/ lunes 26 de febrero de 2018

Medicina de precisión

Desde sus inicios, la medicina ha buscado prevenir y curar las enfermedades que aquejan a la mayoría de la población. En este sentido, el bien de los más ha sido prevalente sobre el de los menos, tanto desde la perspectiva de la investigación como desde la de los servicios de salud pública. Padecimientos recurrentes como diabetes, cáncer en sus diferentes modalidades y enfermedades cardiovasculares se posicionan como prioridades nacionales y absorben la mayoría de los recursos públicos y privados. Sin embargo, con el avance y sofisticación de los tratamientos nos encontramos que actualmente las diferencias genéticas, ambientales y de estilo de vida de los pacientes comienzan a cobrar relevancia y que cada vez es menos efectivo el tratamiento genérico forzando a los médicos tratantes a hacer ajustes en el consultorio.

Como respuesta a esta realidad es que surge una nueva forma de medicina llamada de precisión. Este enfoque permitirá que tanto los médicos como los investigadores puedan predecir qué tratamiento para cierta enfermedad podrá ser más efectivo, más económico y con menos efectos secundarios para cada uno de nosotros. Por lo tanto veremos que los médicos solicitarán, además de los estudios de gabinete a los que estamos acostumbrados, la secuenciación del genoma del paciente. Los avances en tecnología de secuenciación permiten que esta prueba tenga un costo actual de alrededor de 30 mil pesos con tendencia a la baja.

La disciplina que se encarga del análisis del contenido del genoma humano se llama BioInformática y Morelos resulta ser el lugar de nacimiento y más importante semillero de la bioinformática mexicana desde hace treinta y cinco años y cuenta actualmente con seis centros de investigación donde laboran más de 100 especialistas: Centro de Ciencias Genómicas e Instituto de Biotecnología (UNAM), Centro de Investigación en Dinámica Celular (UAEM), Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (IPN), Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas (INSP) y Universidad Politécnica de Morelos. Adicionalmente, nuestro país cuenta con un Instituto Nacional de Medicina Genómica cuya sede estaba contemplada originalmente para ser Morelos, sin embargo la falta de asesoría adecuada indujo al gobierno del estado a declinar el apoyo en el momento de su creación por lo que se instala en 2004 en la Ciudad de México, mermando momentáneamente nuestro liderazgo en el tema.

Con la intención de retomar el rumbo y reforzar el liderazgo de Morelos, en los últimos cinco años se ha invertido en la construcción dos nuevos centros de investigación, el Centro de Investigación en Ciencias Aplicadas y Tecnología Avanzada Morelos (CICATA del IPN) y el Centro Público de Investigación BioInfotec (CONACyT), gracias a los cuales aumentará el número de especialistas en el análisis del genoma humano pero también en la siguiente etapa, que es el diseño y desarrollo de nuevos fármacos. Con todo este esfuerzo más la suma de voluntades de la industria farmacéutica es que México y sobre todo Morelos, podrán incorporarse por el carril de alta velocidad a la autopista de la medicina de precisión en beneficio no solo de nuestros conciudadanos sino de la humanidad.

Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx


Ver columnas anteriores


Desde sus inicios, la medicina ha buscado prevenir y curar las enfermedades que aquejan a la mayoría de la población. En este sentido, el bien de los más ha sido prevalente sobre el de los menos, tanto desde la perspectiva de la investigación como desde la de los servicios de salud pública. Padecimientos recurrentes como diabetes, cáncer en sus diferentes modalidades y enfermedades cardiovasculares se posicionan como prioridades nacionales y absorben la mayoría de los recursos públicos y privados. Sin embargo, con el avance y sofisticación de los tratamientos nos encontramos que actualmente las diferencias genéticas, ambientales y de estilo de vida de los pacientes comienzan a cobrar relevancia y que cada vez es menos efectivo el tratamiento genérico forzando a los médicos tratantes a hacer ajustes en el consultorio.

Como respuesta a esta realidad es que surge una nueva forma de medicina llamada de precisión. Este enfoque permitirá que tanto los médicos como los investigadores puedan predecir qué tratamiento para cierta enfermedad podrá ser más efectivo, más económico y con menos efectos secundarios para cada uno de nosotros. Por lo tanto veremos que los médicos solicitarán, además de los estudios de gabinete a los que estamos acostumbrados, la secuenciación del genoma del paciente. Los avances en tecnología de secuenciación permiten que esta prueba tenga un costo actual de alrededor de 30 mil pesos con tendencia a la baja.

La disciplina que se encarga del análisis del contenido del genoma humano se llama BioInformática y Morelos resulta ser el lugar de nacimiento y más importante semillero de la bioinformática mexicana desde hace treinta y cinco años y cuenta actualmente con seis centros de investigación donde laboran más de 100 especialistas: Centro de Ciencias Genómicas e Instituto de Biotecnología (UNAM), Centro de Investigación en Dinámica Celular (UAEM), Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (IPN), Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas (INSP) y Universidad Politécnica de Morelos. Adicionalmente, nuestro país cuenta con un Instituto Nacional de Medicina Genómica cuya sede estaba contemplada originalmente para ser Morelos, sin embargo la falta de asesoría adecuada indujo al gobierno del estado a declinar el apoyo en el momento de su creación por lo que se instala en 2004 en la Ciudad de México, mermando momentáneamente nuestro liderazgo en el tema.

Con la intención de retomar el rumbo y reforzar el liderazgo de Morelos, en los últimos cinco años se ha invertido en la construcción dos nuevos centros de investigación, el Centro de Investigación en Ciencias Aplicadas y Tecnología Avanzada Morelos (CICATA del IPN) y el Centro Público de Investigación BioInfotec (CONACyT), gracias a los cuales aumentará el número de especialistas en el análisis del genoma humano pero también en la siguiente etapa, que es el diseño y desarrollo de nuevos fármacos. Con todo este esfuerzo más la suma de voluntades de la industria farmacéutica es que México y sobre todo Morelos, podrán incorporarse por el carril de alta velocidad a la autopista de la medicina de precisión en beneficio no solo de nuestros conciudadanos sino de la humanidad.

Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx


Ver columnas anteriores


ÚLTIMASCOLUMNAS