/ viernes 8 de julio de 2022

Cambio de estrategia contra la inseguridad, señor presidente

La discusión pública sobre la inseguridad y la estrategia del presidente de la República continúa. Varios de aquellos en su contra afirman que no existe estrategia y hasta piden su renuncia porque el número de homicidios, 120 mil refieren algunos senadores de oposición ha rebasado el número de homicidios del periodo presidencial de Calderón. Por ello piden su renuncia, que se haga a un lado, dicen. Otros, un ex ministro de la Suprema Corte de Justicia, afirma sin fundamento, que el presidente no tiene estrategia, que es insuficiente que se reúna a las 6:00 de la mañana de lunes a viernes y que a eso le llame estrategia. El propio Obispo de Cuernavaca declaró que “nunca será lícito ni legal que la autoridad claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y uso de la fuerza, porque la estrategia de ‘abrazos no balazos’ es demagogia y hasta cierto punto complicidad. Aparentemente, según la nota del reportero de El Universal, se apoya en los resultados de una encuesta de Mitofsky, en la que se señala que el 57.2% de la ciudadanía opina que la estrategia de seguridad no ha funcionado, el 70% opina que debe de enfrentarse al crimen con base en La Ley y el 62% opina que es incorrecto proteger la vida de los criminales al evitar confrontación con las fuerzas armadas. El Obispo de Cuernavaca sostiene que la revisión de la estrategia de seguridad es avalada por el senador Monreal, coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta, quien también respalda los resultados de la encuesta.

En mi pasada colaboración yo también afirmé que es importante revisar y cambiar de estrategia, pero no con los argumentos que han ofrecido estos líderes políticos y de la iglesia. Tampoco estoy de acuerdo con los argumentos y respuestas que ha ofrecido el presidente López Obrador, la más citada es aquella, la estrategia alternativa de “abrazos y no balazos” es “matarlos en caliente”. En medio de estas posiciones tan polarizadas y contrastantes hay muchas cosas más que se pueden hacer, pero me parece que tendrían que vincularse a los problemas de violencia e inseguridad que vivimos y el último que detonó esta discusión pública y la petición del cambio de estrategia: el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turista de Chihuahua.

Algunos de los hechos violentos que han sido denunciados públicamente o que han ocurrido recientemente en Morelos pueden ser útiles en mostrar con mayor claridad los posibles cambios de estrategia, en lugar de enfrascarnos en una discusión improductiva tan ideologizada: casi uno de cada dos empresarios socios de Coparmex en Morelos ha sido víctima de delitos como cobro de piso y robo de mercancía durante el primer cuatrimestre de 2022. Esto ocurre principalmente en Cuernavaca y Cuautla. El líder de la Coparmex en Morelos declara, sin embargo, que han recibido apoyo del Comisionado de Seguridad del Estado y con la Secretaria de Seguridad Municipal de Cuernavaca, además de que considera que esta última realiza un buen trabajo. Otra gran desgracia es el asesinato de una chiquilla de 14 años de edad, cuyo cadáver fue encontrado en un motel de Cuautla. Afortunadamente, sería muy importante saber cómo y felicitar a las autoridades policiales o ministeriales del estado, lograron capturar al presunto autor material del feminicidio y, a su padre, que alegan lo protegió. Ambos fueron aprehendidos en Michoacán.

Sin embargo, cuando pedimos un cambio de estrategia señor presidente no es para que diga que estos son delitos del fuero común y responsabilidad de las autoridades locales. Morelos ha ocupado los primeros lugares nacionales recientemente en varios de estos delitos, como el feminicidio, y como en Chihuahua. Ni la gente de Chihuahua ni la de Morelos puede esperar a que ocurran estas desgracias para que entonces voltee a vernos y diga, que no es su responsabilidad. Lo que ocurre en Chihuahua, en Morelos y en muchas partes del país requiere que nos rinda cuentas, pero no en la televisión los días 20 de cada mes o cuando visita algún estado del país, para que nos diga usted y su responsable de seguridad, generalmente el Secretario de la Defensa que los homicidios van a la baja, aunque los feminicidios y la extorsión, el cobro de derecho de piso, no. En su Plan Nacional de Paz y Seguridad, su primer documento publicado como presidente electo con una estrategia regional no se ha llevado a cabo o no sabemos cómo, ni su justicia transicional. Dentro del cambio de estrategia, incluya una rendición de cuentas como aquella que pidió Ciudad Juárez a Calderón. Esto quizás podría ayudar a prevenir y reducir esos feminicidios y esa extorsión que tanto lastiman a Morelos y al país, en lugar de esa etiqueta, “abrazos y no balazos” que usted utiliza para hacer política y proselitismo, y que atinadamente le critican.

