Este inicio de septiembre cerré un ciclo de trabajo en la Coordinación de Comunicación Social del Congreso de Morelos y me siento afortunado de haber coincidido con excelentes compañeros, colaboradores y amigos.
El Congreso del estado siempre ha sido mi casa: me vio incursionar en el ámbito periodístico y de una forma u otra nunca me ha permitido abandonarlo.
Desde la L Legislatura le he seguido los pasos a sus actores y de la mano de grandes comunicadores he podido ir aprendiendo a vivirlo, en algunas ocasiones a relatarlo y como en este pasado reciente, a tratar de orientarlo.
Agradezco la confianza de los diputados de la LIV Legislatura que voltearon a verme para encabezar sus esfuerzos de comunicación. Me voy satisfecho, aunque no conforme con la labor que pude desarrollar. Las circunstancias específicas de la Legislatura solo me permitieron apaciguar algunas aguas torrenciales y en el tintero se quedaron varios proyectos para los que ya habrá tiempo desde dentro o fuera.
Al equipo de amigos que encontré en la oficina del Congreso y me recibieron siempre con mucha voluntad y harta calidez, no tengo manera, salvo la amistad, de corresponderles tanto cariño.
A mis amigos reporteros, fotógrafos, camarógrafos, columnistas, comentaristas, gerentes, directores y dueños de medios les ofrezco mi mano sincera tal como la recibí durante este lapso y desde siempre.
También agradezco a los diputados de la LV Legislatura, la actual, con quienes pude ponerme de acuerdo siempre en este inicio, espero seguir ayudando desde mi trinchera.
Gracias a todos, espero haber podido ayudarlos; siempre he dado mi mejor esfuerzo y siempre he tratado de brindar una atención amable, de confianza y sobre todo personal.
¡Me voy pero me quedo!
Porque no puedo sacar de mi corazón a tantos amigos y a esta gran institución que me ha dado tanto.
Seguiré a sus órdenes como siempre estimados amigos. Pronto les estaré dando muchas noticias porque ¡Castrando Ando!