/ viernes 29 de julio de 2022

Los feminicidios de Morelos, segundo lugar nacional en 2022

Una vez más se publican datos de las características de las defunciones durante 2021 para todo el país por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. No es sorprendente corroborar lo señalado por El Sol de Cuernavaca, que ocupamos el séptimo lugar nacional de homicidios dolosos para 2021 con una tasa de 60 por cada cien mil habitantes. Pero sorpréndase porque Morelos ocupa el primer lugar nacional con una tasa de 112 defunciones, en general, por cada diez mil habitantes por entidad federativa de residencia habitual de la persona fallecida. Además, no está por demás recordar que nuestra tasa de feminicidio por cada 100 mil mujeres, 1.96, entre enero y junio de 2022, nos coloca en el segundo lugar nacional, sólo después de Nuevo León. ¿Y qué ciudad de Morelos es la que más contribuye a esta tasa de feminicidios? Efectivamente, Cuautla con una tasa de 2.73 feminicidios por cada 100 mil habitantes.

Y ahora que volvió a perpetrarse otro feminicidio, de esta madre soltera de dos niñas y un adolescente de 14. Ella tenía solo 30 años de edad y el presunto homicida la roció de gasolina y le prendió fuego. La víctima, Margarita Ceceña Martínez, falleció 24 días después. En este espacio periodístico comenté también del presunto asesinato de una menor de edad, de 14 años, abandonada en un motel de Cuautla; también comenté del asesinato de una madre de familia, y su hija, por su pareja o esposo, hace menos de un año, en una colonia de Cuautla.

Frente a estas situaciones siempre nos preguntamos, ¿qué podemos hacer para evitar estos delitos de lesa humanidad contra las mujeres? Los atentados contra Margarita, con la menor de edad encontrada en un motel de Cuautla, o la madre y su hija asesinadas por la pareja, no sé si esposo y padre o padrastro, son atentados contra la humanidad. Prenderle fuego a Margarita es un acto de vileza, crueldad, no encuentro adjetivos para calificar la monstruosidad del delito, como aquel cometido contra la activista de Zapopan Jalisco, Luz Raquel Padilla, o contra Debany, allá en Nuevo León, primer lugar nacional en feminicidios entre enero y junio de 2022.

Aparentemente, podemos creer que nada, que es inevitable que esto ocurra, como podríamos “adivinar” o “pronosticar” que estos asesinatos ocurrirían. Sin embargo, esto no es así porque generalmente hay antecedentes de los conflictos, amenazas y lesiones previos al evento final. Margarita y su familia, habían denunciado de las lesiones que y amenazas que ya había recibido de sus “familiares”, presuntamente un concuño y otros tres familiares. La madre de Margarita declara que simplemente no le hicieron caso. También hubo antecedentes claros en algunos otros casos, como el de la mujer activista de Zapopan. Recuerdo los antecedentes de otro caso, de aquella madre joven también originaria de Nuevo León, que había sido despertada a golpes con un bat por su esposo un alto ex funcionario de Amazon. Pero con una recategorización del delito por parte del poder judicial, pudo juzgar su proceso en libertad y mandó matar a la pobre joven camino al aeropuerto de la Ciudad de México.

Es cierto que no tenemos “bola de cristal” para predecir que estas desgracias ocurrirían, pero es ridículo decir que no es posible hacer nada antes para evitar estos asesinatos. El que Morelos ocupe ese segundo lugar nacional en feminicidios en 2022 y también en los últimos tres años, nos dice que no es una simple coincidencia estadística. Algo está mal en nuestra sociedad Morelense, en Cuautla, Cuernavaca y… peor que en el resto del país y tenemos que hacer algo. Por lo pronto, si se hubieran tomado las medidas ministeriales y judiciales adecuadas, se pudo haber protegido a estas mujeres. Por eso ahora la Fiscalía del Oriente declara que si hubo omisiones se castigará a los responsables. Pero nuestras autoridades no hacen lo que tienen qué hacer y claro, después del “niño ahogado a tapar el pozo” y a rasgarnos las vestiduras sobre estos delitos de lesa humanidad, donde además de Margarita, tenemos más víctimas, los tres niños huérfanos que presenciaron el asesinato de su madre quemada viva, su madre, su hermana presente y dueña del terreno donde Margarita tenía su tienda de abarrotes en la Ex Hacienda del Hospital. Y por cierto, los presuntos perpetradores y participantes: ¿Se habrán dado cuenta que también han terminado o echado a perder su propia vida?


