/ miércoles 19 de agosto de 2020

Medición de pobreza y corrupción

En agosto y hasta el mes de noviembre, como ocurre cada dos años, el INEGI arrancó el levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto en los Hogares (ENIGH).

Previo a su levantamiento, había informado que atendiendo los cambios generados a partir de la administración de la 4T, se tuvieron que realizar actualizaciones y ajustes para integrar lo relativo al nuevo acuerdo comercial TMEC, así como los derivados con los nuevos programas sociales, coberturas de servicios de salud y discapacidad.

Como parte de la actualización eliminó de su metodología programas ya no vigentes, añadió otros y adecuó los que siguen operando con la misma población objetivo; por ejemplo, Prospera por Bienestar y Procampo por Producción para el Bienestar.

Recordemos que la ENIGH tiene como objetivo “proporcionar un panorama estadístico del comportamiento de ingreso y gasto en los hogares en cuanto a su monto, procedencia y distribución, así como en las dimensiones necesarias para estimar la pobreza multidimensional.”

En ese sentido tiene importancia la Encuesta, ya que a partir de ella se construye la serie de tiempo del comportamiento de la pobreza. La cual por cierto ya reflejará los avances tanto del gobierno federal como estatal en materia de reducción de pobreza. La presente medición que será publicada hasta julio del 2021, nos dirá que tan efectiva ha sido la política social del gobierno y los cambios realizados en los programas.

No podemos dejar de señalar que uno de los fondos públicos más importantes para la reducción de la pobreza era el FAIS. Hasta el 2018, este fondo buscaba alinear los objetivos de la política pública a las dimensiones de pobreza multidimensional.

Desafortunadamente, el problema está en que sin una estrategia y el adecuado cuidado de los recursos para dirigirlo a proyectos u obras de infraestructura social con impacto, se pierden las oportunidades para transformar la realidad de Morelos.

Si a eso le sumamos los posibles problemas de corrupción, no se esperan buenos resultados en la próxima ENIGH. Y es que recientemente, se vuelve a señalar al corazón del gobierno “anfitrión del mundo” que existe una investigación de la UIF por presuntos actos de corrupción en la adjudicación de obras, al pedir “un moche” del 25 por ciento (SDP Noticias).

En medio de uno posible macroprocesos más importante del país, como es el caso de Pemex y Odebrech, es inimaginable que no existan señales suficientes para que los funcionarios de cualquier nivel se mantengan ya no buscando la reducción de la pobreza y la desigualdad, sino ejerciendo de forma honesta y responsable los recursos públicos.

Ya veremos en qué termina la investigación de la UIF. Por lo pronto, algo debería estar pasando en el sistema estatal anticorrupción y en las organizaciones sociales que luchan por transparentar el ejercicio de los recursos.


Facebook / Twitter: @CzarArenas

En agosto y hasta el mes de noviembre, como ocurre cada dos años, el INEGI arrancó el levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto en los Hogares (ENIGH).

Previo a su levantamiento, había informado que atendiendo los cambios generados a partir de la administración de la 4T, se tuvieron que realizar actualizaciones y ajustes para integrar lo relativo al nuevo acuerdo comercial TMEC, así como los derivados con los nuevos programas sociales, coberturas de servicios de salud y discapacidad.

Como parte de la actualización eliminó de su metodología programas ya no vigentes, añadió otros y adecuó los que siguen operando con la misma población objetivo; por ejemplo, Prospera por Bienestar y Procampo por Producción para el Bienestar.

Recordemos que la ENIGH tiene como objetivo “proporcionar un panorama estadístico del comportamiento de ingreso y gasto en los hogares en cuanto a su monto, procedencia y distribución, así como en las dimensiones necesarias para estimar la pobreza multidimensional.”

En ese sentido tiene importancia la Encuesta, ya que a partir de ella se construye la serie de tiempo del comportamiento de la pobreza. La cual por cierto ya reflejará los avances tanto del gobierno federal como estatal en materia de reducción de pobreza. La presente medición que será publicada hasta julio del 2021, nos dirá que tan efectiva ha sido la política social del gobierno y los cambios realizados en los programas.

No podemos dejar de señalar que uno de los fondos públicos más importantes para la reducción de la pobreza era el FAIS. Hasta el 2018, este fondo buscaba alinear los objetivos de la política pública a las dimensiones de pobreza multidimensional.

Desafortunadamente, el problema está en que sin una estrategia y el adecuado cuidado de los recursos para dirigirlo a proyectos u obras de infraestructura social con impacto, se pierden las oportunidades para transformar la realidad de Morelos.

Si a eso le sumamos los posibles problemas de corrupción, no se esperan buenos resultados en la próxima ENIGH. Y es que recientemente, se vuelve a señalar al corazón del gobierno “anfitrión del mundo” que existe una investigación de la UIF por presuntos actos de corrupción en la adjudicación de obras, al pedir “un moche” del 25 por ciento (SDP Noticias).

En medio de uno posible macroprocesos más importante del país, como es el caso de Pemex y Odebrech, es inimaginable que no existan señales suficientes para que los funcionarios de cualquier nivel se mantengan ya no buscando la reducción de la pobreza y la desigualdad, sino ejerciendo de forma honesta y responsable los recursos públicos.

Ya veremos en qué termina la investigación de la UIF. Por lo pronto, algo debería estar pasando en el sistema estatal anticorrupción y en las organizaciones sociales que luchan por transparentar el ejercicio de los recursos.


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