriminar o calumniar, participen, propongan, hagan planes de trabajo que permitan también con ese concurso de los opositores, mejorar la vida de los 130 millones de mexicanos y mexicanas que vivimos en este país.


Licenciado en Derecho. Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com


Atendiendo a la diversidad de expresiones democráticas de gobierno, entre otras la representativa, la directa, la liberal, la socialdemocracia, la constitucional, la defensiva, específicamente la mexicana que podemos entenderla como social, de libertad, de igualdad, de gobierno plural, del pueblo en sus decisiones colectivas, nos ha dado una muestra, una forma de gobernar, como no se había visto en México, la actual proyección de Andrés Manuel a la verdadera democracia.

Es una realidad que los ciudadanos tenemos una mayor participación en las decisiones públicas; es evidente que estamos participando, mejorando la democracia representativa, porque si colacionamos los antecedentes de politólogos, como Juan Jacobo Rousseau o de José Zimmermann los antecedentes aristotélicos y a finales del siglo pasado la Teoría de la Democracia de Sartori, tenemos que aceptar que el año 2018 se convirtió en un modelo para la historia en general y específicamente de nuestro país, al haber participado con un voto libre y directo 30 millones de mexicanos que elegimos al actual Presidente.

El ejemplo concreto de la revocación de mandato, es una realidad que nos permite asegurar que en este gobierno, se han creado mecanismos para deliberar; para manifestarse, para que lo hagan tanto las mayorías como las minorías; que se respete a éstas, y que como ocurre en las democracias las decisiones se toman por mayoría.

Como han dado cuenta los medios, ya se superó el número de votantes que se exigía, de acuerdo por la propia ley, para que proceda la primera parte de la revocación de mandato, que se llevará a efecto en el mes de abril del presente año.

Evidentemente tenemos que considerar que quienes participamos en lo individual o institucionalmente, debemos hacerlo por el bien de México y los mexicanos, porque este primer paso de la revocación de mandato, es una muestra única de la democracia participativa, en la que más de 11 millones de mexicanos y mexicanas hemos participado, hemos querido hacerlo, hemos dado nuestras firmas, lo hemos hecho en la vía legal, para que en el mes de abril le digamos a Andrés Manuel si hemos perdido la confianza o no en su gestión gubernamental, para que se vaya a Chiapas a su hacienda o para que continúe siendo nuestro Presidente.

La oportunidad la hemos tenido todos y todas. Los opositores no se han podido organizar entre ellos, porque evidentemente no entienden, que no entienden; y que éste es un nuevo país, una nueva forma de ayudar y mejorar las condiciones de vida de todos y todas; y que forman parte de esa democracia participativa todos aquellos que tienen la capacidad de votar y que integran el Padrón de 90 millones de personas.

Aquí debo subrayar que en el mes de abril si sufragamos el 40% de los inscritos en el Padrón Electoral, que en números redondos serían 36 millones de mexicanos, daremos un ejemplo al mundo, incluido los super países desarrollados como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, de una verdadera democracia participativa, que como dije antes, supera las que en el pasado se dieron, para representar, las directas, las liberales, las que toman ahora como moda que se llaman socialdemocracias, pero en realidad la nuestra, que ya dio una prueba inequívoca de lo que queremos los mexicanos y las mexicanas, será ratificado en el mes de abril para que Andrés Manuel siga siendo Presidente de la República y que hagamos una realidad la Cuarta Transformación con los planes y proyectos que están pendientes.

CONCLUSIONES

Primera. La democracia participativa como forma de gobierno en México es una realidad que ha permitido que las mayorías y las minorías se manifiesten; primero para que se haga realidad la revocación de mandato; y segundo para que en abril veamos nuevos horizontes que seguramente serán planteados por la fuerza con la que salga Andrés Manuel, no para que se vaya sino para que continúe siendo la clase de Presidente que ha sido hasta ahora.

Segunda. Bien haría, no estoy para dar consejos, que la oposición se organizara; que perfeccionen con sus acciones la democracia y que en lugar de discriminar o calumniar, participen, propongan, hagan planes de trabajo que permitan también con ese concurso de los opositores, mejorar la vida de los 130 millones de mexicanos y mexicanas que vivimos en este país.


Licenciado en Derecho. Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com