Una vez más se publican datos de las características de las defunciones durante 2021 para todo el país por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. No es sorprendente corroborar lo señalado por El Sol de Cuernavaca, que ocupamos el séptimo lugar nacional de homicidios dolosos para 2021 con una tasa de 60 por cada cien mil habitantes. Pero sorpréndase porque Morelos ocupa el primer lugar nacional con una tasa de 112 defunciones, en general, por cada diez mil habitantes por entidad federativa de residencia habitual de la persona fallecida. Además, no está por demás recordar que nuestra tasa de feminicidio por cada 100 mil mujeres, 1.96, entre enero y junio de 2022, nos coloca en el segundo lugar nacional, sólo después de Nuevo León. ¿Y qué ciudad de Morelos es la que más contribuye a esta tasa de feminicidios? Efectivamente, Cuautla con una tasa de 2.73 feminicidios por cada 100 mil habitantes.

Y ahora que volvió a perpetrarse otro feminicidio, de esta madre soltera de dos niñas y un adolescente de 14. Ella tenía solo 30 años de edad y el presunto homicida la roció de gasolina y le prendió fuego. La víctima, Margarita Ceceña Martínez, falleció 24 días después. En este espacio periodístico comenté también del presunto asesinato de una menor de edad, de 14 años, abandonada en un motel de Cuautla; también comenté del asesinato de una madre de familia, y su hija, por su pareja o esposo, hace menos de un año, en una colonia de Cuautla.

Frente a estas situaciones siempre nos preguntamos, ¿qué podemos hacer para evitar estos delitos de lesa humanidad contra las mujeres? Los atentados contra Margarita, con la menor de edad encontrada en un motel de Cuautla, o la madre y su hija asesinadas por la pareja, no sé si esposo y padre o padrastro, son atentados contra la humanidad. Prenderle fuego a Margarita es un acto de vileza, crueldad, no encuentro adjetivos para calificar la monstruosidad del delito, como aquel cometido contra la activista de Zapopan Jalisco, Luz Raquel Padilla, o contra Debany, allá en Nuevo León, primer lugar nacional en feminicidios entre enero y junio de 2022.

Aparentemente, podemos creer que nada, que es inevitable que esto ocurra, como podríamos “adivinar” o “pronosticar” que estos asesinatos ocurrirían. Sin embargo, esto no es así porque generalmente hay antecedentes de los conflictos, amenazas y lesiones previos al evento final. Margarita y su familia, habían denunciado de las lesiones que y amenazas que ya había recibido de sus “familiares”, presuntamente un concuño y otros tres familiares. La madre de Margarita declara que simplemente no le hicieron caso. También hubo antecedentes claros en algunos otros casos, como el de la mujer activista de Zapopan. Recuerdo los antecedentes de otro caso, de aquella madre joven también originaria de Nuevo León, que había sido despertada a golpes con un bat por su esposo un alto ex funcionario de Amazon. Pero con una recategorización del delito por parte del poder judicial, pudo juzgar su proceso en libertad y mandó matar a la pobre joven camino al aeropuerto de la Ciudad de México.

Es cierto que no tenemos “bola de cristal” para predecir que estas desgracias ocurrirían, pero es ridículo decir que no es posible hacer nada antes para evitar estos asesinatos. El que Morelos ocupe ese segundo lugar nacional en feminicidios en 2022 y también en los últimos tres años, nos dice que no es una simple coincidencia estadística. Algo está mal en nuestra sociedad Morelense, en Cuautla, Cuernavaca y… peor que en el resto del país y tenemos que hacer algo. Por lo pronto, si se hubieran tomado las medidas ministeriales y judiciales adecuadas, se pudo haber protegido a estas mujeres. Por eso ahora la Fiscalía del Oriente declara que si hubo omisiones se castigará a los responsables. Pero nuestras autoridades no hacen lo que tienen qué hacer y claro, después del “niño ahogado a tapar el pozo” y a rasgarnos las vestiduras sobre estos delitos de lesa humanidad, donde además de Margarita, tenemos más víctimas, los tres niños huérfanos que presenciaron el asesinato de su madre quemada viva, su madre, su hermana presente y dueña del terreno donde Margarita tenía su tienda de abarrotes en la Ex Hacienda del Hospital. Y por cierto, los presuntos perpetradores y participantes: ¿Se habrán dado cuenta que también han terminado o echado a perder su propia vida?