La discusión pública sobre la inseguridad y la estrategia del presidente de la República continúa. Varios de aquellos en su contra afirman que no existe estrategia y hasta piden su renuncia porque el número de homicidios, 120 mil refieren algunos senadores de oposición ha rebasado el número de homicidios del periodo presidencial de Calderón. Por ello piden su renuncia, que se haga a un lado, dicen. Otros, un ex ministro de la Suprema Corte de Justicia, afirma sin fundamento, que el presidente no tiene estrategia, que es insuficiente que se reúna a las 6:00 de la mañana de lunes a viernes y que a eso le llame estrategia. El propio Obispo de Cuernavaca declaró que “nunca será lícito ni legal que la autoridad claudique de su responsabilidad en materia de seguridad y paz social, para eso tienen el poder y uso de la fuerza, porque la estrategia de ‘abrazos no balazos’ es demagogia y hasta cierto punto complicidad. Aparentemente, según la nota del reportero de El Universal, se apoya en los resultados de una encuesta de Mitofsky, en la que se señala que el 57.2% de la ciudadanía opina que la estrategia de seguridad no ha funcionado, el 70% opina que debe de enfrentarse al crimen con base en La Ley y el 62% opina que es incorrecto proteger la vida de los criminales al evitar confrontación con las fuerzas armadas. El Obispo de Cuernavaca sostiene que la revisión de la estrategia de seguridad es avalada por el senador Monreal, coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta, quien también respalda los resultados de la encuesta.

En mi pasada colaboración yo también afirmé que es importante revisar y cambiar de estrategia, pero no con los argumentos que han ofrecido estos líderes políticos y de la iglesia. Tampoco estoy de acuerdo con los argumentos y respuestas que ha ofrecido el presidente López Obrador, la más citada es aquella, la estrategia alternativa de “abrazos y no balazos” es “matarlos en caliente”. En medio de estas posiciones tan polarizadas y contrastantes hay muchas cosas más que se pueden hacer, pero me parece que tendrían que vincularse a los problemas de violencia e inseguridad que vivimos y el último que detonó esta discusión pública y la petición del cambio de estrategia: el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turista de Chihuahua.

Algunos de los hechos violentos que han sido denunciados públicamente o que han ocurrido recientemente en Morelos pueden ser útiles en mostrar con mayor claridad los posibles cambios de estrategia, en lugar de enfrascarnos en una discusión improductiva tan ideologizada: casi uno de cada dos empresarios socios de Coparmex en Morelos ha sido víctima de delitos como cobro de piso y robo de mercancía durante el primer cuatrimestre de 2022. Esto ocurre principalmente en Cuernavaca y Cuautla. El líder de la Coparmex en Morelos declara, sin embargo, que han recibido apoyo del Comisionado de Seguridad del Estado y con la Secretaria de Seguridad Municipal de Cuernavaca, además de que considera que esta última realiza un buen trabajo. Otra gran desgracia es el asesinato de una chiquilla de 14 años de edad, cuyo cadáver fue encontrado en un motel de Cuautla. Afortunadamente, sería muy importante saber cómo y felicitar a las autoridades policiales o ministeriales del estado, lograron capturar al presunto autor material del feminicidio y, a su padre, que alegan lo protegió. Ambos fueron aprehendidos en Michoacán.

Sin embargo, cuando pedimos un cambio de estrategia señor presidente no es para que diga que estos son delitos del fuero común y responsabilidad de las autoridades locales. Morelos ha ocupado los primeros lugares nacionales recientemente en varios de estos delitos, como el feminicidio, y como en Chihuahua. Ni la gente de Chihuahua ni la de Morelos puede esperar a que ocurran estas desgracias para que entonces voltee a vernos y diga, que no es su responsabilidad. Lo que ocurre en Chihuahua, en Morelos y en muchas partes del país requiere que nos rinda cuentas, pero no en la televisión los días 20 de cada mes o cuando visita algún estado del país, para que nos diga usted y su responsable de seguridad, generalmente el Secretario de la Defensa que los homicidios van a la baja, aunque los feminicidios y la extorsión, el cobro de derecho de piso, no. En su Plan Nacional de Paz y Seguridad, su primer documento publicado como presidente electo con una estrategia regional no se ha llevado a cabo o no sabemos cómo, ni su justicia transicional. Dentro del cambio de estrategia, incluya una rendición de cuentas como aquella que pidió Ciudad Juárez a Calderón. Esto quizás podría ayudar a prevenir y reducir esos feminicidios y esa extorsión que tanto lastiman a Morelos y al país, en lugar de esa etiqueta, “abrazos y no balazos” que usted utiliza para hacer política y proselitismo, y que atinadamente le critican.